En el corazón de María - Trilogía María parte 3

Cuando llora una mujer

Al día siguiente por la tarde Diego y María cogían uno de los coches de Adrián, y ponían rumbo al aeropuerto para recoger a Dani y Dunia. En cuanto los vieron salir por la puerta María se lanzó a los brazos de Dani. Era algo normal en ellos y a Dunia no le sentó mal. No al menos que lo demostrara.

- Hola preciosa - María se soltó del abrazo y le miró. Madre mía, cuánto le había echado de menos. Y cuántas ganas tenía de besarlo. Luego miró a Dunia, soltó a Dani y se fue hacia ella para darle un fuerte y cálido abrazo.

- ¿Y Adrián? - Preguntó Dunia una vez ya estaban en casa y vio que él tampoco estaba ahí esperándolos.

- Vendrá mañana, ha salido de viaje - María y ella estaban en la habitación dejando las maletas mientras Dani y Diego se ponían al día tomando una cerveza en el salón.

- Es increíble que María te haya dejado hacer eso - Dani estaba entre asombrado y envidioso. Aunque temía que esto pudiera acarrear consecuencias - ¿Pero solo ha sido un juego verdad?

- Claro, esas chicas no son nada, yo amo a María, ya lo sabes - Dio un largo trago a su cerveza - ¿Y tu? ¿Qué querías contarme? ¿Porque no me lo podías decir por teléfono?

- Estoy mal tío. Muy mal - Pudo ver como su amigo realmente estaba jodido - Dunia está embarazada. Y no joder, no ha sido buscado ni yo lo quiero. Pero... no quiere abortar y joder ¿matar un bebé? No puedo hacerlo, pero voy a perder a María... la voy a perder - Diego no sabía qué decirle. Pero tenía razón. Si Dunia estaba embarazada iba a perder a María.

- ¿Y si Dunia se lo cuenta?

- Le he hecho prometerme que no lo haría... - Dani suspiró y se llevó las mano a la cabeza - Espero que me haga caso.

Dani había venido en un intento de hablar con María, de hacerla entrar en razón, no quería perderla. Él tampoco había pedido esto. Son cosas que pasan. Dunia tenía el DIU. ¡JODER! 99% de fiabilidad. Ya era mala suerte. Se sentía mal por ello, pero había rezado mucho para que algo saliera mal y Dunia lo perdiera ahora que aún estaba en el primer trimestre. ¡Vamos, solo tiene que tener un sangrado, un pequeño aborto! No había apenas riesgo. Son cosas que pasan, y muy a menudo.

Para cenar pidieron pizza y luego Dunia cansada dijo que se iba a la cama. Dani, amante del cine, como siempre dijo que se quedaba a ver una película y María no quiso desaprovechar el momento de poder quedarse junto a él. Diego como no tenía sueño se metió en su habitación para escribir un nuevo capítulo de su novela. María se acurrucó en el pecho de Dani y él inhaló su aroma. Se pasó media película jugando con su pelo hasta que ella ya cansada se incorporó y se sentó encima de él a horcajadas.

- ¿No tienes ganas de mi?- Puso sus manos en su culo y se chupó el labio.

- Yo siempre.

- ¿Y porque no te has abalanzado sobre mi? Llevamos un buen rato solos.

- Diego me ha contado tu gran orgasmo de ayer con Alaric, pensé que no tendrías ganas - María se mordió el labio.

- Yo siempre tengo ganas y mas de ti, llevaba mucho sin verte - Se acercó a él y empezó a besarle y él suspiró en mitad del beso. ¡Cuanto la iba a echar de menos madre mía!

- Aquí no, vamos a la cama.

- Siempre lo hacemos en la cama. Vamos al yakuzzi - Dani le sonrió, se levantó con ella cogida en brazos y caminó hasta el yakuzzi sin parar de besarla.

Una vez allí la soltó y empezaron a desnudarse con prisas y entre besos.

- Ojalá te quedaras aquí siempre - él la miró antes de volver a besarla. Admiró su cuerpo, sus pechos, su ombligo, sus mejillas sonrosadas y la atrajo hacia él otra vez, con fuerza.