Capítulo | 2 |

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De nuevo despierto gracias a un sonido mortal que retumba de mis tímpanos a mi cabeza de forma bombeante hasta el punto de sentir que en cualquier momento, mis venas estallarán...

¡Ahg! La alarma nuevamente, pero que manera tan insoportable de despertar.

Me acerco a la mesita y la apago deslizando el dedo sobre la pantalla del celular, lo alzo un poco y veo la hora con un ojo cerrado debido a que mi vista no se ha acostumbrado aún a la claridad que deslumbra el sol mañanero a través de mi ventana.

Son las 7:19am.

¡Son las 7:19am!

Mis ojos se abren a tope y me levanto del colchón como si este me quemara el cuerpo. Corro hasta el baño y me ducho a la velocidad de la luz, salgo y me visto lo más apropiado posible; un vestido negro pegado al cuerpo que me llega unos dos dedos más arriba de la rodilla, los tacones plateados que usé ayer en la noche y me dejo el cabello húmedo provocando pequeñas ondas de forma natural.

Desciendo las escaleras y tomando una botella con agua, agarro las llaves del auto y bajo hasta el estacionamiento. Entro en mi pequeño bebé y conduzco hasta la compañía.

No solo los hombres pueden apreciar tanto su transporte vehicular.

7:34am es la hora que veo cuando entro por las puertas del edificio, saludo a la recepcionista y asciendo en el ascensor, un pitido suena y las puertas metálicas se abren de par en par, salgo y veo a la misma castaña de ayer.

¿Emma?

Si mi memoria no me falla, creo que así se llama.

-Hola Shailene- saluda con una sonrisa y me tiende la mano, la acepto y le devuelvo el gesto. Me siento agitada, nerviosa y un poco sudorosa debido al ajetreo que he tenido- soy Emma, el señor Kinnaird me pidió que te ayudara en lo que necesitaras ya que no tienes mucha experiencia- informa caminando a no se donde, asiento con la cabeza un poco más feliz por haber recordado su nombre.

-Bien, esta será tu oficina- dice sacándome de mis pensamientos y entramos en un pequeño (aunque no tan pequeño) espacio. Emma me indica lo que tengo que hacer hoy, revisar papeles para verificar cuentas y pasar a la computadora algunos datos del último mes- si necesitas algo avísame, estaré afuera- anuncia, asiento con la cabeza una vez más y desaparece.

Dejo caer mi bolso en el escritorio de madera y me siento en la comoda silla giratoria soltando un largo suspiro, enciendo la computadora y empiezo a revisar los dichosos papeles mientras me hago una coleta improvisada aún en mi húmedo cabello.

•••

Cuando termino de pasar los datos a Excel, me recuesto sobre el respaldo de la silla y giro lentamente. El estómago me arde debido al hambre que tengo y la botella de agua ya me la acabé, tal vez me dejen desayunar al ver que terminé lo que me plantearon así que comienzo a buscar la impresora pero no la consigo por lo que decido llamar a Emma.

Salgo y la veo tecleando en la laptop, levanta la cabeza y sonríe.

-¿Qué pasa, Shailene?- cuestiona cerrando el portátil.

-Lo siento, es que necesito imprimir algunos papeles y no doy con la impresora- respondo un poco apenada.

-¿Ya terminaste?- pregunta asombrada, asiento con la cabeza de forma tímida- Wow... si que eres rápida- dice y una sonrisa involuntaria surca en mis labios- bueno, en este piso hay una impresora universal para todos los trabajadores, tu solo dale imprimir, ya la computadora la tiene registrada en el sistema, luego te diriges por ese pasillo- informa señalando una dirección específica con su dedo índice- entras en la primera puerta a la izquierda y ahí obtendrás los papeles deseados- concluye con una sonrisa, le agradezco y vuelvo a mi pequeña oficina para hacer todo lo que la castaña me indicó.

Decepción amorosa | Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora