Cuidando de ti

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    —Ino, será mejor que te abrigues un poco. El clima te hará mal. Que fastidio. —le comentó Shikamaru a la rubia al llegar al lugar de su misión, el cual, estaba cubierto de fría nieve y el viento soplaba un gélido aire.

—No te preocupes Shika, controlo mi chakra a la perfección, regular mi temperatura corporal no es problema.

—Terminaras agotando tu chakra rubia, será mejor que le hagas caso a Shikamaru. —dijo Kiba, quien temblaba de frío por el extremo clima.

—La misión no requiere tanto chakra, relajense.

La misión terminó siendo más exhaustiva de lo que esperaban.
Ino, quien hizo caso omiso a las recomendaciones de sus compañeros, tuvo que ir de vuelta a la aldea sobre la espalda de Kiba, con un gran resfriado por no querer aceptar su error hasta el último instante.

—Será mejor que vayas al hospital, Ino. No te vez muy bien. —Shikamaru se preocupó al ver a su amiga en pésimas condiciones.

—No. Quisiera llegar a casa y descansar. El descanso me sentará de maravilla...cof, cof. —vaya que la rubia se veía terriblemente enferma.

—Bien, iré a entregar el reporte de la misión. Te encargo a Ino, Kiba. —Shikamaru se alejaba, con pesadez característica.

—No hay problema. —Kiba aprovechaba la situación, colocando sus manos en el trasero de Ino, ya que la posición en la que la llevaba, lo requería.

—Kiba, cof,cof...¿podrías ir un poco más rápido? En verdad quisiera llegar a casa...cof,cof. —Ino estaba acabada por la enfermedad.

—Oh, si, claro. Ay rubia, debiste hacerle caso a Shikamaru, él siempre sabe de lo que habla. —caminaba por la aldea, presumiendo ser quien llevaba a la hermosa rubia sobre su espalda.

—Ya lo sé...cof,cof.

Kiba le dejó hasta su habitación, ya que Ino en verdad se encontraba muy enferma.

—Gracias por traerla de vuelta a casa, Kiba. —Yamanaka-sama le agradecía el gesto al Inuzuka.

—No hay problema Yamanaka-sama. —Kiba le sonreía antes de irse camino a su departamento.

Las horas transcurrieron e Ino, no quería que nadie le visitase, tampoco que su madre, insistente, le atendiera, ya que a su parecer se veía horrible y no quería que nadie le mirase en ese estado.

Sai se enteró de que Ino estaba de vuelta, así que preparó todo para tener una cita con ella y aprovechar el tiempo juntos.
Compró unos bombones para la rubia y se arregló, había leído sobre citas y como ser un buen novio, así que ponía en práctica todo lo leído.

Al llegar a la residencia Yamanaka, ajusto los detalles de su atuendo y practicaba su mejor sonrisa.

—Oh, Sai, ¿qué te trae por aquí, muchacho? Anda pasa, adelante, hace un clima horrible fuera. —le abrió Yamanaka-sama.

—Gracias por su hospitalidad, Yamanaka-sama. Vine a ver a Ino, me he enterado que está de vuelta y....—entraba a la residencia con una sonrisa, emocionado por ver de nuevo a Ino.

—Ya veo. Ella ha pescado un fuerte resfriado, ahora mismo está en cama. No creo que quiera tener visitas, ya sabes que es muy vanidosa y no querrá que tú la vieses.

—¿Qué tan mal está? —el azabache se había preocupado al escuchar lo dicho por Yamanaka-sama.

—Regreso de su misión sin poder si quiera moverse, y no ha aceptado mis cuidados. Es tan terca.

—Ya veo. Será mejor que le atienda lo antes posible. —el pelinegro dejó de lado el presente que llevaba para la rubia y se dirigió con rapidez a la habitación de Ino, ignorando las advertencias de Yamanaka-sama.

One Shots (SaiIno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora