Capítulo 8

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Naruto y Hinata se dirigían al carro de Itachi creyendo que éste estaría ahí al no encontrarlo dentro de la fiesta que estaba por finalizar, pues eran aproximadamente las 4:30 de la madrugada. Sasuke venía atrás de ellos con Karin, la prima del rubio.



—¿Y el carro? 



Sasuke ante la pregunta de su amigo sacó su teléfono y llamó a su hermano, no obteniendo respuesta alguna se resignó y frunció el ceño, dirigiendo su mirada a su exnovia, la cual sacaba las llaves de un auto que adornaba el sitio para quitar el seguro de las puertas. 



—¿Los llevo? —Los jóvenes presentes asintieron, adentrándose en el automóvil puesto que ninguno de los dos trajo dinero al venir con Itachi, se confiaban mucho de él y para su sorpresa los terminó dejando tirados. Eso era común en Sasuke, pero jamás en su hermano mayor; y ni modo de pedirle dinero a la Hyüga. Naruto no haría el ridículo y Sasuke preferiría irse a caminando antes de perder su orgullo por un aventón.



Hinata sacó su celular en busca de mensajes, pero terminó suspirando aliviada, pues no había ningún regaño en ellos. 



Al cabo de unos minutos llegaron a la casa de la Hyüga. Naruto se bajó y la acompañó hasta la puerta para asegurarse que entrara bien en ella. Hinata se despidió y él sonrió, estampando sus labios en su mejilla mientras con las manos se rascaba atrás de su nuca, nervioso por el rechazo que nunca apareció, pues en vez de eso a la jovencita solo la adornaba el color rosa en sus pómulos.



El joven dudó y decidió arriesgarse un poco más, acercando su mentón al suyo, y al estar a un centímetro de sus labios sonó el pitido del carro un par de veces, asustándolos a ambos.



Naruto se alejó y ella entró, cerrando la puerta. El rubio se subió molesto, fulminando a su prima con la mirada.



—Te demoraste mucho, idiota —contestó Karin ante su silenciosa protesta.



El aludido gruñó y se quejó hasta llegar a su apartamento, bajándose sin despedirse. La cólera ante su interrupción causó rasgos en su fantasía que estuvo a punto de cumplirse. No pudo evitar sacar el dedo del medio a espaldas del carro, teniendo a cambio la risa femenina de la conductora. Por último Karin llegó a la mansión de los Uchihas y dejó a Sasuke en ella, despidiéndose de un suave beso en los labios.



El joven antes de entrar se cercioró que el carro estuviera y así fue. Al pasar la llave sintió el olor dulce de una colonia, levantando la ceja ya que su hermano no solía llevar chicas a dormir con él a menos que fuera su novia pues normalmente lo hacía en algún motel. Caminó hasta su cuarto y escuchó su voz, quedando estático en su caminar, retomándolo al entrar en razón nuevamente pero en sentido contrario.



Frunció el ceño y divisó la habitación de Itachi; cuando los gemidos cesaron abrió la puerta descaradamente para encontrarse con el cuarto desorganizado. Los objetos que adornaban el escritorio estaban esparcidos en el mármol, las prendas íntimas de su conocida se encontraban rasgadas y la cama adornada por la joven de largo cabello rosa, la cual estaba desnuda, durmiendo plácidamente en el rincón como si tuviera el mejor sueño de su vida. 

Triángulo amoroso [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora