—¡Feliz cumpleaños, mi linda niña! —decía su padre mientras la abrazaba.
—¡Mi regalo! —chillaba la pequeña rubia en brazos de su padre.
—No seas tan apresurada. Entre más larga es la espera, se disfrutan mejor los momentos esperados.
—Pff... ¿Eso significa que no habrá regalos? —cambió su gesto.
—No, no, mi muñeca. Sí que habrá muchos regalos para ti, sólo debes esperar un poco. Primero hay que ir a comer con el clan Ino-Shika-Cho. Tus amigos estarán ahí. —le sonreía.
—No quiero. Quiero mis regalos ya. —comenzaba a llorar.
—¡Oh, mi muñeca! Ten, ten... —le tendió varias cajas y bolsas de regalo.
La pequeña Ino, de entonces tres años cumplidos, estaba muy contenta por los regalos, además de que aprendía muy rápido sobre chantaje.
✨✨✨
—¡Feliz cumpleaños, mi linda niña! —se lanzaba a abrazarla.
—¡Papá! Aún es muy temprano, no me despiertes. —se quejaba.
—¡Pero si ya son las ocho de la mañana! No seas perezosa. —le sacudía su cabellera con cariño.
—El entrenamiento de ayer me dejó fatigada, necesito un par de horas más de descanso. —se hundió entre sus almohadas y peluches.
—Comprendo, pero debemos ir a celebrar tu cumpleaños con el clan. Shikamaru y Chouji estarán ahí para felicitarte.
—No hay prisa. Ellos son mucho más perezosos que yo. ¡Shikamaru se queda dormido en los entrenamientos!
—Pff, lo intenté. Supongo que no quieres ir por todos los regalos que prepararon para ti. —se retiraba lentamente.
—¡Está bien, ya voy! —se levantó de inmediato.
Su cumpleaños número trece se celebró en el barbiquiu, donde Inoichi terminó pagando todo.
✨✨✨
—Papá... Hoy es mi cumpleaños. —dijo frente a un retrato de su padre, mientras encendía una vela frente a éste.
Ino cumplía diecinueve años. La guerra tenía poco tiempo de haber finalizado, llevándose a su ser más querido, a quien recordaba con cariño, en especial ése día.
—Bien, ¡arriba los ánimos, Ino! Hoy debe ser un gran día. —se dió ánimos y bajó a la cocina.
—¡Mamá! —la llamó pero no hubo respuesta. Al parecer, ése día tampoco se encontraba en casa.
Desde la muerte de su padre, su madre se había sumido en una profunda depresión, no le gustaba estar en casa y se la pasaba viajando, quería volver a sentirse viva. Esta situación dejó a Ino más sola, aunque ella no lo percibía del todo.
—Bien, supongo que puedo salir a comer con los chicos... —pensaba en voz alta, un hábito recientemente adquirido, mientras desayunaba.
Salió de casa decidida a disfrutar su día.
Se encaminó a la oficina de Shikamaru, pero no lo encontró.
—¿Buscas a Shikamaru?
—¡Ah! Kakashi-sensei, hola. Quería ir a celebrar mi cumpleaños con mis amigos, por eso vine a buscar a Shika, siempre está aquí, así que...
—Ya veo. Lo siento, Ino, pero Shikamaru está de misión con Chouji y Kiba, en Kumogakure.
—Oh, no lo sabía. Con razón no los ví en toda la semana. Gracias por informarme, Kakashi-sensei, ¡hasta luego! —se retiró con prisa. Si no podía celebrar con los chicos, entonces buscaría a sus amigas.
