Las Canciones Del Corazón III [Malec]

Recuerdos.

POV. Magnus.

Tocaron el timbre, y ahí estaban mi arándano y mi ángel, se veían tan hermosos juntos.

Cargue a mi arandanito. Y ayude a Alec con sus cosas.

POV. Alec.

Volver aquí, me traía recuerdos dolorosos, volvía esa punsada horrible, que dolía en mi corazón.

Olía como siempre. A sándalo.

Magnus abrazaba y besaba a Max. De verda me hubiera gustado que estuvieramos juntos, para poder criar a nuestro bebé, juntos. Como antes.

Y llego a mi mente un recuerdo. De la primera vez que lo vi. Parecía brillar. Como lo defendi de Sebastian.

Y de repente, otro recuerdo me golpea. La primera vez que estuvimos aquí.

Quería llorar, pero no aquí, enfrente de Magnus.

- Yo me... Me siento un poco cansado.- dije.

- Tu descansa, yo cuidó a este hermoso arandanito.- dijo y comenzó a llenar a Max de besos, haciéndolo reír.

No pude evitar sacar una sonrisa.

Tal vez, si nada ubiera pasado, las cosas serian diferentes.

Fui a una de las habitaciones que tenia Magnus. Las sabanas tenian su aroma, abrace la almohada y me dormí.

POV. Magnus.

Estuve jugando con Max, casi toda la madrugada, hasta que se durmió.

Al día siguiente, toda la familia Lightwood, estaba en mi casa.

Jace estas tirado en el piso. Isabelle estaba sentada en el taburete de la cocina. Maryse y Roberto estaban discutiendo.

Alec, estaba cargando a Max, sobre protegiendolo de su loca familia.

Me acerque a Alec.

- No sabia que iba a venir tu familia!- dije.

- Aparecieron!- contesto.

- Ellos no lo habían visto?- pregunte, señalando a Max.

- No! Nadie sabia de el!-

- Y como se enteraron?-

- Simón me dijo, Anna le había dicho y yo le dije a todos!- contesto Isabelle. No me había dado cuenta de que ella estaba aquí cerca.

Ver a los Lightwood me daba migraña. Me senté en el sofá morado. Ahí estaba Max, el hermano de Alec.

- Es raro!- dijo el niño, metido en sus libros de manga.

Jamás había hablado con el hermado menor de Alec.

- Que es raro?- pregunte.

- Alec debería estar feliz, pero no lo esta. ¿Que le hisiste?- pregunto.

- Por que crees que le hice algo?-

- Por que conosco a mi hermano. Y se nota la distancia entre ustedes. Cada vez que los veía, me preguntaba si todo era una ilusión, la forma en la que lo mirabas y el te miraba, parecía de película o algo que solo se ve en los libros. Y me preguntaba si alguna vez, yo podría tener eso con alguien.-

Las palabras sonaban melancólicas. Y era raro, viniendo de un niño de nueve años.

- Si la hay, solo necesitas buscarla y nunca rendirte.- le conteste.

- Puedes hacerme una promesa?- pregunto curioso.

- Cual!?-

- Promete que nunca lo vas a dejar, que siempre lo protegeras, y que si pasa algo malo, siempre lo apoyaras y estaras ahí para el.-

- Lo prometo!- conteste.

El niño sonrio, con un gesto de alivio.

Aun se escuchaba el alboroto de los Lightwood.

— Dejame cargarlo. Soy la persona aquí, con mas experiencia en bebes.— dijo Maryse acercandoce a Alec.

— No le creas Alec, yo soy el mas especializado respecto a bebes.— espeto Robert.

— Según recuerdo, tu los haces rebotar.— dijo Maryse.

— A los bebes les gusta rebotar.—

— Rebotar, hace que los bebes vomiten.—

— Bueno, al menos vomitan alegremente.—

Alec retrocedió, con el bebe, chocando con Jace.

Alec le dio el bebe a su parabatai.

Jace, comenzó a hacerle cosquillas, haciéndolo reír. Max, le dio un golpe, al momento de moverse.

— Muy bien, la próxima vez, mas fuerte.— le sonrió a Max.

— Dejame cargarlo!- espeto Maryse, de nuevo.

— Clary, quieres cargar al bebe!- dijo Jace, ignorando a Maryse.

— No, creo que estoy bien!- contesto Clary.

Clary y Jace, ya habían arreglado las cosas. Estaban juntos de nuevo.

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Nacido para la noche eterna <3.