Capítulo 10

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-¡Fin de semana! ¡Fin de semana!- tarareo moviendo las caderas al ritmo de la melodía que se escapa de mis labios mientras preparo un pequeño desayuno, como en el sillón viendo caricaturas pues como dice mi sobrina. Las caricaturas son para todas las edades, tía.

Cuando termino mi tarea el bendito celular comienza a vibrar indicando una llamada entrante o que alguien solo quiere molestar mi sábado.

-Mande- contesto sin ver al perturbador.

-¡Shailene!- o perturbadora- acuérdate que hoy salimos por una bebida- recuerda una morena a la que considero mi mejor amiga y una persona muy considerada, nótese el sarcasmo.

-Hola Shailene ¿Cómo estás? Bien mi querida mejor amiga ¿Y tú? Igual, me alegro.

-Si, si, como sea. Te paso buscando dentro de una hora- informa.

-¡¿Qué?!- pregunto exaltada- es muy temprano Zöe- digo y miro la pantalla del aparato- ¡Apenas son las 8:34am!

-No me importa. Recuerda que tengo que salir con Ben en la tarde y sé, que si no nos reunimos hoy, luego será muy difícil- Rayos, cierto que ella y Ben cumplen dos años de noviazgo.

-Bien- resoplo y cuelgo. Me levanto y friego lo que ensucié.

Al terminar subo las escaleras, tomo una ducha caliente y relajante, salgo y decido ponerme una camisa blanca, jeans negros y mis botines del mismo color, dejo mi cabello suelto y me pongo un maquillaje al natural. Desciendo las escaleras, tomo mi bolso y salgo del apartamento hasta el estacionamiento donde encuentro a una morena muy linda desde su deportivo, la saludo y nos encaminamos hasta el centro comercial cantando cualquier canción que pasa por la radio; romántica, bachata, salsa y hasta reguetón.

•••

-Entonces ¿Tú y Theo James...?

-Que no- la interrumpo por milésima vez- y nunca tendría una relación con él Zöe, no conoces su historial- digo sorbiendo de mi malteada.

-Y tu si lo conoces...

-Pues tampoco, pero prácticamente me lo ha hecho saber con actitudes- ella me mira curiosa y menea su bebida.

-Shailene, tú y nadie en general puede evitar el amor- me reprende como una niña pequeña.

-Lo sé, pero lo puedo ignorar- respondo- y no me gusta tal hombre Zöe ¡Por Dios!- digo exasperada.

-Nunca digas nunca- otra, ¿Por qué nadie me quiere creer? Estoy a punto de contradecirla una vez más pero pone una cara de ¿Sorpresa? Con la mirada fija a mis espaldas, volteo y lo veo. Hablando del rey de Roma, miren él viene y se asoma.

-Buenos días señoritas- saluda, le da un beso a Zöe en la mejilla y se sienta a mi lado- Hola preciosa- dice acercándose con la intención de darme también un beso pero levanto la mano provocando que este choque con ella y suene un lindo y doloroso ¡Plas!

-No gastes tu valiosa energía conmigo- le digo abriendo espacio entre nosotros- ¿Qué haces aquí?- cuestiono intrigada.

-Bueno...

-¿La seguiste?- se apresura la morena con una sonrisa.

-Seguir es un término muy acosador- responde Theo- digamos que por "casualidad" pasaba por tu edificio y vi que venías saliendo con la señorita aquí presente- señala a Zöe- otra "casualidad" que también venías al mismo centro comercial- concluye con una sonrisa.

-Claro, hoy es el día de las "casualidades" porque mira quién viene por allá- señalo a su espalda, este voltea y todos vemos a la rubia teñida caminando apresuradamente en nuestra dirección. Theo inmediatamente saca su cartera y pone sobre la mesa una gran cantidad de dinero. Una cantidad que alcanzaría como para 5 malteadas más.

Decepción amorosa | Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora