Lo había besado. ¡Lo había besado! Eso me tenía en vela toda la noche. Sentí sus labios con los míos y eso fue lo más placentero en toda mi vida.
Pero eso no era normal... ¡Éramos dos chicos! Me sentía asustado y ansioso a la vez.
Cuando por fin pude pegar los ojos y dormirme, soñé con aquél momento... Soñé que se repetía una y otra vez, dándome esa sensación infinitamente.
Al día siguiente no lo vi por ningún lado. Lucas no había ido a la escuela.
Eso me preocupó y decidí en contra de mi vergüenza ir a su casa después de la escuela.Presentí algo malo.
No vi a Dalton ni a Dona Hardin, el día pasó sin ninguna emoción. Salí de la escuela con paso decidido a su casa. Quería saber porque me había besado y porque no había ido a la escuela ese día.
Quería verlo.
Toqué con suavidad el timbre y esperé. Nadie contestó. Toqué el timbre nuevamente y nada.
Comencé a ponerme ansioso.
—Lucas. — Dije tocando la puerta varias veces. La puerta se abrió y salió Lucas.
Estaba sin camisa y despeinado. Sus ojos no tenían brillo y se le veía una ojeras bastantes profundas.
—Lucas...— Exclamé con dulzura. Me acerqué para tomarle la temperatura, pero no me dejó. Se apartó y me quedé confundido. — ¿Estás enfermo? —
—No. — Su voz estaba ronca, cómo sí hubiese gritado muchas veces y se hubiese quedado sin voz.
— ¿Por qué no fuiste a la escuela hoy? Me la pasé muy aburrido. —Intenté reírme pero no me salió. La situación era incomoda, tensa.
—Nathan, escucha. — Paré de acariciarme las manos ansiosamente y le presté atención. —No puedes volver a hablarme o a verme. ¿Está claro?— No creía lo que estaba escuchando. — No me conviene hablar contigo... Tú eres raro. Tus ojos impares y tu color de piel... Lo siento. — Algo dentro de mí crujió. —
— ¿Qué?—Aún no me lo creía. Mis manos temblaban y sentía que el mundo daba vuelta.
—No vuelvas a dirigirme la palabra, por favor. — Me alejé de él unos pasos. Al no pisar bien, me caí contra el pavimento. Me sentí estúpido.
Cuando me levanté, lo miré y en sus ojos había un dolor profundo. Apreté los dientes y lo miré con furia.
—Sí eso es lo que quieres, Lucas, entonces lo tendrás. — Hablé con enojo, con dolor. Le dí la espalda y salí a pasos rápidos. Las lágrimas se derramaban sin mi permiso.
Quise morirme.
YOU ARE READING
¡Dulce Chocolate!
Ficção Adolescente¿Te gustan las historias clichés? ¡Entonces esta es tu historia! Nathan un día se tropieza con Lucas en un pasillo de la escuela y ahí nace un ¡InstaLove! Lucas pone de cabeza el mundo de nuestro moreno protagonista, haciéndole dudar de su sexuali...