Triángulo amoroso [Terminada]

Capítulo 11

Sakura se encontraba sentada en el sofá en medio de los dos Uchihas. Estaba bastante incómoda, pues el ambiente se sentía pesado, como si en cualquier momento fuera a detonar y se evocaría una guerra con ella presente.

Suspiró y bebió el chocolate que tenía entre sus manos, ya que en menos de una hora Tenten y Neji se habían marchado porque Ama recibió una llamada de su abuela sobre algo que sucedió en su casa, eso desató una discusión entre ambos ya que Neji no dejaría a Hinata sola pero tampoco dejaría que Tenten se marchara al igual, sola.

Al final se la recomendó a Sakura como si fuera una niña pequeña y se marcharon en la camioneta con Pein, que era el que trajo a Itachi a la cabaña.

Naruto se rascó la nuca al entender un poco la relación de las tres personas frente a él; ya empezaba a ver en su mente un encuentro nada amigable si Itachi se enteraba de lo que pasó la noche anterior, pero él como buen amigo guardaría el secreto.

—¿Cómo distribuiremos las dos habitaciones? —La cuestión del rubio atrajo la atención de todos, haciendo tragar pesado a las dos mujeres.

—Quieres dormir a solas con Hinata, ¿no es así idiota?—Las palabras de Sasuke sonaron como algo obvio— En la otra habitación dormiré con mi hermano y Sakura.

Sus palabras sorprendieron en demasía a los presentes, al sonar como algo sin importancia.

Itachi levantó una ceja y sonrió burlón, no era como si le importara de a mucho pero debía admitir que no le gustaba compartir en absoluto, pues tenía interés más allá del sexo con ella.

El Uchiha mayor se levantó y extendió su mano para que Sakura la tomara, dirigiéndola afuera de la casa.

—Sakura, no me gustan los secretos.

Su gruesa voz retumbó en sus tímpanos, erizándole la piel.

—¿A qué te refieres?

Itachi se agachó hasta su altura y rozó sus rosados labios, estando a centímetros de distancia.

—¿Le permitiste algo a Sasuke?

La mujer se sonrojó con levedad y negó con la cabeza, esquivando su penetrante mirada.

—No, yo no haría eso.

Itachi levantó su rostro con su dedo índice para que lo viera a los ojos.

—Tengo experiencia en mujeres, Sakura -avisó como una carta a su favor— así que lo que sea que pasó entre ustedes no debe repetirse.

Sakura escuchó y notó que no era un aviso, sino una amenaza escondida con sus palabras sutiles y delicadas. Tragó pesado y sintió sus varoniles labios sobre los de ella, en el momento que empezaba a cerrar sus orbes visualizó a Sasuke en la puerta, el cual se volteaba con el ceño fruncido para entrar nuevamente a la casa de invierno.