Lance sonríe, esconde la cara detrás de su mano.
El anillo —pesado, brillante, está hecho de minerales nativos del planeta en el que están y reacciona a las emociones del portador— se queda incómodamente escondido en su bolsillo derecho. Finalmente han podido escapar al castillo para quitarse las armaduras, pero el paladín negro no ha querido retirarse el anillo junto con el traje, Allura no lo habría dejado. Es una muestra de lealtad, la máxima expresión de cariño para esta gente, quitárselo podría hacer que perdieran la alianza con ellos.
Frente a él hay dos aliens, ambos rebeldes, uno tiene ojos grandes y más dientes que un humano promedio. La otra es una niña, piel lila y runas en la cara, pelo azul casi al ras del cráneo, pero se ve preciosa con su overall blanco y una playera amarilla.
Junto a Lance, Hunk sonríe, Pidge parece entretenida en buscar a alguien con la mirada y ningún Alteano está a la vista, así que Lance tiene que jugar a ser diplomático y traducir la mayoría de las cosas para su amigo samoense, que parece entender un poco del idioma raro que Lance tuvo que memorizar en menos de tres días.
—¿Dónde está Keith?—pregunta Pidge después de un rato, jugando con la manga de su playera—. No lo he visto desde ayer.
Los aliens fruncen el ceño, pero parecen entender que están buscando al paladín rojo porque su nombre sale a media oración. La niña, más alta que Hunk pero más delgada que Pidge, estira un poco la cabeza sobre toda la multitud.
—Èran ghá—dice, y es su manera de admitir que no tiene idea.
Lance suspira, se muerde el labio.
—Voy a buscarlo—les dice a sus compañeros, y después sonríe hacia los aliens y les comunica la misma cosa. Pidge saca un traductor del bolsillo, es pequeño y su margen de error es tremendo, pero servirá mientras el cubano no está.
El anillo sigue pesando en su dedo, así que esconde más la mano en la bolsa de su chamarra y se sube la capucha, los minerales cambian de amarillo a verde y el fulgor es tanto que puede verse por la tela.

ESTÁS LEYENDO
ɱɛʀcy || k ɭ a ŋ c ҽ ||
Fanfic¿En qué momento se le había olvidado como el fuego y el hielo no podían coexistir en armonía?