Capítulo Quince

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Levi.-

—¡Deja de gritar, por favor!—pido con apretando los dientes. Los ojos verdes de Jaeleen me contemplan fijamente y por un segundo pienso que quiere asesinarme. Sus labios pintados de color rojo se fruncen y mis cejas perfectamente delineadas casi se unen cuando su ceño se frunce.

—¡No puedo creer que ni siquiera hayas sido capaz de enviarme un mensaje!—estalla de nuevo.

—¿Y que querías que te dijera? ¿Qué te felicitara porque mis padres me quitaron el auto, porque mi hermosa novia les contó que estuve en una estación de policía?

—Ya te dije que cuando les conté, estaba enfadada contigo—se excusa como si fuese la cosa más normal del mundo.

—Y aprovechaste para decirles que habías sido quién fue a rescatarme—me mofo indignado.

—No quería que pensaran mal de mí.—colocó mis manos encima de mi cintura y ella me dedica una mirada desafiante.

No sé qué es lo que me indigna más, el hecho de que le haya contado a mis padres, o que haya venido a mi casa a despertarme sumamente temprano. Me dejo caer en uno de los sillones de la sala bajo la atenta mirada de la chica. A Dios ruego para que los mellizos no bajen en este momento y sean testigos de la apasionante pelea que estoy teniendo con la chica.

Pero por supuesto, yo no tengo tanta buena suerte de un tiempo para acá, porque en este preciso momento me doy cuenta que una figura que claramente no es la de los niños está bajando a paso lento las escaleras.

—Sabes que, Levi. ¡Vete a la mierda!—decide una vez que Skye desaparece por el pasillo que conduce a la cocina. Mi novia me lanza una mirada asesina, acomoda su cabello y se marcha moviendo las caderas al estilo de los ángel de Victoria's Secret.

(...)

—De verdad que no puedo terminar de creer que siempre estas metiéndote en problemas con tu novia por defender a Skye—me dice Grayson jugueteando con el pedazo de pastel que tiene en su plato frente a él.

—¿Y qué quieres que haga? ¿Qué deje que Jaeleen siempre este humillando a los demás?—cuestiono indignado.

—¿A los demás? ¿O solo a Skye?—se burla.—aunque bueno hermano, déjame decirte que con ese cuerpo y esa carita tan linda que tiene, ¿Quién no la defendería? Es más, yo puedo volverme Mike Tyson en cuestión de segundos por ella—lo miro con una ceja enarcada.

— ¿No se supone que te gusta su amiga?—pregunto sin pestañear.

—Callie Davidson es bonita, no voy a negártelo. Pero tiene un humor de los mil demonios, que es mejor mantenerme lejos si quiero seguir conservando este bello rostro, por lo menos hasta que acepte que le gusto—me rio de la estupidez que acaba de decir.

—Veo que encontraste la horma de tu zapato—le digo burlándome.

—¿Qué te puedo decir? Me gustan los retos.—se ríe.

—Yo no te aconsejaría decir eso. ¿Has escuchado ese dicho que dice que más rápido cae un hablador que un cojo?—me encojo de hombros.

—Como sea. Estamos hablando de ti, no de mí; te lo voy a preguntar una vez más, Levi. ¿Te gusta Skye?—indaga observándome tan fijamente que por un segundo, me siento como si estuviese en una de esas escenas de Hawaii Five-0 cuando Steve McGarrett interroga a los supuestos culpables, mi corazón late violentamente dentro de mi pecho que por un momento pienso que podría salirse.

—Si.—murmuro finalmente.

Los ojos hazel de mi mejor amigo se abren con sorpresa, se echa para atrás en su silla y suelta una largo suspiro.

La Niñera de Alex y Aris|TERMINADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora