Bebés

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El sol filtrándose suavemente a través de las delgadas cortinas de la ventana anunciaba el comienzo de un nuevo día.
Sai abrió los ojos en cuanto percibió la tenue luz sobre su rostro, dándose la vuelta. Al instante sonrió, Ino dormía plácidamente a su lado. Acarició con delicadeza su rostro, dándole un pequeño y breve beso en la frente.
Ino abría lentamente los ojos.

—Buen día, belleza —le dedicó una gran sonrisa.

—Buen día, cariño —le sonrió levemente.

—¿Otra vez no pudiste conciliar el sueño?

—No, tuve náuseas toda la noche, pero nada de vómito, sólo esa sensación desagradable. ¿Se me nota mucho?

—Comienzan a aparecerte unas leves ojeras —deslizaba sus dedos sobre el rostro de la chica.

—Pff...

—¿Quieres que les prepare algo ligero? —ahora colocaba su mano sobre el levemente abultado vientre de Ino.

—Sí, gracias amor.

Sai se levantó de la cama casi de inmediato, se dirigió al baño y de ahí a la cocina.
Ino se quedó en cama unos minutos más, estar embarazada le resultaba más complicado de lo que creía.
A Sai le parecía emocionante ser padre, se le notaba más feliz que nunca y mantenía una enorme sonrisa en su rostro. Cuidaba mucho de Ino y organizaba su agenda laboral para pasar más tiempo en casa, a su lado.

El desayuno transcurrió agradable para la pareja.

—Creo que me tomaré el día. Daré aviso a mi departamento, los de inteligencia se enfadarán —decía mientras saboreaba su fruta picada.

—Me quedaré contigo.

—¿No tienes misiones que asignar?

—Ya tienen suficiente trabajo. Además, la policía de Konoha no está tan saturada como el departamento de inteligencia.

—Bien —le sonreía.

El sonar del timbre les tomó por sorpresa.

—¿Ya volvió tu madre tan pronto?

—No lo creo, dijo que iría a Kirigakure. Debe ser alguien más.

Sai se levantó de la mesa y se dirigió a la puerta principal.

—Ah, Sakura-chan. ¿Vienes a ver a Ino?

Sakura tenía una mirada de preocupación y se mordía constantemente el labio inferior.

—Hola Sai, sí, quisiera hablar con ella. ¿Está en casa?

—Sí, estamos desayunando, pasa. ¿Gustas algo de comer o beber?

—Estoy bien, gracias.

Ambos se dirigieron al comedor, donde Ino les esperaba.
En cuanto Sakura la vió, se lanzó a abrazarle y rompió en llanto.

—Sakura... ¿Qué sucede amiga? —Ino le correspondía el abrazo.

Sai observó la escena y fué a la cocina a prepararles tea, sabía que sería una charla larga.

—Tengo un grave problema, mejor dicho, muchos problemas.

—Tranquila, puedes desahogarte conmigo.

Sakura tomó asiento a su lado, tratando de detener el llanto sin éxito.

—Ino, no sé qué hacer. Me siento sola.

—No deberías. Estoy aquí para apoyarte y ayudarte en lo que necesites, Sai también, y Naruto, Sasuke...

Sakura lloró aún más.
Sai entró con tres tazas humeantes y tomó asiento al otro lado de Ino.

—Gracias cariño —le susurró.

—Es que... Estoy esperando un bebé...

—Vaya, ¿entonces por qué estás tan triste?

—Es por el cambio hormonal, preciosa.

—No, no es eso, chicos. Es que, no sé qué hacer. Sasuke no vendrá a la aldea dentro de muchos años, así que...

—No estás sola, Sakura. Además, Sasuke tiene continúa comunicación contigo, ¿ya se lo haz dicho?

—No. Pero tenerlo significaría criarlo yo sola, eso me deprime —el llanto había parado, pero mantenía la cabeza baja.

—Eres una mujer muy fuerte, no creo que tener un hijo sola te afecte. Después de todo, sabías que tarde o temprano eso pasaría manteniendo una relación con Sasuke —Ino le dió un leve codazo para que se callara.

Sakura se mordió el labio inferior.

—Lo sé, Sai, lo sé.

—Sakura, tener un bebé es una importante decisión que habrás de tomar sola, puesto que sólo te afectará a ti, pero cualquiera que sea tu decisión... Yo te apoyaré y te ayudaré. No estarás sola y nunca te sientas así. Aunque Sasuke no esté a tu lado para ayudarte a tomar alguna decisión, sé que sabrás qué hacer, por los dos —Ino mantenía su mano sobre su hombro en muestra de apoyo.

Sakura levantó la vista y le sonrió.

—Gracias Ino —sabía que hablar con la rubia le ayudaría, como siempre.

—Para eso estamos las amigas —le devolvía la sonrisa.

—Por cierto, ¿cómo vas tú con tu embarazo? —comenzaba a probar el tea.

—Es algo menos bello de lo que lo pintan. Tengo continúas náuseas.

—Evita infundirme miedo por favor.

Las chicas continuaron su charla hasta el medio día, entre risas y bromas el tiempo se les fué, hasta que Sakura notó la hora.

—¡Ay, no! ¡Voy tarde a la junta de la mañana!

—¿Ya tienes que irte?

—Sí, debo capacitar a los internos nuevos. Son tres pláticas por día y voy terriblemente tarde. Gracias por todo chicos, me siento mejor.

—Cualquier cosa, aquí estamos —le guiñó el ojo.

—Lo sé. Nos vemos.

Vaya que hablar con su mejor amiga le reconfortaba, las dudas seguían pero ya no se sentía pérdida.

Por otro lado, ahora la preocupada era Ino.

—Comprendo muy bien cómo se siente Sakura. Es decir, ¿acaso no sería un error que siendo shinobis y conociendo éste mundo, sería un error tener un hijo?

Sai frunció el ceño.

—No deberías plantearlo así. Sakura se siente sin apoyo de parte de su pareja. Tú me tienes y me tendrás todo el tiempo a tu lado, no compares tu situación con la de ella.

Ino no pudo evitar un sonrojo.

—Sai, eres muy lindo. Pero me refería a que el mundo Shinobi es cruel y cruento. ¿Sería lo mejor para nuestro bebé?

—No tienes por qué preocuparte. Nosotros estaremos ahí para cuidarlo. Además, las cosas ya no son como eran antes.
Empezaré a prohibirle a Sakura hablar de temas delicados contigo si te pones así —acariciaba su cabello con ternura.

—Sólo fue una pizca de duda. Sé que elegí al mejor papá para nuestro bebé —se lanzó a abrazarle.

—Me alegro de que lo sepas. Me esfuerzo para que notes que no hay nadie que te ame como yo.

Ino apartó la mirada, con la cara roja.

—¡Kyyyaaaa! ¡Haces que me avergüence! —trataba de cubrirse el fuerte sonrojo.

Sai la tomó de la cintura y la aproximó a él para besarle.

Tal vez nadie más lo notaba, pero ellos sabían que eran la pareja perfecta.

One Shots (SaiIno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora