Levi.-
—¡Levi! ¡Levi! ¡Levi! ¡Despierta! ¡Es tu cumpleaños, Levi! ¡Despierta!—abro mis ojos de golpe para encontrarme con un par energúmenos—castaños-medio rubios—saltando encima de mí. Mi cabeza está a punto de explotar y parece ser que ese par de exasperantes mocosos adorables no lo entienden.
—¡Largo de aquí!—les grito exasperado por aquella imperdonable invasión a mi habitación.
—¡Levi, no seas grosero!—me froto los ojos con las palmas de mis manos y entonces me doy cuenta que mi madre está en el umbral de la puerta de mi habitación sosteniendo una enorme bolsa azul con rayas doradas y un deforme pastel de dudosa procedencia mientras una amplia sonrisa adorna su rostro.
—Gracias por venir a desearme un feliz cumpleaños, a las...siete de la mañana, son tan considerados—murmuró llevándome una mano a mi cabeza. ¡Jesús! Necesito ingerir una farmacia completa para calmar el dolor.
—¿Te ha gustado tu pastel?—pregunta Alex observándome con sus enormes ojos azules.
Miro discretamente a mi madre y ella a su vez me lanza una mirada de advertencia agitando apenas su cabeza para que yo diga que sí, y entiendo su mensaje silencioso.
Se supone que si uno rompe las ilusiones de una niña de seis años, eres considerado el peor monstro de la historia de los monstros. El ser más inhumano, cruel y despiadado en el mundo.
Lo supe la semana pasada, cuando Alex me mostró un horrendo dibujo que hizo para mamá, fui demasiado sincero—demasiado en verdad—cuando me pidió mi opinión y la pequeña invasora a la privacidad de hermanos mayores sexys -o sea yo- lloró alrededor de cuatro horas.
Así que cuando los ojos de mamá se quedan estáticos observándome de manera amenazadora, sé lo que tengo que decir.
—Sí, se mira increíble—le digo lánzandole mi mejor sonrisa y puedo ver como sus minúsculos hombros se relajan ante mi respuesta, estiro mi brazo para atraerla a mí y abrazarla en modo de agradecimiento.
Ella se ríe con entusiasmo y mi corazón se agita un poco ante ese adorable sonido.
—Bah, espera a que veas mi regalo.—me dice Aris lleno de orgullo.
Le ofrezco una pequeña sonrisa y luego también lo atraigo hacia mí para abrazarlo.
—Bien, chicos. Dejemos que Levi se prepare para bajar a disfrutar un desayuno de cumpleaños como Dios manda—añade mi madre con media sonrisa.
El par de gusanos Fernsby -gusanos de cariño- se alejan dando gritos y cuando salen de mi habitación lo único que puedo hacer es dejarme caer de nuevo en la cama y cubrirme con los edredones jurándome a mí mismo que es la última vez que dejo que Garrett Grayson organice una fiesta en mi honor.
El pastel resultó ser la segunda cosa más empalagosa que haya visto o probado en toda mi vida, sí, la segunda. La primera, son Alex y Aris. Según mamá, Alex colocó todo el enorme bote de glaseado de chocolate encima de una torta de chocolate, después con irregulares letras color verde, Aris escribió; "HaPpEe BiRthDaE LEvI", y una bolsa entera de m&m's de colores fue vaciada encima creando una alta montaña de azúcar que estaba muy seguro que iba a colapsar en cualquier momento.
—Levi...—me giro para encontrarme con la amable sonrisa de la señora Rogers, la niñera de Alex y Aris.—tu padre acaba de llegar y quiere verte.—le ofrezco una sonrisa y me pongo de pie para caminar con ella.
—¿Has visto el pastel que mis hermanos han preparado para mí?—pregunto sonriéndole.
—Sí. Es una pena que no pueda probarlo, porque o bien, terminaría con los dientes picados o en un coma diabético.—me rio.
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La Niñera de Alex y Aris|TERMINADA.
Roman pour AdolescentsLevi Fernsby, el chico popular de la universidad, tiene la vida perfecta. Goza de lujos y comodidades, tiene absolutamente todo lo que quiere, desde ese celular súper moderno con el cuál la mayoría de los chicos de su edad suelen soñar, una novia pe...