Only Love Can Hurt Like This

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POV. Alec.

Tenemos que encontrar a Magnus!— dije, después de abrir la puerta con fuerza.

— ¿Que demonios te pasa? Son las 2:00 de la madrugada. No voy a ir a buscar a Dory.— volvió a taparce con las sabanas.

— Hay, por favor Anna. No es tan tarde.—  dije tratando de quitarle la sabana.

— No. Tienes a un bebé que cuidar. Debería de estar durmiendo.—

— Lo lleve con Izzy. No te preocupes. Todo esta resuelto.— le conteste.

— Creí que habías dicho que no lo buscarías. —

— Creí que habías dicho que lo encontrarías.— la contra dije.

— Que te hizo cambiar de opinión?— se quitó la sabana de la cara.

— Que lo amo, mas que a nada ni nadie.— conteste.

— Bien! Te ayudare. Pero con una condición.—

— Cual?—

— Primero aceptala.—

Dude un poco. — De acuerdo, la acepto.—

— Le contaras la verdad a Magnus. De lo que paso hace un año y de lo que paso hace un mes.—

— Creí que querías que nadie supiera lo de hace un mes.—

— Quiero que no aya secretos entre ustedes.—

— Bien! Se lo dire todo.—

POV. Magnus.

— ¿Por que me tragiste aquí?— le pregunte mirándola.

— Por que tu me lo pediste.— contesto.

— ¿Ah, si?—

Estabamos en el puente de Brooklyn. El cielo, estaba negro, con la luna y las estrellas alumbrando. Como en nuestra Luna de Miel.

— Deja de recordar, te duele 1000 veces mas!— dijo, el aire, hacia mover su cabello rubio.

— Guau!Te escuchaste como Anna.— dije, la cabeza me daba vueltas.

— Sera por que tal vez, estuvimos saliendo por un tiempo.— contesto.

— ¿Queeeee? No!— la mire dudoso. — Tu y Anna?— asintió con la cabeza. — Pero, cuantas veces no te pateo el tracero.— dije sacando una carcajada. — Okey! Imaginare que nunca escuche nada de esto.—

POV. Alec.

Son casi las cuatro y ya hemos buscado por todos lados.— dijo Anna quejan doce.

Estábamos a punto de pasar por el puente de Brooklyn.

— Debe de estar por alguna parte.— dije, mientras entrábamos al puente.

A lo lejos, se distinguía una silueta de una mujer, con cabello rubio, casi blanco.

Pasamos al lado de ella y pude distinguir otra silueta.

— Espera, deten el auto.— dije.

Freno tan rápido, que casi salía volando. Salí corriendo del auto.

Mi preocupación desapareció en un instante.

Me acerque a el, corriendo. Anna venia detrás de mi.

— Magnus!— Murmuré. Y después, se desmorono, sobre el piso.

— Camille!— escuche decir a Anna.

Las Canciones Del Corazón III [Malec]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora