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Wilson despertó minutos antes de que la alarma sonara. Siempre le pasaba eso, casi nunca estaba dormido cuando ésta sonaba, de forma que casi nunca le parecía exasperante.

Abrió los ojos y parpadeó lentamente, acostumbrándose al cambio de luz.

Una vez estuvo despierto, se deslizó de las sábanas y fue hasta el baño, donde se lavó la cara y enjuagó la boca.

Después regresó a la habitación y volvió a tumbarse a esperar a que la alarma sonara. Todavía le quedaban quince minutos.

Intentó volver a dormirse, pero no pudo. Se giró para ver a House, preguntándose si debería despertarlo.

Con solo verlo la idea se desvaneció de su cabeza. Se le veía tan relajado, su rostro tan tranquilo... Wilson sintió que sería una pena despertarle.

Lo miró durante un largo instante... ver a House dormido era toda una oportunidad, ya que era uno de los pocos momentos en los que se le notaba en paz, con el mundo y consigo mismo.

De pronto, Wilson tuvo que contenerse para no estirar el brazo y acariciar su cabello.

¿ Qué diablos ? , pensó. Eso era algo que se hacía con la chica de la que estabas enamorado, no con el mejor amigo que está durmiendo en tu cama.

Wilson sacudió la cabeza y continuó observándolo.
Entonces sintió algo y se levantó de golpe. No, definitivamente aquello no era posible.

House notó como la cama se movía con aquel sobresalto y se despertó, removiéndose en la cama y estirando los brazos.

- ¿ Qué hora es ? - preguntó al ver a Wilson despierto.

Éste reaccionó y observó la alarma.

- Quedan cinco minutos.

- ¿ Y qué hacemos malgastando esos cinco minutos ? - masculló House, girándose en el colchón y poniéndose de cara a él.

Wilson suspiró y volvió a tumbarse, imitando su posición para quedar frente a frente.

- ¿ Qué tal tu paciente ?

- ¿ El suicida ? - House no se molestó en abrir los ojos mientras hablaba.

- Ajá. ¿ Era epilepsia ?

- Sip - contestó recalcando la "p".

Se quedaron un rato en silencio, y solo entonces House decidió abrir los ojos, encontrándose con los de Wilson. Aunque había estado viendo aquellos ojos durante años, para House fue como si los viera por primera vez.

- ¿ Alguna vez te he dicho que tus ojos son realmente bonitos ?

Wilson sintió cómo se sonrojaba levemente.

- No, que yo recuerde.

- Pues lo son.

Ambos se quedaron mirando fijamente, azul y chocolate.

Los tuyos son los más bonitos que he visto nunca, pensó Wilson, pero no se atrevió a decirlo en voz alta.

No sabía qué le estaba pasando últimamente. Pensaba en House más de lo que debería hacerlo, y ya no sabía si es que se preocupaba demasiado como amigo o...

Wilson decidió dejar de pensar y desactivó la alarma, que estaba programada para sonar en el próximo minuto.

- Es la hora - dijo levantándose- Arriba.

House no le hizo ningún tipo de caso, aunque Wilson no se esperaba lo contrario.
Él, sin embargo, no pensaba llegar tarde.

Abrió su armario y sacó una de sus tantas camisas, unos pantalones marrones de vestir y una corbata.

House observó cómo se quitaba la ropa y, para su confusión, encontró un extraño placer en ello.

Una vez vestido Wilson fue al baño, se peinó correctamente y se anudó la corbata. Se puso desodorante y colonia y volvió al dormitorio.

- Me voy. Si vienes conmigo es hora de que te levantes.

House asintió, pero se quedó observándolo. Wilson levantó una ceja e hizo un gesto de "¡vamos!".

- Perdón - reaccionó poniéndose finalmente en pie - es que estás muy guapo.

Wilson rodó los ojos ante su típica broma, sin saber que, solo aquella vez, House lo decía enserio.

- ¿ Nos vemos esta noche ? - preguntó el castaño mientras se montaban en el coche.

- Vale.

Después de aquello, el camino al hospital fue completamente silencioso.

Una vez allí, se miraron a los ojos y cada uno se escabulló hacia su despacho, pensando ambos en lo extraño que se estaban sintiendo.

Solo un pasoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora