Capítulo 7

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Destiny se vistió con un vestido violeta, con ribetes y moños en la falda, y el cuello cuadrado. Le pidió a Elle que le haga una trenza baja y le diera una vuelta en la cabeza, se puso unas perlas en la trenza y una simple pulsera también de perlas, a juego. Al bajar las escaleras, él la esperaba perfectamente vestido con un traje negro. Cuando la vio, frunció el ceño.
— ¿ Y el vestido que te mande?

— No me gusta.

— No me importa, vete y pontelo.

Destiny lo miro airada.

—Me voy a ir con este.

— Vete a cambiar, ponte el que yo te mande.

Ella lo miro enojada.

—O voy con este o no voy.

—No me gusta este color. Pónte el otro vestido.

Ella se dio la vuelta y subió las escaleras. Adrián espero y espero. Y cuando se canso, subió a buscarla. La doncella estaba en la puerta, como un guardia.

— ¿Cuanto más falta?

— Lady Destiny decidió acostarse. Le desea buenas noches.

A Adrián se le demudo la cara de la sorpresa. La corrió de la puerta y entro a la habitación. Ahí estaba ella, sentada en la coqueta, con su largo cabello de un solo lado, cepillándolo.

Con un camisón blanco, lleno de volantes y cintas. No era de una tela resistente, sino de gasa, transparente. Con sorpresa vio la espalda, la cintura y caderas bien definidas. Y la curva de las nalgas, sobre la banqueta. Tenia la cabeza ligeramente ladeada para peinarse el cabello, sus esbeltos dedos sostenían el cepillo de plata y Adrián se imaginó esos dedos rodeando otra cosa que ese mango de plata.

Al verlo, ella se dio la vuelta en el banco. Sus rosados pezones se transparentaban en la tela, aunque solo se veía uno, el otro estaba tapado por el pelo de ella. Sus manos eran blanquisimas en contraste con su pelo.
Con un brazo atrás, apoyo en cepillo en la mesilla y lo enfrentó. Al pararse, Adrián noto su vientre, plano como una madera. No quiso mirar mas abajo, por que su miembro ya estaba duro sin darse cuenta. Carraspeo incomodo.

— Debes aprender a golpear la puerta.

¿Se había dado cuenta que su voz era soterradamente sensual?

— ¿Qué estas haciendo? Debemos irnos.

— No pienso ponerme ese vestido. Ni ninguno que tu me mandes. Soy perfectamente capaz de elegir los vestidos.

— No tiene nada de malo el que te mande.

— Claro que tiene de malo. Primero no lo elegí yo. Segundo que es escotadisimo.

El bajo la mirada hacia sus pechos. La boca se le hizo agua al verlos. Ella se dio la vuelta para buscar su bata y el tuvo una perfecta visión de su trasero. Nunca se había parado a pensar en su anatomía, y ese trasero era redondo como una manzana, sus manos se movieron involuntariamente y ella se escapó de su agarre sin darse cuenta. Ella, inocente. sin darse cuenta de nada se agachó un poco para tomar la bata del centro de la cama, en una pose totalmente lasciva.

Adrián sintió calor en todas partes y más en una zona en concreto. Ella dio vuelta la cabeza para mirarlo mientras trataba de alcanzar la bata y lo vio con los ojos cerrados y un poco colorado. Creyendo que se sentía mal, se acercó sin ponerse la bata. Le tocó la frente y el abrió los ojos y la miro intensamente.

— ¿Te sientes mal?

Adrián gimió despacio. Sus manos cosquilleaban por tocarla.
Lentamente le paso una mano por su cintura y se acercó a ella. Con la otra mano, la subió lentamente y le rozó el pezón, ella contuvo el aliento, con los dedos ligeros como las alas de una mariposa le acaricio el cuello para finalmente acunar su mejilla. Destiny sintió su corazón palpitar fuerte, y se sintió perdida en sus ojos. Puso las manos en su pecho y se alejo.

Lady Destiny ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora