El amor

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Ino y Sai se encontraban en la cocina preparando el desayuno, cuando Inojin llamó su atención.
-Papá, mamá, ¿cómo se siente estar enamorado?- dijo sentadonse a la mesa, junto a sus padres.
-¿Por qué lo preguntas?, ¿acaso te atrae alguien?- preguntaba la madre del rubio con cierta molestia notable.
-No estoy seguro, por eso les pregunté, ya que ustedes se aman.
-¡Aún eres muy pequeño para sentir ese tipo de sentimientos!- se quejaba su madre mientras servía el desayuno.
-Pero, ¿por qué no?, papá me contó que a ti te atraía el tío Sasuke a mi edad.
-¡¿Qué tanto le cuentas Sai?!- decía la rubia con enojo hacía el pálido.
-Tranquila preciosa.- decía con tranquilidad el padre del chico.- Inojin, mamá está celosa por que su pequeño se empieza a interesar en las niñas.- le acariciaba el cabello a su hijo con ternura.
-Pero tengo muchas dudas, papá.
-Ya que hoy no tienes que ir a la academia, ¿qué te parece si me ayudas en la floristería?
-¿No irás a trabajar hoy?
-Puedo tomarme el día para estar contigo.- le susurro.
-¡Si!- respondió entusiasmado.
-¿Qué tanto se susurran ustedes dos?- dijo sentándose a su lado, su madre.
-Preciosa, ¿qué te parece si hoy te tomas el día libre y vas de compras?- trataba de cambiar de tema astutamente su padre.
-¡Gran idea! Después del desayuno me prepararé para ir con Hinata y Temari, Sakura no estará disponible, pero trataré de convencerla....- empezaba a hablar de todo lo que haría y compraría. Después de unos minutos de parloteo incesante de su mamá, Inojin ya estaba bastante cansado de escucharla, entonces se dio cuenta que su padre la veía y escuchaba con mucha atención. Su padre miraba con una gran sonrisa a su madre mientras le hacía una que otra pregunta sobre lo que hablaba ella, parecía que no se aburría en lo absoluto de lo que hablaba sin cesar su mamá.
-*¿Así se ve una persona enamorada?*- pensaba el rubio al ver a sus padres.

Después de unas horas, ambos chicos atendían la floristería.
-Bien, ¿qué es lo que no entiendes  de tus sentimientos, Inojin?- preguntaba su padre.
-Hay una niña en la academia y me dijo que sentía algo por mi, le pregunté a que se refería y contestó que me amaba, pero aún no entiendo bien ese sentimiento.
-Que extraño.
-¿A qué te refieres papá?
-Me parece extraño que no comprendas ese sentimiento, mamá y yo siempre te hemos demostrado mucho amor.
-No me refería al amor de una familia, papá. Me refiero a un amor como el que sientes por mamá.
-Ya veo, entonces tú quieres saber que es lo que siento por mamá.
-Si.
-Bien, veamos, cuando estoy a su lado...- el sonido repentino de la entrada de un cliente los interrumpió.- Bienvenido.
-Aaa, ¿se encuentra la señorita rubia?- entraba un sujeto con una caja de chocolates bajo el brazo.
-No, ella...- Inojin iba a contestar pero su padre interrumpió molesto.
-¿Qué quiere con ella?- preguntaba el pelinegro con molestia.
-Usted debe ser su empleado, y tú algún familiar de ella.- se acercaba a ellos aquel sujeto.
-Si, de hecho soy su hijo.- respondió son una sonrisa, ya que su madre le había enseñado que siempre debía tratar bien a todos los clientes, pero al parecer, su padre no lo hacía.
-¿Su hijo?
-Si y yo soy su esposo, ¿qué quería con mi mujer?- Sai definitivamente estaba molesto.
-Oh, no lo sabía, lo siento, yo...solo...- ocultaba detrás de sí la caja que llevaba consigo.
-*Ya veo, papá se molesta cuando otro hombre intenta conquistar a mamá, pero ¿por qué?*- pensaba el pequeño Yamanaka analizando la escena.
-Sólo quería decirle que tiene suerte señor.- respondía con nerviosismo aquel sujeto ante la intensa mirada casi asesina de Sai.
-Lo sé, ¿desea algo?- su padre sonreía de manera falsa, la madre del ojiazul le había contado que su padre sonreía de esa manera cuando no quería sonreír, algo muy común cuando tenía que atender a los clientes de la floristería.
-No, gracias...yo...debo irme, adiós.- se retiraba con rapidez aquél sujeto.
-Papá, ¿por qué te molesta que otro sujeto quiera conquistar a mamá?
-Supongo que me molesta un poco que alguien más sienta algo por tú mamá.- le dedicaba una sonrisa tranquila.
-¿Es por qué amas a mamá?
-Si.
-Aún no lo entiendo del todo.
-Al principio yo tampoco lo entendía, pero tu mamá me ayudó mucho y luego, cuando naciste, comprendí todo.
-¿Todo?
-Si, el amor se siente, no se comprende. Es un sentimiento muy complejo y difícil de entender, pero es la mejor emoción de todas.
-Ya veo, gracias papá.- el pequeño rubio ahora sabía a lo que se refería aquella niña, además ahora entendía el aveces extraño comportamiento de sus padres.

One Shots (SaiIno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora