Capítulo 13

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Una semana después…

Les resumo como fue mi semana con el insoportable señor Kinnaird siendo su secretaria:

-Lunes; llego a mi trabajo y cuando entro a la oficina me recibe un ramo de doce rosas rojas con una tarjeta que contenía un mensaje transcrito: “las personas cambian señorita Woodley, y yo puedo ser una de ellas”. Quise deshacerme de las rosas pero no tenían la culpa de que su comprador fuera un idiota así que me las quedé y hasta ahora están marchitas en el florero que se encuentra sobre la barra de la cocina.

-Martes;  Fuimos a cenar con unos socios de Theo que querían conocerme, claro, pensé que el señor asaltacunas aprovecharía la ocasión para manosearme pero cada vez que iba a besarme pedía permiso susurrándomelo al oído lo que me dejaba confundida, cuando salimos y le pregunté que fue todo eso me respondió; “Solo quiero que contigo las cosas sean diferentes”. Resoplé y me llevó hasta mi apartamento.

-Miércoles; Comenzamos como un día de trabajo normal; desperté, desayuné, fui a la empresa, Theo me dio mucho que hacer, luego almorcé pero a eso de las 2:34pm se apareció en la oficina la rubia teñida de Ruth y formó un teatro diciendo que yo le había quitado a su amor, que era una cualquier que se revuelca con los hombres solo por su dinero y ya saben el típico teatro de ex novia psicópata-loca-celosa. El señor Kinnaird se la llevó a su oficina y mientras ella se iba detrás de él me dirigió una sonrisa triunfadora lo que provocó que riera, unos minutos después salió echa un muerto andante; pelo revuelto, rímel corrido por las lágrimas y ropa arrugada. Se volvió a poner en frente de mi escritorio y me dijo cuantas groserías e insultos posibles conociera, lo peor que con amenazas incluidas.

-Jueves; Theo a cada rato iba a la oficina por cualquier excusa, no pasaban ni cinco minutos cuando ya estaba de pie frente a mí preguntando cualquier tontería, proponiéndome que saliera o diciendo cualquier palabrería boba. Fue el jueves más irritante en toda mi vida.

-Viernes; pensé que ese día sí iba a estar mejor, hice la misma rutina de siempre, cuando llegué a la compañía Emma fue la que me dió los primeros trabajos del día ya que Theo estaba ocupado, la mañana transcurrió como nunca; mi escritorio y yo, en el silencio de la oficina el cual solo era interrumpido por el sonido de las teclas al ser pisadas por mis dedos velozmente. Terminé el papeleo y se los llevé a Theo pero cuando abrí la puerta estaba charlando con nada más y nada menos que con Miles el cual se levantó y se acercó a mí como si yo fuera un imán y él un pedazo de metal dándome un abrazo y un beso en la mejilla. Rápidamente caminé hasta mi “novio” y le planté un suave beso en los labios, y… no quiero admitirlo pero, me gustó... te sintió diferente, verdadero. Dijeron que había un evento súper importante el fin de semana y tenía que asistir.

Si… no fue mi mejor semana; detalles, palabrerías y besos por parte del señor Kinnaird, cenas y encuentros con teatro incluido y no nos olvidemos de ex novias locas.

Y aquí estoy, preparándome para ir al bendito evento, una falda, top negro, tacones del mismo color, maquillaje ligero y el cabello hacia atrás. Theo me recoge en un auto negro manejado por su chofer, un robusto y atractivo hombre llamado; Jai Courtney.

-Hola Shailene- saluda con una sonrisa ya cuando estoy en el asiento trasero a su lado.

-Hola- respondo también con una sonrisa, me alegra verlo… esperen ¿Yo insinué eso?

-Se que este tipo de eventos no es de tu agrado…

-¿Tú crees?- lo interrumpo con una sonrisa irónica.

-Pero me alegra que estés conmigo en este momento- informa tomándome de las manos las cuales están entrelazadas sobre mi regazo, siento de nuevo esa corriente eléctrica y por alguna razón no me aparto, la sensación es… agradable y reconfortante, lo miro y noto un brillo especial que nunca había visto. Theo poco a poco se aleja y dirige sus ojos hacia la ventana, hago lo mismo pero desde mi lado y permanecemos así callados el resto del camino.

Llegamos a un club enorme, cientos de autos modernos, personas de aquí para allá vestidas impecablemente y sin falta los paparazzi y reporteros con sus cámaras captando todos los movimientos. Theo se baja y me hace una seña para que aguarde, hago lo que me dice y segundos después la puerta es abierta por él, salgo y me sujeto de su brazo con fuerza para no caer gracias a los tacones y los flashes que no ayudan mucho que digamos.

-Tú solo sonríe- me susurra el castaño al oído logrando que un escalofrío recorra desde mi cuello hasta la planta de los pies. Asiento con la cabeza un poco nerviosa, comenzamos a caminar por una alfombra roja y de un momento a otro Theo se detiene y me sujeta de la cintura apegándome a su costado, sonreímos para las cámaras mientras hacen preguntas como; “¿Theo, enserio cambiaste tu estilo de vida por la señorita Woodley?” “¿Shailene, quieres a Theo o a su dinero?” “¿Es cierto que dejaste a Miles porque no tenía todas las comodidades que querías y con Theo, lo consigues?” “¿Ahora están en una especie de triángulo amoroso?”. Y muchas más…

-Yo…- comienza a decir Theo- si estoy enamorado de Shailene- informa y un silencio se instala el cual solo es interrumpido por el clip de las cámaras al tomar las fotos- ella no le interesa el dinero, eso me consta; confiaría en Shai con los ojos cerrados- dice y me mira- ella es una persona independiente, le gusta luchar por las cosas justas y es muy profesional; eso lo que más me gustó- anuncia sin quitar la mirada de mis ojos, una sonrisa surca por mis labios y no sé si fui yo o mi cuerpo, reacción o la situación pero lo tomo suavemente de las mejillas y le doy un beso sobre sus carnosos labios, él me toma de la cintura y lo sigue. Nos separamos y sonreímos como unos verdaderos tortolitos enamorados. Enamorados, no, no, no, yo no puedo enamorarme de Theo, no puedo enamorarme de él, simplemente no puedo. Las palabras de Zoe retumban en mi cabeza; “Shailene, tú y nadie en general puede evitar el amor”.

Levanto la mirada y noto que Miles camina en nuestra dirección con enojo en el semblante. Genial, simplemente fantástico. Saluda al castaño fraternalmente y luego se dirige a mí.

-Hola Shailene- saluda tomándome de la mano y depósita un beso en ella, la aparto inmediatamente y me dirijo a Theo pero antes de poder hablar Miles me interrumpe- una foto para la revista- dice con una de las sonrisas más falsas que he visto, le dedico una mirada a mi “novio” y este asiente, me coloco en medio de los dos poniendo mi mejor cara. Luego de terminar semejante ajetreo entramos finalmente al club, saludamos a muchas personas, algunas conocidas y otras no, me presentan nuevos agentes y financieros.

La noche me la paso con Theo de la mano entre risas, bromas y conversaciones muy fluidas por parte de los dos. El señor Kinnaird me cae cada minuto mejor, es lindo, tierno y atento. Me gusta estar siempre a su lado, tiene un aire agradable y reconfortante que nunca había sentido a exepción de mis padres. También me di cuenta que en toda la noche había una que otra rubia o castaña que le sacaba cuerpo pero él ni pendiente; “Solo ojos para ti” respondía lo que provocaba que sonriera como una boba, uno que otro beso y una que otra corriente eléctrica hasta llegar al corazón (pensé que me iba a dar un infarto) porque cada vez que Theo se acercaba o me tocaba este daba un salto y latía más fuerte que un tambor en carnaval.

Cuando llego a mi apartamento un sentimiento me embarga pero no sabría decir qué, agito la cabeza para sacar ese pensamiento y subo a mi habitación, me pongo el piyama y me acuesto sobre el cómodo colchón, los brazos de Morfeo me acogen como todas las noches y al cerrar los ojos solo puedo ver una cara; sus ojos como el chocolate mismo, cejas perfectas, labios carnosos... solo puedo ver a Theo.

*Gracias por leer*

Hoy no hay nada que decir excepto; los quiero😆💕

-Bri❤

P.D. no te olvides de dejar tu estrellita 🌟😉

Decepción amorosa | Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora