Parte III

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Una vez dentro de la habitación, tuvo que encerrarse en el baño con la escusa de lavarse debido al incidente con su estomago. Necesitaba algo de distancia para poner en orden sus pensamiento. Quisiera o no tenía que decirle a Sanghyeok lo ocurrido pero si lo hacía ahora lo mataría, después podría ser peor y llevarse ese secreto a la tumba por muy tentador que fuera no era lo correcto. Desnudo y mojado, sentado en el frío piso de baldosas abrazado a sus piernas parecía más pequeño. El no amaba a Kyungho, eso lo tenia claro. El beso fue un desliz por parte de ambos. Una equivocación que no volvería a ocurrir pero y si Smeb confundía las señales. Nadie sabía que estaba saliendo con Faker (o eso pensaba), tal vez  Kyung-hyung se haría la ilusión de ser correspondido. Las cosas no podían complicarse más ¿Cómo le iba a explicar que ya tenía novio y que otra vez lo usaba para drenar sus problemas? Alguien con quien pasar el rato y divertirse. Dios, si lo decía así pensaría que era una mujerzuela. El solo había besado a 3 personas en su vida y 2 eran hombres. Toda su adolescencia la paso encerrado en casa aprendiendo y mejorando mecánicas de juego. A ninguna chica le parecía entretenido o atractivo un jugador de vídeo juegos bajito y más lindo que ellas ¿Por qué tenía que lucir como una jodida ardilla? ¡Su gato era más masculino que el! Respiro profundo, debía recobrar la compostura. Al diablo las chicas de instituto, solo estaban celosas de no ser tan adorables como el.

- ¿Wangho? -  la voz preocupada  del midlaner al otro lado de la puerta  lo sorprendió - ¿Esta todo bien? Llevas mucho tiempo ahí ¿Necesitas ayuda? - la perilla dio unos bruscos giros al tratar de ser abierta - ¿Por qué te encerraste? - unos minutos de silencio mas - Wangho si no respondes en el próximo minuto llamare al coach - amenazo.

- Disculpa, Oppa - era un movimiento bajo de su parte pero sabía que si lo llamaba de esa manera cariñosa cualquier emoción no relacionada con el sexo se olvidaría por parte de Sanghyeok -  Huelo muy mal y me da vergüenza ser visto por ti de esta manera. Solo espera un poco más por mi, Oppa.

Suspiro aliviado al escuchar pasos alejándose del baño. Genial, había provocado a Sanghyeok, apenas pusiera un pie fuera del lavabo seria puesto de rodillas y ordenado a hacer una mamada. Paso la lengua por el labio inferior imaginando el pene de su Oppa dentro de su boca, eso también lo ponía de buen humor a el. No era el no momento de pensar esas cosas. Debía salir, hablar con sinceridad y rezar por ser perdonado cuando las piernas le respondieran. El sonido del teléfono de la habitación hizo eco, tal vez eran los de recepción preguntando si pedirían algo para cenar. Tomo la bata de cortesía y se envolvió en ella. Al salir lo primero que vio fue a su hyung sosteniendo el auricular y viendo a la nada. En su cara un enorme ceño fruncido no daba buena espina.

- ¿Sucede algo, Oppa? - sea lo que fuera estuviera molestándolo era mejor seguir con la táctica del dulce novio.

- Acaban de llamar de recepción. Dijeron que hay alguien abajo esperando por ti - sus ojos se encontraron y lo que vio en ellos fue lo mismo de hace meses cuando un par de fans se le acercaron para decirle en coro "Te amamos Peanut", celos - Alguien llamado Sang kyungho y trae flores - el aire se le escapo de los pulmones y la cabeza le dio vueltas ¿Cómo demonios se le pudo olvidar eso? - Al parecer habían quedado en encontrarse aquí. No me habías comentado nada de Smeb en meses.

- Oh, cierto... Sang Kyungho, el... - debía inventar una escusa rápido - Me llamo en la mañana para decirme que vendría a felicitarme - camino al armario para buscar una muda de ropa dándole la espalda, no era capaz de mentirle a la cara - Supongo que igual vino a ver si me encontraba bien... Fuimos compañeros de equipo durante un año y el sabe lo importante que era esto para mi - las manos le temblaban y dificultaba el ponerse la ropa interior - Ya sabes que la separación de Rox Tigers nos pego muy duro a todos, queríamos seguir jugando juntos y llegar más lejos - estaba hablando demasiado deprisa y atropellado, otra señal de su nerviosismo - Solo bajaré a saludarlo y regresaré enseguida, Oppa - dándose la vuelta le regaló una de sus características sonrisas coquetas - Y haremos lo que tu quieras.

Después de las WorldsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora