Capítulo Diecisiete

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Levi.-

-Hola, buenas tardes. ¿Puedo ayudarlos en algo?-saluda una chica rubia de mediana estatura del otro lado del mostrador de la joyería.

-¿Podrías mostrarme un brazalete de oro, por favor?-asiente automáticamente antes de dar media vuelta para ir en busca de mi mandato.

-De verdad Levi, no es necesario que le compres un regalo tan costoso a mamá. Ni siquiera la conoces-me reprocha cruzándose de brazos.

-Precisamente por eso, quiero causarle una buena impresión. Además, es su cumpleaños, si fuera mi cumpleaños me gustaría que me regalaran algo bonito.-le explico por quinta vez desde que empezó a tratar de persuadirme para que no entráramos a la joyería.

-¿Bonito como mi regalo, Levi?-cuestiona Alex observándome con sus enormes ojos azules.

-Exacto, enana. Como tu regalo-inquiero recordando el dibujo que mi hermana me regalo y que ahora descansa encima de mis escritorio.

-¿Puedo hacerle un dibujo a Nessy, Skye?-pregunta de nuevo la pequeña.

-Claro que sí, amor. Todos los que tú quieras-responde ella con una pequeña sonrisa tirando de sus labios.

-¿Y porque Alex si puede regalarle todos los dibujos que ella quiera y yo no puedo regalarle un brazalete?-interrogo cruzándome de brazos.

Los ojos de la chica se posan en mí, sus cejas se fruncen y sus labios se unen en una línea recta, me estudia con la mirada y luego de un par de segundos, suelta un largo suspiro de frustración.

-Porque Alex no va a gastar un montón de dinero en los dibujos, por Dios, no te comportes como un niño de seis años-me echo a reír.

-De todos modos, voy a regalárselo.-decido mirándole fijamente.

-No sé ni porque pierdo mi tiempo tratando de convencerte de no hacer algo que de todos modos es obvio que vas a terminar haciendo.

-Porque soy irresistible-le digo moviendo mis cejas de manera divertida.

-Como digas, Levi-me dice poniendo sus ojos en blanco.

El punto es que hagas lo que hagas, si una chica se resiste a ti, va a atraerte.

-Admite que lo soy-sus ojos color ámbar me fulminan y luego me encuentro de frente con su espalda.

(...)

-Vayamos por esos helados-le digo a Alex una vez que salimos de la joyería con el regalo de la madre de Skye.

-¡Sí!

-En unos minutos los alcanzo, iré a conseguir mi regalo-anuncia la chica antes de comenzar a caminar en la dirección opuesta a nosotros.

Camino junto al par de parásitos que dicen ser mis hermanos, tratando de mantenerlos a ambos dentro de mi visión periférica, pero es un tanto imposible cuando no paran de emocionarse y contemplar con los ojos brillantes cada aparador que contiene juguetes y cosas que los niños de su edad desean. Por un segundo pienso que sería una buena idea entrar a la tienda de mascotas para comprar un par de arneses para mantenerlos asegurados, pero Skye se volvería loca en cuestión de segundos si los viera vistiendo arneses de perro, y ni hablar de si mi madre se entera, yo no volvería a ver la luz del día hasta los ochenta.

-Yo quiero un helado de fresa-me dice mi hermana con sus enormes ojos azules contemplándome fijamente.

-Y yo uno de chocolate-añade Aris con la vista clavada en la muchacha rubia que anota nuestros pedidos en una pequeña libreta amarilla, le ofrece una amable sonrisa al niño y automáticamente las mejillas de mi hermano se tiñen de rojo.

La Niñera de Alex y Aris|TERMINADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora