Capítulo XXII

494 41 36
                                    

Solo quiero que Chandler esté bien.

Hemos decidido con Chandler alejarnos por un tiempo, ponerle puntos suspensivos a la relación e intentar saber que queremos, que necesitamos. ¿Realmente nos amamos cómo decimos?

Y ahí esta Ashton, siendo un héroe, llegando a mi y trayendo paz, desde el primer día lo supe. Quizá es con quien debí estar. Chandler y yo solo hemos sido una historia que jamás podrá tener su punto final.

-Te traje una taza de café, ________.
-Gracias, Ashton -agradezco.
-No quiero que sigas triste, no me gusta verte así.
-Es inevitable -respondo triste.
-Si tan solo no me hubieses dejado...
-Siempre lo pienso -interrumpo.

Sus ojos brillan de inmediato y me observan con alegría. Toma mi mano y la lleva a su pecho, a su pectoral izquierdo. Puedo sentir su corazón latir muy rápido, su respiración acelerarse a mi tacto.

-Yo te amo, en serio -dice con pasión-, te amo. Eres la única mujer que yo le he dicho te amo.

Bajo la mirada; busco desviar la mirada, la tensión de ésto. Su cuerpo se acerca más a mí, su rostro está a centímetros del mío.

-________, regresemos. Por favor. Te quiero tener conmigo para siempre.
-Ashton, estoy muy confundida con Chandler para pensar en lo que pasó con nosotros.
-Lo sé, pero lo que siento no espera, grita, rebota, fluye.
-Chandler es alguien demasiado importante para mí, demasiado -recalco- y siempre existió ese sentimiento de atracción, pero siempre lo dejaba a un lado. Chandler siempre me ha amado, y no lo he sabido valorar. Él ha estado en los peores momentos... -levanto la mirada.
-Pero yo nunca te haría lo que te hizo Chandler. -responde molesto, se retira de mi lado y busca la puerta. Se detiene-. Odio a ese tipo por apartarte de mi lado, lo odio -dice con ansias antes de azotar la puerta de mi consultorio.

Agito mi rostro y tomo un sorbo de café.

-
Estoy sentada en casa, con mi pijama puesta comiendo un sándwich a lo Elvis Presley. Tocino, banano y crema de maní. Saboreo cada bocado mientras leo Principios de la medicina interna. Es el libro biblia de todo estudiante de Medicina interno.

Suena mi telefono y me levanto a revisar. Es un mensaje de Chandler.

Te extraño, pero comprendo muy bien todo. Espero podamos saber que es lo que queremos realmente.

La vida se vuelve más aburrida sin tener a la persona que más quieres. Suspiro y busco mi recámara en busca de dormir ya.

Levanto la mirada, veo mi reloj: 19:26 estoy sola, aburrida, pienso. Debería ir a caminar un poco y meditar. Esos momentos siempre me ayudan. Tomo unos jeans, una sudadera y salgo. Paso por una cafetería comprando un café frío y con extra de dulce.

Mis pasos se hacen largos en aquellas aceras cortas, en donde hay charcos que muestran tu reflejo. Una ciudad tan grande y la vida se te complica en segundos. Así de simple, así de fácil. La vida no es imposible, nosotros la hacemos así; una maraña de problemas.

Mientras camino a mis simples pasos y escucho a Artick Monkeys, veo a lo lejos a él, si a Chandler. Si es que buscamos como separamos y la vida siempre busca como juntarnos. A veces, creo en ese hilo rojo, en esa tradición china.

Él está de espaldas hablando por teléfono, luego se gira para cruzar la calle. Su mirada sin pensarlo me marca, sus ojos me ven con anhelo, agita su mano y me saluda con desenfreno y corre de inmediato en busca de hablarme... Y lo último que recuerdo es que salí corriendo.

Chandler estaba tendido en el suelo, no se fijó; cruzó el semáforo en verde y una camioneta lo volcó. Había sangre a pocos charcos cerca de él, estaba inconsciente.

-¡Chandler! -grite desesperada para que él se mantenga despierto.

Me arrodille y me coloque junto a él. Comencé a sentirme mal, y a llorar. Mis sollozos se intensificaron tan fuerte que sentía desgarrarse mi alma. ¡Dios mío, Chandler no! Me siento desesperada, no debería, veo este tipo de cosas a diario en el hospital... Pero él, no, no debía ser mi Chandler. Me agacho un poco y veo que tiene una herida en su cabeza que permite el flujo de sangre salir, tiene raspones grandes en la pierna derecha.

-Amor, despierta. Todo va estar bien -digo con mi voz quebradiza-. Estoy aquí para ti.
Él tiene sus ojos cerrado y delirando.
-__________, __________ -llama.
-Amor, soy yo, estoy contigo -limpio mis lágrimas al saber que está aquí aún.
-Te amo -dice y en un parpadeo se desmaya.

Rápidamente tomo su pulso y siento el alivio de saber que aún tiene tiempo y posibilidades. De inmediato llega la ambulancia. Subimos a ésta  y llegamos en instantes.

Voy llorando como una niña pequeña, siento que es mi culpa, ¡mi culpa! Me siento encerrada en cuatro paredes sin una salida. Me olvido del mundo, de mis estudios, de mí. Solo importa Chandler ahorita.

-Posible derrame en los espacios cerebrales y o fractura del tronco encefálico. Tiene 3 costillas rotas, y su pierna necesita una sutura superficial -dice el paramédico al médico general.

Yo escucho atenta lo que dicen. Y trato de mantenerme tranquila, pero tengo miedo.

-Estará bien, ¿verdad? -pregunto sin permiso.
-Haremos lo posible -responde el médico.

Y pasan 3 horas largas sin que me den una sola noticia, un solo alivio o suspiro. He llamado a Ginna y está llorando junto a su esposo. Pobre mamá. Si supiera que fue porque Chandler intento saludarme; por mi jodida, enorme y estúpida culpa, ¿por qué no me quede dormida?, me regaño molesta.

-Familia del paciente Riggs -dice el médico.
Saltamos de inmediato.
-El joven está estable por el momento. Aunque en un trance de posible coma, muy corto.
Suelto un quejido y empiezo a llorar, siento que me han arrancado una parte de mí. Las lágrimas salen sin control alguno y me tomó los cabellos.
-Puede pasar a verlo uno de ustedes nada más. Si está su mamá, es lo preferible.
Ginna sigue al médico.

Me quedó ahí hasta el día siguiente esperando noticias. Me siento enferma ya. No cené y no he desayunado, son las 11:30 de la mañana. Pero es que mi apetito ha desaparecido. Solo quiero saber que Chandler está bien.

Las horas pasan, pasan, y ni una sola noticia más. Ginna ha estado a mi lado consolandome; he estado llorando hasta no sacar más lágrimas. Tengo mis manos en plegarias para que todo esté bien con Chandler.

-Familia del joven Riggs -dice el médico. Nos levantamos al llamado-. El joven requiere de una neurocirugía, rápido -recalca-, hay una falla en un tronco pequeño que sostiene al cerebro, si esto no se trata ya, posiblemente el quede con muchas fallas cognitivas o apoplejico.

Solo siento cuando me desplomo en el suelo. Veo pasar cada uno de los momento que he vivido con él, las fotos, los besos, las tardes... Las risas. Despierto al sentir un olor fuerte cerca de mi nariz, es el doctor y un algodón con alcohol.

-Vamos, sea fuerte. Y tome esta barrita nutritiva, -me ofrece una barrita de empaque azul-, usted no ha comido nada -dice amable.
-Y... -cancaneo-... Y... ¿y el neurocirujano? ¿Quién es? -pregunto mientras intento conectar cada uno de mis cables para volver a la realidad.

-Buenas noches -interrumpe....




Gracias por leer. ♡

Mi Mejor Amigo Es Chandler Riggs (II Temp.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora