Parte I

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El año pasado había perdido en las semifinales contra Skt. A pesar de lo destrozado que se sentía hasta el punto de llorar, dio lo mejor de sí y estaba orgulloso de su desempeño. Su Lee Sin era imparable y la Miss Fortune de GorillA no tenía rival pero debió prever que el mismo truco no funcionaria más de 2 veces contra los campeones. Sus compañeros lo sostuvieron cuando las lágrimas eran visibles como la familia que eran, una familia destinada a separarse. El coach les dio la mala noticia antes de las Worlds y en vez de desanimarles, fue el catalizador para llegar hasta donde lo hicieron. Ahora, un año después perteneciendo al equipo que destruyó sus sueños de ser campeón, la decepción antes vivida no se comparaba con la amargura de ver a su amado hyung con la cabeza baja y el título arrebatado. Las leyendas nunca mueren pero si pueden caer en el campo de batalla.

"Los Dioses sangran" escucho a sus espaldas, tuvo que apretar los dientes para contener su ira. SangHyeok no era un Dios, no era un jodido robot, no estaba mecanizado, era un ser humano. El humano más hermoso que hubiera conocido en su corta vida y el, el causante de su derrota. Lol es un juego que te puede llevar a la gloria y al siguiente parche hacerte una mala broma. No lograba acomodarse al meta y esa fue su ruina. De que le servía robar un Nashor si Samsung Galaxy hacía exterminio, dragón e inhibidor. Peanut es el mejor Jungla actualmente, decían , Bengi le ganaba con un solo dedo en el teclado y Ambition lo humilló en la grieta al punto de outplayarlo en segundos con Jarvan. El solo era un niño entre gigantes. Un niño cegado por las luces de la gloria con la responsabilidad de estar a la altura de su predecesor y aplacado bajo la sombra de un Dios. Su corazón dejo de latir cuando se encontró con la mirada del mid laner con los ojos rojos, el rastro de sal y agua en las mejillas. El hombre calculador y confiado se había ido lejos, ese no era Faker. No era la mirada del hombre que amaba.

Huyó, corrió tan rápido como lo permitieron sus cortas piernas ignorando el llamado de Kkoma. El no estaba a su nivel, ni mecánicamente, ni como amante. Era un niño que le gustaba reírse aun cuando iba perdiendo, un niño que abrazaba a sus compañeros frente a multitudes cuando una jugada salía a la perfección, un niño que solo quería ganar, un niño asustado. No sabía a donde se dirigía y no le importaba pero entre más lejos de la arena era mejor. No estaba listo para enfrentar las consecuencias de la derrota, no estaba listo para dejar Skt y a SangHyeok. Una voz que no reconocía gritaba a sus espaldas, no tenía el valor de voltear. Si veía para atrás reconocería su caída. Un agarre en su brazo izquierdo lo halo hacia atrás siendo recibido por un amplio pecho y un abrazo con olor familiar. Hundió su rostro en la calidez del cuerpo contrario. Podían pasar mil años pero aún a ciega reconocería la esencia de Smeb. Sonrió amargamente al verse transportado al pasado donde esa misma sensación de seguridad lo tranquilizaba en las derrotas. Se sostuvo a su chaqueta como un náufrago a un salvavidas. Le costaba respirar y sus piernas temblaban por el esfuerzo. Kyung Ho acariciaba su cabello y tomaba con fuerza su cintura, su respiración era pesada y su pecho retumbaba con los latidos de un apresurado corazón ¿Qué tan lejos había ido? Prestando atención a su entorno el pasillo donde se encontraban estaba vacío y el sonido de la celebración no los alcanzaba.

-Kyung-hyung- susurro suavemente - ¿Qué haces aquí? 


-Vine a ver la final. Quería darte mi apoyo como prometí - tomo su barbilla y le hizo verlo a la cara - Te vi correr y solo te seguí - se distancio un poco y mostró un ramo de azucenas blancas - Para ti, eran tu regalo de victoria. Debido a la carrera están algo atropelladas, disculpa - WangHo las sostuvo entre sus temblorosas manos y sin pensarlo dos veces olfateo la suave fragancia, la comisura de sus labios subieron mostrando una melancólica sonrisa - Te ves mejor cuando ríes pequeño Wang.

- Song KyungHo, hueles igual a las azucenas - recargo su frente en el hombro más alto - Gracias, no debiste y menos ahora que soy un perdedor.

- No eres un perdedor. Solo tuvieron una mala partida.

Después de las WorldsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora