Capítulo XXIV

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Me duele todo: el corazón, el alma, la vida.


Me quede toda esa noche acompañando a Chandler, sosteniendo su mano junto a la mía. Me despierto porque la fuerte luz del cuarto del hospital golpeaba un poco mi rostro, ya que éste estaba cabizbajo.

-Te amo -murmuran.

Rápidamente mi vista busca la voz, y veo a Chandler con una gran sonrisa. Al instante una gran sonrisa se dibuja en mi rostro y me lanzo a abrazarlo sin medir el hecho de que ésta suturado e inmóvil.

-Te amo, te amo. Bendito sea Dios que estás bien -alabo.
-Sé que has estado aquí. Te ves fatal -dice gracioso.
-No me he duchado desde hace 2 días, he faltado a clases todo porque eres -digo con tanto ánimo, con tanto amor y en un segundo llega a mi mente la promesa que le hice a Ashton- lo más especial -termino con desdén.
-Eres lo mejor que me pudo pasar, amor mío -responde.

Entra Ashton con su semblante serio y saluda. Se dirige a Chandler y le tiende la mano.

-¿Tú me operaste? -pregunta Chandler gracioso.
-Sí, Riggs, yo soy Neurocirujano -dice muy serio. Se nota que no quiere establecer ningún vínculo con Chandler.
-Gracias, doctor Ashton -dice agradecido. Le ofrece una sonrisa de lado.

Realiza el chequeo adecuado, hace sus preguntas y luego se retira. Observo a Chandler con mucho cariño y me acerco a darle un cálido beso a su mejilla.

-No -interrumpe-, aquí.

Toma mi rostro con ambas manos, me sonríe y siembra sus labios sobre los míos. Nos seguimos besando con tanta intensidad que me hace llorar, pienso en lo que le prometí a Ashton, en que ya no podré estar más con Chandler como se lo prometí. Comienzo a llorar inconsciente.

-¿Qué pasa? Tan mal beso -dice para hacerme sonreír.
-No, recuerdos -miento.

Pase acompañando a Chandler toda la semana en el hospital hasta que le dieron de alta. Hice que disfrutáramos cada día ahí, ya que ese lugar no es de risas, no es diversión o felicidad.

Regrese a clases al tercer día. Mi grupo había ido a la luna y ya habían encontrado la cura del VIH, así de literal. Siempre que falto pasa ésto. Intente ponerme al compás con todo lo que había perdido. Tuve que rogar mucho a los doctores internos que recibieran mis trabajos.

Ashton llega a visitarme diario al hospital donde realizo mis prácticas médicas. Después de lo que me hizo prometer ya no confío en él, quiere sostenerme, retenerme a como sea a su lado. A pesar de todo comprendo su lugar, se siente traicionado por Chandler, por mí.

Nos reunimos en un lugar de batidos luego de salir de mis prácticas. Estaba ahí sentado, con una camisa formal, color rosa pastel, su pantalón de vestir color café y sus zapatillas brillantes. Es que es un hombre que tiene un excelente gusto para vestirse, aún no comprendo como le guste yo, osea ni siquiera me puedo hacer una coleta.

-Buenas tardes, Gaycoll -saluda y planta un beso en mi mejilla.
Asiento y sonrío.
-Tus manos son mágicas -alabo-, hasta Chandler piensa lo mismo.
Sonríe apenado y se sonroja.
-Y no solo eso puedo hacer -guiña su ojo.
-No pierdes tu otro sentido, mal pensado -regaño mientras sonrío.
-No sé qué me has hecho, siento que cada día me gustas más y más -toma mi mano sobre la mesa-, te amo, mujer, te amo.
Asiento y bajo mi rostro. Me duele todo: el corazón, el alma, la vida.
-Te aprecio -respondo.
-En dos días regreso a Houston, quería comentarte una noticia que me tiene feliz -sonríe y rasca su barbilla-, no es nada seguro, pero me dan un puesto de jefe del área de neurocirugía en Madrid, España -dice emocionado.
-¡Ashton, eso es increíble! -digo emocionada.

De inmediato me levanto y lo abrazo. Me da felicidad que esté cumpliendo su sueño, y éste es uno más en su lista. Es un gran profesional, muy inteligente; este es un gran paso para alguien tan joven.

-Eres la primera en saber todo de mí, amor -dice sonriente.

Toma mi cuerpo y en segundos hace que caiga sobre el suyo, me acomoda como si me cargará. Su rostro queda a unos simples centímetros, mi saliva se traba en mi garganta. Se acerca a mi rostro y siento su respiración sobre mis labios, mi cuerpo se estremece a su cercanía.

-Eres la mujer más completa que conozco.

Sus labios van directo a los míos, su fuerte brazo toma mi cintura para asegurar mi cuerpo al suyo. Sigue besándome, sigue descargando sus besos de todas las veces que no pudo.  Me siento tan sucia, tan mal. Le estoy mintiendo a Chandler, me estoy faltando a mí misma, una vez más. No sé porqué todo ésto hace que recuerde a Jason, siento que estoy en la misma posición.

-
Paso por la casa de Chandler visitándolo, quiero asegurarme que mejore, que esté nuevo de paquete. Llevo unas donas de chocolate, sus favoritas.

Llego a su casa, toco la puerta.

-Hola, pasa querida -saluda con amor Ginna.
-Muchas gracias y hola -digo sonriente.
-Chandler esta en el parte trasera.

Me dirijo hacia donde está Chandler; me quedo en la puerta viéndolo mientras está sentado con su teléfono. Estoy detrás de él, así que veo lo que hace. Esta en mi instagram viendo fotos mías, pienso y suelto una risita.

-Es que me encantas mucho, mucho -dice y gira su rostro para verme.
Muerdos mi labio inferior y me siento a su lado.
-Traje donas.

Nos sentamos ahí por horas a conversar de todo y de nada, el simple hecho de estar juntos nos hacia muy feliz. Recuerdo que deje descansar mi cabeza en su hombro y que cerré mis ojos.
Despierto adormilada mientras bostezo. Veo a Chandler junto a mí y sonrío, sonrío porque él me hace feliz y yo lo hago a él.

Veo mi telefono y son las 18:34 debo irme, pienso. Mañana tengo una exposición de ginecología, recuerdo asustada.

-Chandler Riggs -llamo.
-Te iré a dejar -se lavanta de inmediato.
-No señor, usted no puede salir. Tomaré un taxi y me iré.
-No estoy enfermo, puedo caminar.
-Sí, pero no debes. Mejor acompañame a tomar el taxi.

Llegamos a la parada de taxis, tomados de la mano. Llevábamos veinte minutos esperando un simple taxi y no pasaba. Tenía que ser yo, siempre.

-Es una señal para que te quedes a dormir conmigo -dice coqueto Chandler.
-Ni en sueños -suelto mi sarcasmo.
-¿Ah sí? -pregunta ofendido-. Bien que el día que te hice el amor me decías...
-Callate, eso no se dice en la calle, que vergüenza.
-Oh sí, Chandler, más rápido. Chandler te amo. Ahggg. Eres el mejor -gime sin parar.
-¡Maldita sea! -maldigo-. Haz silencio. Eso me apena. Sé que mi rostro está totalmente rosado.

Ríe sin parar el tarado mientras me observa. Sabe que esta clase de cosas yo no las suelo hablar, no son tabú, pero tampoco es un tema trivial.
Un taxi veo a lo lejos. Mi suerte cambio al instante. Hago una señal al taxi para que se acerque.

-Adiós, morboso -me despido y beso su mejilla.
-Ciao, mi reina.

Voy en el taxi meditando mi vida. Y pensar que digo que mi vida es aburrida, Dios, es una parodia, un desastre de vida emocional. Creo que un libro debería de escribir. Cuando estoy feliz con alguien, llega alguien más, lo destruye y desde ahí empeora todo. Es como si no existiera estabilidad emocional en mi vida.

Solo sé que no quiero estar con Ashton, ser su novia porque él quiere. Y no sé porqué tengo un mal presentimiento de su viaje a Europa.






¡Gracias por leer! ♡

—¿Qué les parece el hilo que lleva la historia?

Mi Mejor Amigo Es Chandler Riggs (II Temp.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora