Wilson se despertó con una inmensa molestia en la cintura y zonas cercanas.Ese dolor le hizo recordar el suceso de la noche anterior y creció con dicho recuerdo.
Si no se había ido ayer era porque se encontraba demasiado roto como para moverse, para recomponerse. Pero desde luego lo haría ahora.
Aún notaba las lágrimas secas en su rostro cuando se despegó de la cama. Había estado llorando hasta quedarse dormido, y ahora que estaba despierto, de nuevo tenía ganas de llorar.
Se puso en pie con esfuerzo y se agachó para recoger la ropa desperdigada por el suelo.
Ni siquiera quiso vestirse en el dormitorio por si House se despertaba. Salió al salón y se cambió en él, volviendo a ponerse el chándal que ayer traía puesto.
Mientras los recuerdos asaltaban su memoria, el nudo en su garganta aumentaba y las lágrimas comenzaron a fluir por sus mejillas sin control.
Se sentía humillado, traiccionado, dolido.
En aquel momento House entró en el salón, con una expresión evidente de recién despertado.
A pesar de todo, parecía feliz. El dolor de su pierna había disminuido considerablemente, y tras haber dormido de un tirón toda la noche se encontraba totalmente descansado.
- Buenos días - saludó adormecido a Wilson con una sonrisa.
No te acerques, no te acerques, no te acerques.
House se acercó a Wilson y lo abrazó por la espalda, notándolo estremecerse. Pero aquella vez Wilson no se estremecía por una sensación placentera, sino todo lo contrario.
House, sin percatarse de ello y aún sin procesar la noche anterior, deslizó sus manos en una suave caricia de arriba a abajo por la espalda de Wilson hasta llegar a su cintura, donde apretó ligeramente en una señal de cariño.
Wilson se tensó ante aquello y se irguió estirando la espalda.
Esta vez, House sí se dió cuenta de que algo pasaba.
Dudoso, levantó hacia arriba la camiseta de Wilson, que seguía sin decir palabra - lo que también le extrañó- , y lo que vió lo dejó tan sorprendido que no fue capaz de despegar la mirada de aquellas marcas en un buen rato. Las señales de unas manos, de sus manos, estaban fuertemente marcadas en torno a la cintura de Wilson, hasta el punto en el que en algunas zonas la piel dejaba de ser roja para mostrarse de un color liláceo.
Los recuerdos inundaron de pronto a House, llevándole muy lejos y a la vez muy cerca de allí.
Cuando volvió a la realidad, y se colocó delante de Wilson para verle el rostro, se encontró con que éste estaba bañado en lágrimas mientras que miraba hacia la ventana.
- Dios mío... - House cayó en la cuenta de lo que había hecho y se sintió mal de una manera tan inexplicable y horrible que sintió como la bilis le subía por la garganta y el estómago se le revolvía.
Quiso estirar la mano para tocar el hombro de Wilson, pero éste se apartó, y solo entonces House se dió cuenta de que todo el cuerpo de su amigo temblaba violentamente.
- Wilson... - lo llamó en voz baja, pero éste siguió con la mirada fija en algún punto de la calle mientras lloraba en silencio - Wilson dime algo por favor...
Hizo ademán de volver a tocarle, y de nuevo, Wilson volvió a temblar.
A House se le llenaron los ojos de lágrimas al ver que le tenía tanto miedo y el daño que le había hecho.
- Tranquilo, tranquilo- sollozó, acariciando sus hombros lo más dulcemente posible - Lo siento, lo siento, lo siento...
House quebró y rodeó a Wilson entre sus brazos, pidiéndole perdón una y otra vez.
Esta vez Wilson no le apartó, aunque no dejó de temblar.Finalmente el castaño habló, y sus palabras no fueron pocas.
- Me necesitabas, me pediste ayuda - susurró Wilson con la voz débil y levemente ronca - Vine aquí en plena madrugada, aguanté tus malos modos y te ayudé. Accedí a ser tu distracción... pero no accedí a lo que hicistes después. Me hiciste daño, House. Físico y emocional. No te preocupaste en ningún momento por mi, aunque te rogué que pararas. Solo te importabas a ti mismo, tu bienestar, tu dolor, tu placer. Tú, tú, tú. Siempre tú. Me usaste como una puta de aquí te cojo aquí te follo. Justo de esto tenía miedo. No eres capaz de llevar a cabo una relación, House, no eres capaz de comportarte como un ser humano. Ni siquiera te comportas como un verdadero amigo. Te he aguantado siempre, he estado ahí para tus buenas y para tus malas, te he apoyado cuando nadie más lo hacía. Pero esto... esto ya no puedo soportarlo. Me has roto, y ahora tengo que recomponerme.
Para cuando Wilson acabó de hablar, House lloraba. No le importaba que él lo viera, no le importaba mostrar sus sentimientos. Le había hecho tanto daño... una vez más, se sintió como la persona más horrible del mundo.
Wilson se fue, y él no fue capaz de detenerlo. Se merecía aquello, se merecía estar solo. Se merecía no ser feliz.
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Solo un paso
أدب الهواةEgocéntrico. Insensible. Manipulador. Falsante. Hosco. Inmoral. Drogadicto. Todos esos adjetivos - y más - se apilaban unos sobre otros apuntando a un solo objetivo ; House. Y sí, House no tenía reparos en admitir que todos y cada uno de ellos eran...