Volver a la realidad

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Por la mañana cogieron unas motos de nieve e hicieron una pequeña ruta por el pueblo y la Isla. María se subió tras Adrián, se agarró fuerte a su cintura y disfrutó de las vistas. Pararon para comer en un Restaurante que había por el camino y luego siguieron con la ruta. Antes de caer la noche volvieron a casa y María volvió a salir fuera a mirar el cielo. Pero solo un rato. Adrián le preparó un chocolate caliente y salió a su lado.

- ¿Vas a seguir en Alemania? - María suspiró.

- Me sabe fatal por India, nos hemos hecho muy amigas, pero voy a volver a Barcelona. Aquí no tengo nada y yo lo necesito todo.

- Eres muy caprichosa - María le miró.

- Me lo dicen mucho si.

Esa noche cada uno durmió en una cama. María no dijo nada al respecto. El domingo por la mañana temprano dejaron la cabaña, él con la esperanza rota de haberla podido conseguir y ella con la alegría de haber visto por fin la aurora boreal. Llegaron a Munich cerca de las 3 de la tarde. Cada uno se metió en su habitación y se fue a duchar y más de una hora después se vieron de nuevo en el salón. Y juntos se pusieron a ver una película hasta que llegó la hora de la cena y fueron también juntos a cocinar.

El Lunes por la mañana María pidió reunirse con Noan y este le dijo de reunirse después de comer. ¡Perfecto! Pensó, así primero hablaría con India. Y llegó la hora de comer.

- Suéltalo forastera, dolerá menos - María la miró fijamente y se mordió el labio fuerte.

- ¡Joder! ¿Eres bruja o que?

- Te dije que eras como un libro abierto escrito en chino.

- Voy a pedirle a Noan el traslado a Barcelona y si no es posible voy a dejar el trabajo - India contuvo el aliento unos segundos - yo no estoy hecha para una vida como la tuya. Yo necesito a mis hermanos, a mis sobrinos, a las calles de mi querida Barcelona... aquí me ahogo - India llevó su mano hasta el cuerpo de María y la tocó en el brazo.

- Lo entiendo... te entiendo. Si yo tuviera todo eso en Madrid tampoco estaría aquí, te lo aseguro ¿Vendrás a verme? - María se echó a llorar tímidamente y a India se le escaparon un par de lágrimas.

- Siempre que quieras ¿Y tú a mi?

- Por supuesto.

Cuando se sentó María delante de Noan estaba más nerviosa de lo que esperaba y tenía mucho miedo de ser juzgada por sus actos.

- Tú dirás...

- No estoy bien en Alemania - Noan la miró descolocado, estaba de pie delante de ella. Ella se llenó los pulmones de aire.

- Vamos a dejar de fingir que en la fiesta no descubrí que Adrián y tu os conocéis y que no se vuestro secreto - Él se sujetó a la mesa y se apoyó en ella - Adrián y yo no estamos juntos y yo aquí ya no tengo nada. Y Diego tampoco está y tú estás haciendo de niñera para él conmigo.

- ¿Quieres el traslado a Barcelona? - Lo miró.

- Quería... pero ¿Sabes que? Ya no... solo vengo a informarte de que renuncio. Muchas gracias por la oportunidad que me has dado aquí y por estos meses, pero lo dejo - Noan respiró hondo.

- Si es lo quieres María.

- Sí, está decidido - Se levantó, Noan se acercó a ella le dio un abrazo y ella salió de su despacho sintiendose más grande y más viva que nunca.

Cogió el ascensor y fue hasta la planta seis en la que trabajaba India, la buscó y en cuanto la vio India ya sabía que pasaba. Dejó unos papeles que llevaba en la mano encima de una mesa y caminó hacia ella.

En el corazón de María - Trilogía María parte 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora