Capítulo 3

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Sus fosas nasales se llenaron de un olor a menta, coñac y humo de tabaco. Él poso los labios en los suyos y ella le planto las manos en sus brazos, tratando de alejarse. Ella forcejeo con todas sus fuerzas, resoplando en los labios del individuo que la apretaba contra él. Sintió el momento justo en que ese hombre se dio cuenta que no era la visita que estaba esperando. La soltó tan rápido que ella se tambaleó y se agarro a una columna para no caer.

 —¿Quien eres? — la voz, ronca y gruesa se le antojo peligrosa.  
— No importa. — le contesto Destiny arreglándose el vestido, sin atreverse a mirarlo. — Lady Clare me mando a decirle que no puede asistir a la cita.

    Destiny sintió que una trenza caía de su peinado. Levanto las manos a su cabello y trato de arreglar y enganchar la trenza en su lugar.
 — Pensé que era ella, cómo tiene el mismo vestido. — se excusó el.

 —No es el mismo. Quizá el mismo color, pero no el mismo diseño.

 — No la vi por la oscuridad.

 — No me vio porque no quiso. — le rebatió ella. —Estaba como un león, agazapado esperando su presa. Vio una falda y se abalanzó. Típico.
    Dijo Destiny desdeñosa.

 — Si usted no se hubiera vestido con un vestido del mismo color, esto no habría pasado. — le dijo Adrián enojado.

   Ella, profundamente ofendida. Contuvo el aliento. El sonrió divertido.

 — Es descortés hablar de la vestimenta de una mujer. Y en ese caso, la equivocada fue lady Clare quien se vistió en desacuerdo a la etiqueta. Ella es una mujer casada, y yo soltera. Tiene que usar otros colores ya que el pálido virginal ya no es conveniente a su situación.

   Destiny bajo los escalones ofendida y el la siguió. Al llegar mas cerca de la luz el rápidamente pudo verla.

 —O quizá usted quería parecerse más a ella. — la pincho el. No sabia por qué lo hacia, pero lo divertía. Ella se paro en seco, y se dio vuelta para enfrentarlo. Las sombras no fueron amables con su perfil.

     Lo miro a los ojos y se encontró con unos ojos marrones chocolate. Un hombre alto, con ese color de piel amigable al sol, ese color que acepta quemarse y no ponerse colorado. Una boca sensual y una nariz perfecta para ese bello rostro. Su cabello corto en comparación a la moda, era negro como la noche.  ¡madre santa!  Pensó. Aquí tienes la perfección masculina.

— No tengo que parecerme a nadie, ni lo necesito.

 —Claro que lo necesita. Sino ¿como va a cazar un marido?  Porque por su belleza no lo creo.
 — No necesito ser bella para casarme. — susurró ella furiosa.

 — Esta claro en este caso que si. Dado a su inmensa dote, puedo afirmar que la mas alta de toda Inglaterra, y a pesar de su quinta temporada, sigue siendo una blanca paloma. ¿Por qué sera?

    ¡Maldito infeliz! Pensó furiosa. Puso sus manos en la cintura y se acercó a el.

 —No entiendo porque estamos teniendo esta tonta conversación. Ni entiendo su insultos hacia mi persona. No me interesa explicarle algo a un bruto insensible como usted.

    Adrián bajo la mirada hacia sus manos, blancas y de dedos largos, parecía que podía abarcar su delgada cintura.

— Le aconsejo que trate de parecerse más a las mujeres bellas, con esos vestidos insulsos dudo que alguien la mire dos veces.
  Ella lo fulminó con la mirada y se volteo, dos pasos después paró y se volteo ligeramente, mirándolo de lado dijo desdeñosa:

 — Y yo le aconsejo que se marche. Lo que no se obtiene de nacimiento, no se puede adquirir con dinero.

    Adrián se puso lívido. Si que había dado en el clavo, pensó. Vio su erguida espalda alejarse y sintió una incomoda sensación. Sonrió como el diablo cuando ve a su próxima víctima, y pensó que Clare le había mandado justo a quien quería.

Lady Destiny ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora