Capítulo | 1 |

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Sueño. Sueño que estoy en un campo, uno amplio y verde con pequeñas flores de margaritas y uno que otro árbol frutal. Se ven edificios a medida que camino. Una ciudad- pienso. Me acerco curiosa y mi vista se deslumbra con colores y olores increíbles, me siento tan pacífica y completa. Comienzan a circular autos por la calle, aparecen de la nada y en gran cantidad. Claxons comienzan a sonar debido a una tranca imprevista y todo se vuelve sonidos irritantes llenos de estrés.

Despierto debido al fastidioso sonido que produce la alarma contra mis oídos, estiro el brazo para tomar mi celular y deslizo mi dedo sobre la pantalla para apagarla. Me cubro de nuevo con las tibias sábanas de mi cama y vuelvo a cerrar los ojos…

-¡Ay Dios! ¡La entrevista!- cuando mi mente logra captar y recordar el compromiso que tengo hoy, me levanto de un salto y corro al baño para ducharme, cepillarme y maquillarme.

Siempre en correderas, pero que problema con el gusto por dormir.

Creo que no estoy para recriminaciones en este momento, consciencia. Voy tarde.

Nadie te manda a ir por esos 5 minutos más.

Salgo de este corriendo y busco el vestido que dejé preparado la noche anterior.

Al menos se tiene una buena manía, dejar preparado todo el día anterior.

Me pongo unos tacones no muy altos y desciendo las escaleras de mi apartamento a paso apresurado pero manteniendo el equilibrio para no caer.

Tomo las llaves de mi auto que están en la barra de la cocina y salgo.

Hoy tengo una entrevista de trabajo como secretaria para el señor Kinnaird en Inversiones Kinnaird. Desde que dejé a Miles he tratado de conseguir un empleo, él siempre me decía que no necesitaba un trabajo, que él me mantenía y todo el argumento machista, y claro por dormida e ingenua le hice caso pero prometí no depender más de un hombre, y de nadie en general. Soy mujer, si, pero puedo valerme por mi misma.

Debí tomar el consejo de mi mamá desde un principio, pero nunca es tarde.

Cuando llego a los enormes portones metálicos negros del lugar que espero y se convierta en mi nuevo trabajo, disminuyo la velocidad.

-Buenos días, señorita ¿Se le ofrece algo?- pregunta el guarda de seguridad desde el altavoz.

-Sí, mi nombre es Shailene Woodley, vengo para realizar la entrevista en el puesto de secretaria para el señor Kinnaird- respondo lo más amablemente posible.

-Ah sí, está anunciada, puede pasar- dicho eso escucho un pitido y los portones se abren lentamente, me adentro en el estacionamiento, busco un lugar vacío y aparco mi auto con cautela, apago el motor, tomo mis cosas y me bajo sigilosamente.

Camino hacia el enorme edificio que se encuentra frente a mí, contiene una estructura moderna, levanto la vista y noto un gran ventanal justamente en el punto más alto de este.

Seguro es la oficina del jefe.

-Buenos días, señorita- saluda la recepcionista, una chica a la cual le calculo unos 21 años, joven. Tiene el cabello rubio y los ojos cafés claros.

-Buenos días ¿Podría decirme donde queda la oficina del señor Kinnaird?- pregunto, me mira cautelosa- vengo por el trabajo- aclaro levantando la carpeta que llevo en mano, asiente y me da las indicaciones. Tomando el ascensor me dirigo al piso informado el cual resulta ser el último.

-Buenos días- saluda de la nada una castaña- Shailene Woodley ¿No?- cuestiona, asiento con la cabeza sin tener tiempo de pronunciar una palabra- por aquí, el señor Kinnaird le está esperando en su oficina- informa amistosa.

Decepción amorosa | Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora