Capítulo Treinta y siete.

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Levi.-

—Repítemelo de nuevo porque creo que he escuchado mal—se burla Skye en dirección al par de rubios sentados frente a nosotros.

—Cállate, tonta. Has escuchado perfectamente bien—se mofa Callie sonriéndole felizmente.

—Es que no puedo terminar de creer que ustedes finalmente sean novios—reflexiona Skye—Digo, después de todo parecían odiarse....—sus ojos me observan un poco y me encojo de hombros.—...espera un segundo.... ¡Tú lo sabías!—me acusa indignada.

Grayson entrelaza sus dedos con los de Callie y luego ríe en voz baja.—¡No podía decirte nada! Grayson me lo prohibió—me defiendo pero como es de esperarse ese no es un argumento válido para mi novia que de inmediato me fulmina con sus ojos color miel.

—No te enfades con él, Skye. Pasa que sí te lo decía, capaz que ibas a decirle a Callie—explica mi mejor amigo.

—¡¿Estás diciéndome chismosa?!—Callie ríe totalmente divertida.

—No.—se apresura a responder Grayson—Pero no queríamos que fueras la proveedora de noticias privilegiadas—le explica sonriéndole. Skye le ofrece una mirada mordaz y luego se cruza de brazos como si estuviese tratando de mostrarle cuan indignada se siente.

—Mejor no digas nada—le espeto cuando el hombre me dedica una mirada llena de súplica.—Pero ya hablando en serio, me da mucho porque al final hayas domado a esta bestia, Callie—me burlo y las mejillas de Garrett se tornan rojizas al tiempo que su nueva novia me sonríe orgullosa.

—Gracias—responde en voz baja.

—Yo también estoy muy feliz por ustedes, chicos. Realmente eres muy afortunado de tener a Callie, Garrett. Estoy muy segura que van a ser muy felices—añade mi novia entrelazando nuestras manos.

—Estoy muy seguro que sí, Skye—señala mi mejor amigo y Skye le ofrece una sonrisa bonita.

—¿Cómo va el tratamiento de Aris, Levi?—el cambio de tema tan radical me toma por sorpresa. Mi corazón se estremece ante la mención de mi pequeño y frágil hermano que desde hace varias semanas está luchando contra el tumor de Wilms. Paso de la felicidad a la tristeza y Skye lo nota, lo sé porque su agarre en mi mano se hace un poco más intenso. Le ofrezco una pequeña sonrisa y luego llevo mi mirada hasta el rostro contrariado de Callie.—Lo siento—murmura con las mejillas sonrojadas.

—No te preocupes, de hecho te agradezco que te preocupes por él—ella me sonríe un poco—El tratamiento sigue su curso normal y según por lo que se ve no está dando buenos resultados, finalmente mi madre está planeando decirle a Aris porque tiene que ir con frecuencia al doctor.—suspiro—pero la verdad es que estoy muy seguro que él ya lo sabe incluso aunque siga preguntándolo—Callie niega un poco.

—Dios, pobre Aris—murmura abatida.

—De todos modos, el hecho de confesarle que es lo que le pasa únicamente trae como consecuencia que sí al final del tratamiento el resultado no es favorable....—niego—...Aris va ser sometido a una cirugía, pero primero tiene que pasar por todo el protocolo del hospital—Skye hace más fuerte mi agarre y posa su mano libre en mi rodilla tratando de darme ánimos.

—¿Protocolo del hospital? ¿Qué protocolo tiene que seguir el hospital cuando estamos hablando de la vida de una niño de seis años que está en peligro?—pregunta ofendida la rubia.

—El protocolo para encontrar a un potencial donante para Aris—respondo y ciento la penetrante mirada de Skye sobre mí.

—¿Qué? ¿Aris puede tener un donante?—cuestiona. La observo un poco y luego asiento.—Eso es algo bastante esperanzador—comenta sonriéndome con renovado entusiasmo, pero yo no puedo hacer lo mismo.

La Niñera de Alex y Aris|TERMINADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora