Skye.-
—Espero que tengan mucha hambre porque estoy preparando pasta—informa mi madre una vez que los cuatro estamos sentados en la sala.
Los ojos de Alex se iluminan en menos de un segundo, contempla a mamá con una pequeña sonrisa y luego me mira a mí.
—¿Puedo ayudar?—inquiere emocionada. Mamá me lanza una mirada, como si estuviese pidiendo mi permiso, así que como yo no tengo ninguna razón para oponerme a la petición de la niña, asiento.
—Entonces vamos, que tenemos que terminar de preparar la comida. ¿Te gusta la pasta?—cuestiona poniéndose de pie y tomando la mano de la niña.
—Sí. A mi hermano Levi también le encanta mucho—una risa se escapa de los labios de mamá.
—¿Y porque no vino con ustedes?—mi estómago se revuelve en una fracción de segundo y llevo mi vista hasta Aris, que se encuentra observando las fotografías familiares encima de la mesa central de la sala.
—¿Tienes un perro?—pregunta el año cuando sus ojos azules se posan en la fotografía donde sostengo a Luna contra mi pecho.
—Tenía y su nombre era Luna, mis padres me lo regalaron cuando tenía doce—murmuro en respuesta—se murió cuando tenía quince—tres semanas después de la muerte de papá, pienso amargamente.
—Para que no te sientas triste; Hodor también puede ser tu perro, si quieres.—lo observo fijamente y vuelvo a decidir que ese niño que esta frente a mí, ofreciéndome su enorme perro para que no me sienta triste, es el guerrero más fuerte que haya pisado la tierra.
—Pues muchas gracias, Aris—respondo revolviendo un poco su cabello.
El timbre de la puerta resuena en todo el lugar. Le ofrezco una sonrisa sincera al pequeño Fernsby y me encamino a la puerta. Cuándo la abro suelto un chillido y me lanzo a los brazos del chico frente a mí. Thomas enreda sus brazos en mi cintura y se ríe.
—¡Te he extrañado mucho!—Le digo cuando creo que soy capaz de lidiar con mi emoción sin parecer una loca de remate.
—¡Yo también! Muchísimo. ¡Tenemos mucho de qué hablar!—decide tomando mis manos entre las suyas. Sus ojos me observan un poco y luego desvía su mirada sobre mi hombro derecho—¿Quién es él?—cuestiona.
Sin necesidad de girarme, sé que habla de Aris.
—Aris Fernsby—respondo sin apartar mis ojos.
—Hola—suelta mis manos para saludar al pequeño niño.—Soy Thomas—le dice.
Me giro para encontrar al niño observándonos fijamente con sus preciosos ojos azules.
—Me llamo Aris—responde y luego le ofrece una bonita sonrisa.
—¿Es el niño al que cuidas, cierto?—asiento automáticamente.
—Pero deja de hacer preguntas y pasa—exijo tomando su mano nuevamente para tirar de él.
Caminamos hasta llegar a Aris, quién nos observa con los ojos bien abiertos y sus pequeños brazos cruzados encima de su pecho. Le ofrezco mi mano y una vez que la toma tiro suavemente de él para atraerlo conmigo. Thomas se deja caer descuidadamente en uno de los sillones en la sala y luego me contempla fijamente.
—¿Tu eres el novio de Skye?—cuestiona Aris de repente. Mis mejillas arden y una hermosa sonrisa se forma en los labios de Thomas. Llevo mi vista hasta el pequeño Fernsby para encontrarlo observando fijamente a mi amigo.
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La Niñera de Alex y Aris|TERMINADA.
Ficção AdolescenteLevi Fernsby, el chico popular de la universidad, tiene la vida perfecta. Goza de lujos y comodidades, tiene absolutamente todo lo que quiere, desde ese celular súper moderno con el cuál la mayoría de los chicos de su edad suelen soñar, una novia pe...