Capítulo Veintiuno.

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Levi.-

No puedo dejar de pensar en la primera vez que vi a Skye, bueno, en la segunda vez que la vi. ¡Esto ya lo viví! Ella estaba justamente ahí, en la puerta de mi casa. Sus ojos se abrieron con sorpresa y mi corazón se aceleró cuando me di cuenta que la psicópata-lanza-billetes estaba en mi casa. Y es precisamente lo mismo que pienso en cuanto abro la puerta y queda a mi vista. La recorro con la mirada un segundo y mi pulso se acelera rápidamente.

Su cuerpo está envuelto por un lindo vestido negro, con la parte de arriba cubierto de encaje sobre un velo transparente, una fina cinta negra se ajusta en su pequeña cintura y la falda de tela cubierta en una especie de velo cae suelta hasta sus rodillas. Su cabello negro como la noche cae libremente sobre su espalda en ligeras ondas y sus ojos color miel están perfectamente delineados.

Quiero decirle lo linda que se mira, pero tal parece que mi cerebro se ha desconectado y no soy capaz de decir una sola palabra coherente mientras sigo obdervandola como si fuese un completo idiota.

—¡Lamento el retraso!—me dice con las mejillas sonrojadas.

¡No tartamudees Levi, no lo hagas!

—No-no te preocupes....—¡Maldición!¡Di algo! ¡Piensa en algo rápido, Levi! No te quedas como idiota observándola fijamente, vas a parecer un acosador.

Nunca en mi vida me sentí más agradecido con el hecho de que Alex se entrometiera en mis conversaciones, pero tengo que admitir que la niña de seis años de vestido blanco con pétalos rosas me salvó el orgullo. Debería estar haciéndole un altar en una esquina de mi habitación, no observando a su niñera como si fuese un chico de quince años que se acaba de enamorar.

¡Pero no puedo evitarlo!

La manera en la que luce Skye es atrapante, sí, eso...atrapante. No encuentro otra palabra para describir la inminente necesidad que tengo que posar mis ojos en ella por el resto de la noche.

—¿Verdad que parece una princesa, Levi?—me interrumpe nuevamente Alex.

La observó detenidamente y puedo sentir sus nervios. Esa misma clase de nervios que sintió cuando me acerqué a ella para besar su mejilla. ¡Quiero hacerlo de nuevo!—Si.—respondo y sigo en mi labor de parecer un psicópata.

¿Qué tan raro es que sienta deseos incontrolables de tomar de la mano a la niñera de mis hermanos y hacerla bajar del auto para que nadie más observe lo hermosa que se ve? Maldigo mentalmente el hecho de que tenemos que ir a una jodida cena.

¡Que el viaje dure toda la vida, por favor!

—¡Mi amor!—la voz de Jaeleen de regresa a la realidad de golpe. Está de pie frente a mí, vistiendo un vestido gris demasiado ceñido al cuerpo. Llevó mi vista disimuladamente a Skye que camina de la mano de los chicos y por un momento quiero ser ellos. Los labios de Jaeleen se posan en los míos un segundo y me siento incómodo.—que bueno que llegan, mi familia ya está adentro esperándolos—dice saludando a mis padres.

Me pierdo en medio de la conversación de mi padre con Clayton Pemberton, un hombre de negocios demasiado exitoso con el cuál, según entiendo, cualquiera quisiera hacer negocios.

—Abuelo, ellos son los padres de Levi, Esthela y Scott Fernsby—anuncia mi novia—él es Levi Fernsby, mi novio—me señala como si fuese la persona más importante de la noche—y estas linduras que están por ahí, son sus hermanos.

Parpadeó un par de veces mientras observo a Clayton Pemberton acercarse a mis hermanos y a Skye. Ella se queda estática como si estuviese debatiéndose en una guerra interna. Y es ahí cuándo lo noto.

La Niñera de Alex y Aris|TERMINADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora