Destiny es la primogénita del conde de Rochester, un hombre poderoso y adinerado. Ella es una mujer fuerte, valiente, educada, divertida. Tiene una reputación impecable, dinero a montones pero carece de belleza.
El es un hombre apuesto y rico...
Adrián corrió hacia Destiny. La alzo y sintió fría, sin vida. Los ojos trabados en el agujero, mirando el cielo, con la cara blanca.
Samantha llego a su lado y lo aparto. La dejo en el suelo como estaba y le tomo el pulso. Comenzó a masajearle el corazón y después le hundía ambas manos en el pecho, Adrián vio que posaba sus labios en los de Destiny y le insuflaba aire. El pecho sin vida de Destiny subió al llenarle los pulmones, Adrián estaba sentado, derrotado, devastado mirando como el amor de su vida yacía en el piso.
Pero Samantha no claudicó, estuvo lo que a Adrián le parecieron horas masajeandole el pecho e insuflándole aire a sus pulmones. Samantha le hablo y el no pudo identificar las palabras. Ella le dio un empujón fuerte que lo tiro al piso.
- Pasamela. El agua Adrián. - pidió con voz frenética y la mano extendida . Al ver que el no hacia nada paso sobre el cuerpo de Destiny y tomo el odre, lo abrió y metió agua en la boca de su mujer.
Destiny lo primero que sintió después de días, fue agua que bajaba de su garganta. Durante días había estado en esa cabaña, en el suelo, encadenada. Ambas manos encadenada a la misma cadena, si movía un brazo, el otro se movía por la cadena.
Destiny jamas iba a saber cuantas horas había estado así, solo sabia que no quería morir.
- Destiny. Destiny. -. oyó su nombre una y otra vez.
La voz de una mujer. Trato de apartarse al pensar que era Clare. Sus ojos estaban cerrados, trato de abrirlos pero no podía.
- Derek, échate. Tu también. - la mujer ordenaba. Sintió sus brazos por primera vez en días, sintió que se caldeaban ligeramente.
Unos lametazos amables en su cara, como besos húmedos y cariñosos. Y a lo lejos un murmullo salvaje, una voz que retumbaba en su pecho. Palabras incomprensibles.
Cada vez mas entonada, sintió un brazo sobre su cintura, y un cuerpo abrazándola de un lado y en el otro un perro, con la cabeza sobre la parte baja del vientre, otro con su cabeza en su hombro. La vista se llenó lentamente de colores. Dio vuelta la cabeza y se encontró mirando unos ojos perrunos. El perro saco la lengua y la beso con entusiasmo. Sintió que su cuerpo volvía a estar caliente y respiraba mejor. Se encontró con unos ojos marrones que la inspeccionaban. Se acercó a ella y pasándole el brazo bajo la nuca, la levanto ligeramente y le dio mas agua. Su cuerpo, necesitado y sediento comenzó a tragar violentamente. Soltó un gemido cuando el agua estuvo fuera de su alcance.
- Despacio. Lento. Si no lo tomas así, te volveré a sacar el odre, ¿entendiste?
La mujer volvió a darle agua y agradecida cerro los ojos. Cuando estuvo saciada, le agradeció con un murmullo suave. La vio mirar hacia la otra persona que también estaba ahí.
- Quédate con ella. Iré a buscar las llaves para quitarle estas cadenas así la sacamos de aquí. Que no se enfrié. Vamos Derek.
La vio irse y sintió un llanto desgarrador de alivio.
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