Capítulo Treinta y ocho.

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Skye.-

Quisiera decir que las cosas fueron fáciles después de aquel arranque de sensatez y de ese "vamos a darle una oportunidad al abuelo" pero lo cierto es que no fueron así. Al día siguiente apenas comencé a acercarme a Clay...a mi abuelo, la versión barata de Lady Tremaine apareció en el umbral de la puerta del comedor con su sonrisa falsa y su amabilidad fingida robándose la paz de la que mi madre, mi abuelo y yo estábamos comenzando a disfrutar.

El segundo encuentro fue en el enorme jardín de la casa. Él vino hacia mí y comenzamos a charlar de banalidades y sobre lo buena que era su difunta esposa para el cuidado del mismo, pero La reina malvada –mejor conocida como Alfie Hart- volvió a aparecer para contarle a Clayton sobre las frivolidades que ella y sus damas de sociedad estaban planeando para la recaudación de fondos de ese año haciéndome cuestionar si de verdad alguna vez iba a poder tener una buena charla con él.

Nuestro tercer encuentro tampoco fue bueno. Jaeleen apareció caminando como toda una modelo de Victoria's Secret para anunciar que en su escuela se haría un gran baile y que como era de esperarse había sido seleccionada para ser algo así como la reina de las flores en otoño, o sabrá Dios que barbaridad dijo en realidad. Clayton me ofreció una mirada cansada como sí el tampoco pudiese creerse que siempre las mujeres pertenecientes a la familia Hart no estuviesen interrumpiendo, luego la felicitó por su rotundo éxito y por haber sido seleccionada para el espantoso evento. Ella le sonrió ampliamente, me fulminó con sus verdes ojos y luego volvió a salir moviendo las caderas como si fuese Gigi Hadid.

—¿Cómo es que conociste a la abuela?—me atrevo a preguntar un día apenas me doy cuenta que el par de arpías de ojos verdes no están cerca. Los ojos ambarinos de mi abuelo me observan medio segundo y una sonrisa nostálgica se instala en sus labios automáticamente.

—En realidad...fue en la universidad—suspira—estábamos en el último año cuando ella se presentó un día como la chica nueva, desde entonces me juré a mí mismo que esa mujer iba a ser para mí y luego me dediqué a conquistarla—me rio.

—¿Fue como un capricho a primera vista?—bromeo y el niega.

—El amor a primera vista está sobrevalorado, así que no. Fue más bien, una especie de intuición ya sabes, instinto masculino—se encoge de hombros ofreciéndome una sonrisa cómplice.

Pero la cosa no paró ahí. Me encontrè a mí misma disfrutando de los pequeños ratos que compartía con Clayton, fue entonces que comprendí que Levi tenía razón, porque al final de cuentas el Clayton Pemberton que había creado en mi cabeza –ese ser despiadado y ruin que había desconocido a su hija por preferir el amor de un buen hombre- en realidad no existía. Existía el hecho de haber estado separado de su única hija veintitrés años, pero prefería no pensar en eso. Así conformen iban pasando los días la relación entre nosotros iba mejorando.

Tengo que admitir que lo comencé a amar el día en que Alfie se presentó en el mismo momento en que nosotros –mamá, él y yo- íbamos de salida para ir a desayunar a un lugar lindo para hablarle sobre algunos centros de mesa repletos de plumas de gansos importados desde Francia para la su boda. Mi abuelo se rio, prometió llamarla después y simplemente siguió con nuestro camino ignorando y dejando a su novia echando humo por las orejas totalmente furiosa tal como hacían los personajes animados que los mellizos Fernsby suelen ver los sábados por las mañanas.

Así fue como comencé a formar de a poco mi relación con mi abuelo y ¿Por qué no? A tomarle un poco de afecto también.

(...)

—Debes estar realmente demente, Skye—chilla Callie sentándose en mi cama—¡Reacciona!—exige cruzándose de brazos.

—No estoy demente, y lo estoy diciendo muy en serio—mascullo mirándola con media sonrisa.

La Niñera de Alex y Aris|TERMINADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora