Capitulo 11: Amenaza.

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Pasó un mes desde que los caminos de Irene y los Vengadores se habían cruzado y hasta ahora todo iba de maravilla, inclusive los planes para acabar con H.Y.D.R.A ya iban un poco adelantados gracias a las reuniones secretas entre Fury, Irene, Hill, Bucky y Amelia; no querían contarle sobre dichos planes a los Vengadores por motivo de que Fury quería un nivel de sigilo alto y eso implicaba que el menor número de personas posible sepa de sus planes hasta que éstos estén sólidos y listos para realizarse.

Ahora los dos Barnes se dirigían hacia la casa de la familia Rogers luego de una reunión con Fury, la razón por la que iban era que pensaban que ya era hora que sus mejores amigos supieran la verdad acerca del apellido de Irene.

—¿Qué me miras tanto? ¿Tengo algo en la cara?—preguntó Bucky a su hija mientras conducía, ésta se la había pasado mirándolo todo el camino hacia la casa de los Rogers.

—No tienes nada papá, solo que he pasado la mayor parte de mi vida deseando tenerte a mi lado, y ahora que lo estás siento que es un sueño... y tengo miedo de un día despertar y encontrarme de nuevo en esa habitación fría de la base siendo la infame Teniente del Invierno, la hacker y asesina más buscada por la Interpol.

Bucky al escuchar esa respuesta soltó una mano del volante y tomó la mano de su hija, aprovechó que en ese momento se detuvieron en un semáforo que estaba en rojo para hablarle con toda la sinceridad del mundo.

—Escucha, ambos sabemos que por obvias circunstancias no he sido parte de tu vida por todos estos años, pero te prometo, Irene, que ahora que estamos juntos padre e hija no me voy a separar de tu lado en todo lo posible...

No pudo decirle más cosas ya que fue interrumpido por el sonido de la bocina del automóvil que estaba detrás de ellos, el semáforo ya estaba en verde. Irene sonrió y apretó levemente la mano de su padre dándole a entender que ella comprendía todo y que de igual manera nunca dejaría que algo malo le pase a él.

—Bueno, ya llegamos —anunció Bucky estacionando el auto frente a la casa de la familia Rogers.

Ambos bajaron y se dirigieron a la entrada de la casa, Irene tocó el timbre y en menos de un minuto Steve les había abierto la puerta y los invitó a pasar. Entraron y se encontraron con la sala de estar en la cual estaba James viendo un documental de la Segunda Guerra Mundial con una cara de emoción indescriptible.

—Que tal, tío Barnes—saludó James a su prácticamente tío apartando la mirada del televisor—. Hola Irene —prosiguió saludando a su amiga moviendo la mano; ambos aludidos respondiendo el saludo de igual forma.

A Bucky le sorprendió un poco que James le llamara tío por lo que le preguntó a Steve cómo era posible que ahora su hijo lo llamara así, él le explicó que desde muy pequeño le contaba historias sobre ambos y ahora James lo consideraba parte de su familia.

Steve se sentó junto a su hijo y los Barnes se sentaron en un sofá diagonal a ellos para empezar a explicar los motivos de su visita.

—Bien, estamos aquí porque Irene y yo sabemos que ustedes están sospechando que algo raro pasa, que ambos estamos ocultando algo —empezó a explicar James Barnes—. Y no se equivocan, la razón por la cual vinimos los dos juntos es porque ese ''algo'' nos une a los dos. Cuando llegué de Wakanda y supe de su historia con H.Y.D.R.A, de que era un súper soldado y todo lo demás quise saber más sobre ella.

«Un día ella estaba entrenado en el gimnasio de la torre de los Vengadores y quise averiguar por mis propios medios cómo era posible todo eso que ella podía hacer si según todos nosotros los súper soldados que quedaban los había asesinado Zemo hace más de veinte años. Ella me contó su historia en la cual su madre que trabaja para Fury se infiltró en H.Y.D.R.A y dio a luz su nueva arma.

La Hija del Soldado del InviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora