Capítulo Trece

594 41 9
                                    

Levi.-

—¿Lo estamos?—cuestiona Skye observándome caminar en círculos por la sala, sus ojos color miel vigilan mi recorrido y no puedo encontrar las palabras exactas para decirle que probablemente su trabajo está en riesgo.

—Si—respondo deteniéndome finalmente. Me apresuro a acercarme a ella, tomo su mano y antes de que diga cualquier cosa, camino hasta el despacho de mi padre, enciendo su computadora y hago que se siente en una de las sillas frente al escritorio.

—No lo entiendo, ¿Qué estamos haciendo aquí?—pregunta con confusión.

—Escúchame, Skye. Jaeleen les contó a mis padres que anoche estuve en una estación de policía.—comento dejándome caer en la silla giratoria frente al monitor, sus ojos se abren con sorpresa y luego sus cejas se fruncen, como si estuviese debatiendo internamente.

—¿Lo sabía?—cuestiona observándome detenidamente.

—Uno de mis amigos le envió un mensaje de texto para contarle—me mofo con molestia.—el punto es que estaba enfadada conmigo y en venganza, les llamó a mis padres para contarles.

Tecleo mi e-mail en el monitor y luego mi contraseña, automáticamente un pequeño recuadro parpadeante aparece en la esquina inferior derecha de la pantalla plana, la foto de mi padre y su nombre provocan que mi corazón lata con más rapidez dentro de mi caja torácica. Llevo mis ojos hasta los de Skye, que sigue observándome sin pestañear, suelto un pequeño suspiro de frustración y como no tengo el poder para poder seguir atrasando las cosas, acepto la solicitud de videollamada que mi padre está solicitando vía Skype.

—Quiero saber porque motivo mi hijo mayor estuvo en una estación de policía a altas horas de la noche como un vil delincuente—indaga mi padre apenas aparecen él y mamá en la pantalla de la computadora.

—Hola, yo también los he extrañado un montón—respondo irónicamente.

—Deja de hacerte el gracioso y responde lo que te pregunté—escupe con enfado, a través de la pantalla plana noto como mi madre coloca su mano en el hombro de papá para tratar de calmarlo, le lanzo una fugaz mirada a Skye, quién me observa sin estupefacta sin pestañear y emitir ningún tipo de sonido.

De hecho, si la observas bien, pareciera como si la chica estuviese totalmente asustada y mantenerse en silencio es su única salvación.

—Todo fue una confusión—respondo simplemente, porque ya es bastante humillante pensar que el autor intelectual de la herida en mi cabeza es un chico punk, pero admitirlo en voz alta frente a mis padres, es una cosa totalmente diferente.

—¿Una confusión?—me espeta con euforia.—Jaeleen no parecía nada confundida esta mañana cuando nos lo contó todo.—suelto un pequeño suspiro al tiempo que niego levemente.

—Jaeleen seguro lo exageró todo—le aseguro.

—No puedo creer el ejemplo que le has dado a tus hermanos—anuncia mi madre totalmente indignada.—menos mal que no te vieron en estado de ebriedad, por dios, que vergüenza—añade moviendo su cabeza de un lado a otro.

Skye frente a mí, suelta un suave gemido y cuando mis ojos se topan con los de ella, está mirándome fijamente, sus ojos están abiertos con sorpresa y sus manos están encima de su boca.

—Está bien, ¿sí? Todo está bien—declaro tratando de aligerar la situación.

—Todavía no puedo terminar de creer que hayas sido así de imprudente—escupe el hombre con atuendo diplomático, sin dejar de mirarme a través de la pantalla—pusiste en peligro tu seguridad y la de tu novia.

La Niñera de Alex y Aris|TERMINADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora