Todo pasa por algo

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Había pasado un mes desde que María se había ido de casa. Estaba viviendo en casa de India y las cosas le iban bien. Adrián no la había llamado ni una sola vez, cosa que al principio agradeció, pero ahora ya le mosqueaba. ¿Acaso no quería recuperarla? Que no es que ella quisiera que lo hiciera, o si, pero así parecía que él quería que pasara todo esto. En cambio Diego si la llamaba. Casi cada noche. Y aunque al principio ella se mostraba enfadada, luego acabaron hablando por largos ratos.

- Perdóname María por no contártelo antes - Le dijo una de las veces.

- No me ha gustado nada saber que me engañabas.

- Lo se... pero en realidad yo no lo conozco, es un contacto de Adrián y si él no quería contártelo yo no podía hacer nada - Y María lo entendió. Lo entendió aunque seguía enfadada con él, un poco. Un poquito.

Con India todo iba genial. Vivir con ella era fácil. India era limpia, ordenada y muy independiente. Igual que María y a pesar de haber pasado un mes muy difícil, a su lado había sido más ameno. En el trabajo Noan no pareció distinto. María tampoco le hizo saber lo contrario. No le mostró que sabía nada. Tampoco cuando el miércoles, el que supuestamente había quedado con ese tal A, se excusó unos segundos de su trabajo y se asomó por el despacho de Noan y pudo ver como Adrián entraba en él. ¡Que morro! Ni se escondían. ¿Pero si Adrián solo trabajaba con Marihuana, porque tenía de contacto a Noan? ¿Acaso traficaba con drogas más fuertes? ¿acaso se hacían drogas en estos laboratorios? ¿Acaso María trabajaba en una tapadera? Se angustió nada mas pensarlo. Al parecer Adrián no era quien se pensaba. Una cosa era la Marihuana, en el fondo no era mala. Pero otras drogas, ya era otro cantar.

Un Viernes por la tarde le llegó un ramo de rosas blancas a su despacho. Inmediatamente supo que eran de Diego, él siempre le regalaba rosas blancas. Decía que le recordaban a ella. Su pureza, su belleza, su olor... todo era ella. Había una nota.

*Una cena, esta noche, solo te pido eso. Te recojo a las 8*

Suspiró. Lo echaba mucho de menos. Le mandó un mensaje. Fue corto pero claro.

*Estaré lista, a las 8 * 12.36h María.

En cuanto le llegó Diego sonrió. Adrián que estaba a su lado le preguntó qué le pasaba.

- María ha aceptado cenar conmigo esta noche - Adrián volvió a mirar la televisión.

- Perfecto. A ver si haces que vuelva a casa.

- Este pasotismo tuyo no lo entiendo.

- Yo no paso. Soy paciente. Actúo cuando debo hacerlo - Y así era. Siempre había sido así. Adrián nunca se rendía. Y menos con María. Pero tenía claro que ahora no era el momento. Seguía resentida y a María resentida no se la conseguía. Quizá a Diego le había perdonado, pero a él aún no. Tiempo al tiempo.

A las 4, diez minutos antes de plegar, avisaron de que había una reunión para todos los empleados de ese planta en la sala de juntas. María se apresuró en ir. Noan estaba ahí, de pie encima de un pequeño escenario. En cuanto todos se sentaron empezó a hablar, en alemán y María se concentró mucho para poder entenderlo todo.

- Buenas tardes a todos, como sabéis se acerca navidad y tenemos que decidir como cada año los días que cerramos y dadas las ganancias de este año.. hemos decidió que las vacaciones se darán para todos los empleados del 19 de Diciembre al 9 de Enero ambos incluidos - María no podía creer lo que oía. ¿Esto era en serio? - Espero que disfrutéis mucho las fiestas y de la familia. Os quiero esta última semana al 200% y nos vemos el año que viene.

En cuanto acabó María se giró a buscar a Amara.

- ¿He entendido bien?

- Si hija... este año ha sido bueno. Un año solo tuvimos una semana de vacaciones. Aprovéchalas, encima son pagadas - ¡Madre mía! Que locura.

En el corazón de María - Trilogía María parte 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora