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La mañana amaneció soleada, sin nubes, y sin viento.

House despertó con la sensación de una respiración sobre su pecho, y abrió los ojos confundido.

Fue entonces cuando vio a Wilson agazapado contra él, con una pierna entre las suyas , un brazo aferrándose a su cuerpo, y la cabeza sobre su pecho.

House estuvo a punto de reírse al verlo. Ni siquiera entendía cómo es que había conseguido respirar toda la noche teniendo a Wilson medio encima de él.

House se sintió tremedamente eufórico de despertar a su lado, e inconscientemente una sonrisa de felicidad se extendió por su rostro.

Se removió un poco en la cama, ya que le dolía la espalda. Notó a Wilson removerse y supo que estaba medio despierto.

- Supongo que este agarre de oso quiere decir que te gusta que te abracen - comentó.

Wilson no se molestó en contestar, sino que se apretó aún más contra él.

- Pues tenemos un problema - continuó House - Odio que me abracen.

Wilson abrió los ojos y lo miró dolido. House enseguida acarició su cabello y contestó :

- Era broma, James, no me importa.

Wilson asintió reconfortado, y volvió a apoyarse en él comodamente. Algo en su interior había estallado cuando lo había llamado por su nombre. Hacía años que no lo llamaba así.

- Si cada vez te pegas más vas a acabar reptando por encima de mi - rió House, con casi todo el peso de Wilson sobre el suyo.

Wilson, por toda respuesta, se impulsó y se quedó medio tumbado medio sentado encima de House, sin molestarse en abrir los ojos.

Inmediatamente, el cuerpo de House comenzó a reaccionar ante aquello, y Wilson se separó entre sorprendido y divertido.

- Pensé que después de anoche no tendrías más ganas - comentó.

House frunció el ceño.

- Yo no tengo la culpa de que se restrieguen contra mi.

Wilson rió y asintió.

- Touché.

Aún así, no se apartó, sino que se acomodó entre sus piernas tranquilamente y se inclinó hacia adelante con una lentitud que inquietó a House.

Parecía que Wilson se había percatado de ello, porque, como para provocarlo, se detenía a escasos centímetros de sus labios, rozándolos pero sin dejar que se juntasen.

La respiración de House no era completamente regular, y es que estaba impaciente de que Wilson lo besara ya de una vez. Aquello era como una tortura.

- ¿ qué pasa, House ? ¿ quieres que te bese ? - preguntó juguetón, divirtiéndose de tener el control, al menos aquella vez.

House gruño y unió al fin sus labios, besándolo rápidamente y calmando sus ansias.

- No juegues conmigo, Wilson - concluyó con un último suave beso en sus labios.

Wilson rió levemente y se separó de él.

- Bueno, hora de irse al trabajo- dijo enérgico.

- Si sigues ahí te aseguro que ni tu ni yo saldremos de aquí hoy- respondió House.

Wilson se sonrojó levemente y asintió, levantándose y poniéndose en pie.

Fue entonces, cuando salió de la cama, cuando el frío erizó su torso desnudo.

- House, ¿ has visto mi camiseta ? - preguntó confundido, mirando a su alrededor.

El susodicho se levantó de la cama y lo negó.

- No, pero no importa, te ves mejor sin ella - dijo, pasando por su lado y dándole una palmada en el trasero.

Wilson enrojeció, y a pesar de las palabras de House, abrió el cajón y cogió una de sus camisetas. La camiseta ajustada y los pantalones anchos hacían una mezcla graciosa sobre su cuerpo, y House no pudo evitar sonreír con disimulo.

- Me he puesto una de las tuyas.

- Vale. Vamos a desayunar, tengo hambre.

Ambos caminaron hacia la cocina, sus pies descalzos resonando como pequeños chasquidos contra el suelo.

House se sentó en la silla, y Wilson asumió que le tocaba a él hacer también el desayuno.

- Estoy demasiado dormido como para hacer un desayuno de reyes, así que cogeré cualquier cosa que encuentre- le advirtió.

House se encogió de hombros y contestó.

- No importa, con un desayuno de post-sexo me conformo.

Wilson se volvió hacia él y lo miró arqueando una ceja.

- ¿ Desayuno de post-sexo ?

House lo miró como si fuera algo obvio.

- ¡ Sí, hombre ! Ya sabes, lo mínimo que le puedes ofrecer a una post-cita para que no se desmaye por el camino y se largue lo antes posible.

Wilson lo miró tremendamente divertido.

- ¿ En serio, House ? - rió - Se me había olvidado lo capullo que eras.

House alzó ambas cejas.

- Oye, al menos les ofrezco algo. No me digas que no lo has hecho nunca...

- Pues no, no lo he hecho. O se iban antes de que yo me despertara, o se quedaban tomando un desayuno en condiciones hasta que nos despedíamos con cordialidad.

- Vaya coñazo de hombre... - bufó - no me extraña que tengas a las mujeres como locas.

Wilson soltó una carcajada y sirvió zumo en dos vasos diferentes.

- ¿ Como locas ? ¿ Y qué hay de ti ?

- ¿ Yo ? ¿ A quién voy a gustarle a parte de ti, cosa que aún me pregunto ?

Wilson ignoró la segunda parte de la frase y contestó divertido.

- A Cameron, a Cuddy...
Apostaría que si Taud fuera gay también le gustarías.

- Dios, no- House hizo una mueca de espanto y ambos rieron - Aunque Cuddy no está mal. Esas...

Wilson lo golpeó en el brazo antes de que terminara y puso un paquete de galletas sobre la mesa.

- Anda, calla y come.

- Será lo mejor - sonrió.

Solo un pasoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora