Destiny es la primogénita del conde de Rochester, un hombre poderoso y adinerado. Ella es una mujer fuerte, valiente, educada, divertida. Tiene una reputación impecable, dinero a montones pero carece de belleza.
El es un hombre apuesto y rico...
Por primera vez que se había casado con Destiny, Adrián falto a a cita con Clare. Se veían no tan frecuentemente como antaño, pero él se desfogaba. Besarla había sido un fracaso.
No había pensado que iba a trastornarlo tanto. Verla así, entregada y con su cuerpo cálido entre sus brazos lo había excitado de forma indecible. Por primera vez se imagino haciendo el amor con esa mujer. Nunca se había sentido atraído por un cuerpo tan flaco como el de ella, en cambio Clare se ajustaba mas a sus cánones de belleza. Pero verla con el pelo suelto y la cara arrebolada, había sido mas de lo que esperaba. Quería introducir su pene y mientras lo hacia, enroscar sus manos en ese cabello espeso.
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Después de terminar el trabajo, se fue a la casa, viendo la hora para la cena. Al llegar a casa se encontro con una actividad infrecuente en ese día, en vez de Destiny quien lo recibió fue la señora Thompson.
—¿ Y lady Destiny? — preguntó. — ¡Oh señor! Milady ha tenido un accidente cabalgando y se ha caído de la montura.
Adrian corrió y subió las escaleras de dos en dos, al llegar arriba el doctor salia de la habitación.
—¿Cómo esta? ¿Que le paso? — Lady Destiny se cayo del caballo y se ha dislocado el hombro.
Adrian se puso lívido. A pesar de las palabras tranquilizadoras del médico de que se recuperaría, entro en la habitación y la vio acostada en la cama, llena de almohadones a su alrededor y su hermoso cabello suelto. Con el brazo en cabestrillo.
Estaba dormida. El doctor le dijo que había decidido darle algo para dormir. Se sentó a su lado y la miro.
Su rostro estaba ligeramente pálido, paso una mano por su mejilla y bajo hasta el cuello, paso un dedo por el hueco de la clavícula. ¿se había dado cuenta que tenia un cuello esbelto? Y ese delicioso recoveco latía suavemente, sus labios estaban ligeramente abierto y él no pudo contenerse y posar sus labios sobre los de ella. Le dio un tierno beso en los labios y luego beso sus párpados cerrados, sus mejillas y otra vez su boca.
El la miro con intensidad.
—No eres hermosa. Pero tienes algo. Y no hablo de tu pedigrí, vibras. — dijo moviendo las manos a su alrededor. — eres interesante, inteligente y dura. Firme. Eso es lo primero que se me viene a la cabeza cuando te miro. Voluntad inquebrantable. Admiro eso.
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