Parte IV

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Sus manos seguían sudando sin importar cuantas veces las había secado con el pantalón, el corazón le latía tan rápido que ya no era un "Bum-Bum" si no un zumbido, el estomago le daba vueltas, el cuerpo le temblaba y si no se detenía pronto le abriría un hueco a la alfombra de tanto andar en círculos por la habitación. Miro el reloj digital en la pared, solo habían pasado 15 minutos desde la partida de Wangho y su mente le jugaba bromas pesadas imaginándolo huir con Kyungho en un caballo blanco al atardecer rompiendo su promesa de regresar. Debía ser analítico, primero dudaba que Smeb supiera equitación y segundo ya era de noche. Se estaba volviendo loco. Quería detenerlo, gritarle "No vayas, te necesito", abalanzarse encima de su pequeño cuerpo y hacerle el amor pero como siempre no hizo nado. El hablaba lo necesario y aun así cuando era algo importante también se quedaba callado. Diablos, muchas veces lo creyeron mudo. A el le importaba una única cosa, ser el mejor, trabajar duro día y noche para ser merecedor de el titulo del mejor del mundo, de su puesto en SKT y el apodo de Dios, lo demás quedaban lejos de su foco de atención hasta su llegada. Nunca había sentido algo remotamente parecido a la primera vez que lo vio jugar. Todo lleno de vida, aspiraciones, metas y una competitividad digna de un jungla, era perfecto ante sus ojos. 

Bengi se fue y eso lo destrozo, eran buenos amigos pero la noticia del fichaje de Peanut le causo una felicidad indescriptible. De cerca era mas lindo, mas tierno, mas bajito, mas interesante y no tan atrevido. Dentro del juego su sinergia era pésima y fuera sus palabras se atoraban en la garganta impidiendo incluso darle los buenos días al verlo en pijama con el cabello desordenado y la mirada perdida, "Quiero que seas lo primero que vea al levantarme en las mañanas" ese pensamiento lo asusto. En un principio trato de ignorar todo respecto a las nuevas emociones pero las cosas empeoraron. Una Noche despertó en la madrugada agitado y erecto de un sueño húmedo, quiso morir por haberse atrevido a tocarse pensando en alguien tan puro como Wangho. Temeroso de la reacción hablo con su coach, este le dio una amable sonrisa y como si fuera un niño de 10 años le explico.

- No debes sentirte culpable, es algo completamente natural. Tus emociones pierden el control y tu cuerpo experimenta sensaciones placenteras. Todo te parece mas colorido, brillante y divertido si esa persona esta cerca. Buscas su aprobación y sus sonrisas. Olvidas todo y a la vez sientes que nada tiene sentido si no esta presente.  El tiempo se detiene cuando te enamoras y va mas rápido al segundo siguiente porque es caprichoso. No te reprimas, no tengas miedo porque el amor te hace mas fuerte. Wangho es un gran chico y mi experiencia me dice que no te es indiferente - le dijo Kkoma una noche sentados en un café, la nieve derritiéndose en el pavimento y el cálido brisa de primavera abrazándolos. 

El coach no se equivoco, aun no sabe como pero se las arreglo para pedirle una cita, algo extraño siendo dos hombres comento pero no se negó. Una tarde lejos del ordenador y de lol nunca le habían parecido tan relajantes. Sentados en la grama del parque olímpico de Seul  compartiendo un picnic entre las flores Wangho se veía hermoso, el sol se colaba de entre las ramas de los arboles y brillaba sobre la blanca piel de su cara haciendo figuras suaves, la comisura de los labios llena de migajas de pan y a el se le antojo quitárselas con la lengua. Sorprendido por su atrevimiento le fue correspondido el beso de manera torpe y escondidos entre un grupo de Arces dio su primer "Me gustas". Han Wangho era dueño de todas sus primeras pero Kyungho era el dueño de la primeras de Wangho. El chico fue honesto y con pena le contó sobre la relación llevada por un año con el Top de KT, los celos se hicieron presentes pero lo acepto. Estaría mintiendo si dijera que no estaba celoso y preocupado ahora. La puerta se abrió y antes de poder reaccionar Peanut se lanzo a sus brazos cayendo al suelo, sus bocas unidas. 

-  Te prometí regresar, Oppa - lucia mas alegres que hace un par de minutos, eso era bueno.

- Lo se - abrazo su estrecha cintura aliviado y aspiro el aroma del castaño cabello, ahí estaba la fragancia de su champo y ¿flores? - Azucenas - reconoció extrañado. 

 - ¡Si! - afirmo. Subió a la altura de su nariz un ramo - Me las regalo Hyung ¿Verdad que están bonitas? Cierto, a Oppa le gusta la jardinería ¿Crees que podemos tener unas en la casa? Podemos comprar una maceta. Amaría verte en las mañanas... - dejo de escucharlo, la oscuridad lo envolvió y una risa tétrica le sacudió los huesos, se estaban burlando de el. Se levanto de golpe lastimando a Wangho - ¿Que sucede? - pregunto adolorido desde el piso.

- ¿Sabes lo que significan? - el mas bajo miro a las flores y de nuevo a el, levantando los hombros dándole poca importancia - Amor Puro - Wangho frunció el ceño sin entender - Las azucenas significan inocencia y las usan para expresar amor puro ¡Para decirle a una persona que la amas con todo el alma! - grito. 

Wangho soltó el ramo como si de repente empezaran a quemar - Oppa, no sabia - murmuro asustado.  

 - Tu no pero él, si - gruño - Al recibirlas estas aceptando sus sentimientos por ti.

Peanut se abrazo al pecho del midlaner murmurando disculpas - Fue un presente por mi esfuerzo. Hyung no sabe nada de flores, seguro las compro porque le parecieron bonitas - explico - Ademas sabe que estamos juntos.  

- Te amo - la voz entrecortada, su agarre demasiado fuerte en los brazos delgados y los ojos llenos de desesperación le rompieron por la mitad - Te amo como nunca he amado a nada.

- Lo se, lo se - colocándose en puntas y estirando su cuerpo alcanzo a depositar un beso en la quijada contraria - Yo también te amo.  

- Necesito hacerte el amor, ahora - Confeso rojo de vergüenza y lleno su cara de besos. 

- Si fuera por ti me harías el amor en todas parte - rió  guiando al mas alto hacia la cama sin romper el abrazo.

- Si fuera por mi gritaría al mundo entero que eres mio - confeso - Te falle hoy - Whangho se detuvo a unos pocos centímetros del destino - Quería ganar para ti, darte esa copa y cargarla juntos como la del MSI pero fui una decepción - Peanut tomo distancia y evito su mirada - ¿No querías eso? ¿Tal vez prefieras que no toque el tema? 

- Tu no nos fallaste hoy. El equipo entero te fallo a ti, Oppa - movía las manos de manera nerviosa, eso era una mala señal - Especialmente yo cometí un error - tomo asiento en el borde de la cama - Debo confesarte algo - al verlo con la cabeza gacha, apretando sus rodillas y temblando supo de inmediato que no quería escuchar - Cuando perdimos no pude sopórtalo así que corrí lejos y Hyung había ido a vernos jugar, me vio huir así que me siguió preocupado. Me atrapo en un pasillo y comenzamos a hablar. Estaba destrozado y bueno, bueno el... Y yo... Oppa, perdóname - lloriqueo.

-  ¿El y tu qué? - lo presiono a continuar.

- ¡Nos besamos! - dijo atropelladamente - Lo siento tanto, fue solo un beso, no paso nada mas. Fue un error, Oppa yo...

- ¿Se qué? - no podía creer lo que estaba escuchando. No quería creer que la persona que amaba le hubiera traicionado. Algo se rompía dentro de el. Kkoma se equivoco, el tiempo no se detiene cuando te enamorabas, lo hace cuando te rompe el corazón. 


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Notas del Autor: Este capitulo iba a terminar de una manera diferente pero me sorprende el giro que tomo por si mismo. Me costo mas que el pasado porque no tenia inspiración aun así me quise obligar a escribir y no salio tan mal. El próximo prometo sera mas alegre. Besos!!!

Consciencia de Nana: ¿No que el fanfic iba a ser solo de 4 capítulos? 

Nana: Iba. Yo tampoco se que paso. De seguir así sera como de 6 y un epilogo - ríe maliciosamente. 

Consciencia de Nana: Mientras nos des hard escribe hasta que te sangren los dedos. 

Después de las WorldsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora