X

7.7K 460 62
                                    

.Anaís

-¿Anaís?-escuché del otro lado de la línea

-¿Aron?-Pregunte alarmada, miré hacía un lado, eran las tres de la mañana, y él se escuchaba muy mal-¿pasa algo?-pregunté adormilada.

-Necesito qué vengas, Estoy en una azotea, No se como llegué aquí, ni tampoco se de quien es, no se nada-Sirvió su nariz, suspiré, mordí mi labio y me levante.

Aunque no me caiga bien, él me necesita.

-¿Vez algo?-Dije saliendo de mi cuarto, mirando hacia todos lados, si mi padre me veía salir a está hora seguro me mataría.

-Hay muchos árboles-Dijo como nilo pequeño.

-Toda la ciudad tiene árboles Aron, concéntrate y dime donde estás-Gruñi, baje con cuidado las escaleras, y al dar el último paso la luz de la sala se encendió. Mis ojos se abrieron al par, mirando a los ojos a mi padre.

-Sh-Dijo señalandome con su dedo-Tú madre también tuvo que ir por mi a altas horas de la noche, y la vieja de mi suegra nunca la dejaba, así qué, como soy buen padre y no quiero acabar solo y cascarrabias como la fea de tú abuela, te dejaré ir, solo con la condición de qué si ese tal Argón quiere saltar, lo dejes-Me sonrió, se levantó del sillón y camino hacía mi-eres igual a ella-

Subió las escaleras y se escuchó como cerraba la puerta de su habitación, suspire, acerqué él teléfono a mi oído, esperando un reclamo.

-¿Aron?-Pregunté en un susurro, cerrando la puerta de mi casa.

-Soy yo, ¿O no le caigo bien a tú padre-Pregunto, Al acabar su pregunta, un enorme eructo se escuchó del otro lado-Ups, perdón-Se disculpo.

Jamás había tenido que liar con algún hombre borracho, mamá siempre atendía esos caso.

suspire, entré mas rápido llegue mejor.

.Narrador

Aron a como podía le iba diciendo lo qué veía, Anaís sentía desfallecer, era complicado hablar con un borracho, todo era demasiado difícil, cuando al fin llego a aquél lugar, doblo a la esquina, topandose con una casa no muy deteriorada, Aron la miro y saludo sonriéndole.

-Ya te vi-Dijo por el teléfono. Golpeó su frente con la palma de su mano. Tonto.

Corto la llamada, y busco el como subir, Pegada a la casa habían unas escaleras, ¿como es qué no se cayó?, suspiró, comenzado a subir con cuidado, al llegar, se sentó junto a Aron, mirando hacia abajo.

-¿Me explicas por qué estás aquí?-le pregunto, cruzó sus piernas y espero a que me contestara.

-Alguien me busca-Susurro con la mirada perdida.

-Aquí jamás te encantará-Dijo mirando hacía todos lados. Aquella parte estaba muerta, oh quizás era por qué eran las tres de la mañana.

-No hablo de eso tonta-Gruño Aron-Soy una persona con un pasado no muy lindo, Me junte con gente demasiado mala, y estuve en cosas horribles-Suspiró-El pasado siempre te alcanza, pero a veces llega en el pésimo momento, antes hubiera deseado qué me llegará cuando estaba solo, pudriendome en mi casa, pero no, me llegó cuando una bella muchacha llego a mi vida-Sonrió, mirando a Anaís-No quiero qué te hagan daño-Susurro dolido.

-Nadie lo hará-Sonrió ella, tratando de suavizar las cosas. No entendía nada y Aron solo la confundía más.

-No lo entiendes Anaís-

-házmelo entender-Rogó ella.

-Tenía 14 años, mi madre me abandonó desde pequeño, decían por el barrio que ella me abandonó desde que estaba embarazada, era una pobre chica drogadicta que lo único qué hacía era tirarse en el sillón junto a Inyecciónes, pastillas, Aerosoles, polvos blancos, ni siquiera le importaba que yo estuviera hay, me llevaba a tiendas y me hacía robar lo que ella quisiera, me dejaba en las calles solo y sin comer, Mientras ella se drogaba y acostaba cuanto a hombre se le ponía en el camino, un día, un hombre, un hombre qué a leguas se le miraba lo importante, entro ay le grito qué tenía qué pagarle todo, Hubo gritos, peleas y armas, Ella estaba tan drogada qué sólo miraba a aquel hombre, sonriéndole cínicamente, él hombre se enfureció, giro y me miro tirado en el suelo, cubriendo mis oídos, me levantó, me sostuvo del brazo, miro a mi madre con asco, grito, "me pagaré lo qué me debes con él", Ella...sólo me miro, hizo un gesto y se fue-Rio amargamente-Me llevó con él, encerrandome en un cuarto de alguna bodega, a los pocos días me enteré que era el organizador de peleas callejeras, muy famosas por los barrios de Canadá, recuerdo qué entró, me levantó, y con su mano en mi hombro me dijo, "Tienes qué pagar todas las deudas de mamá, así que pelearas para mi, tienes qué hacerme ganar mucho dinero, y si no lo haces, tú y ella morirán", Tuve qué pelear para él hasta el cansancio, Era bueno, Muy bueno, Me hacían pelear con niños, adultos, delicuentes o con lo que fuera, me llevaban a Cárceles, A Barrios, los barrios mas horribles qué pudiera la gente imaginar él me llevaba, me daba dinero, mucho dinero, y mujeres, Cada pelea me hacía acostar con una mujer diferente, en cada cumpleaños me llevaba a prostíbulos y pagaba privados para mi, al cumplir los 18, por fin pude escapar, y mudarme aquí-Suspiro, cerrando sus ojos, Anaís acaricio su puño, tratando de tranquilizarlo-Pero de nuevo esta aquí y quiere hacerte daño si no peleó por él-

Anaís no sabía qué decir, todo era muy impactante para ella, tratar de ver a Aron a los Catorce en una cosa de esas era simplemente asqueroso, ¿quién haría eso?, es horrible. Aron seguía con sus ojos cerrados, apretando con furia sus puños, Anaís se acercó poco a poco a él, extendió sus brazos y lo abrazo, Aron suspiró, dejándose abrazar por su pequeña novia.

-¿Qué paso con tú madre?-pregunto suavemente.

-Murió, Él la mato-Dijo simple, mirando hacía otro lado.

Se escucho un suspiro de Anaís, abrazando con mas fuerza a Aron. Toda bestia tenía él por qué de su mal humor. Y el de él era simplemente horrible.

-Estaré contigo a pesar de todo-Susurró.

Se recostó en el hombro de Aron, mirando al nocturno cielo, Sentía la necesidad de estar con él siempre, ahora qué sabía esto, tenía qué cuidar de él, tenía que protegerlo aunque el diga que no.

-Anaís-

-¿Si?-

-Eres la luz qué alguien muy sabio dijo qué tendría en algún momento de mi vida-Dijo mirando al cielo, cerro los ojos y sonrió-Una muy pequeña-Se refirió a su estatura-pero Enorme luz-beso su cabeza y se quedaron así arriba de aquella azotea.

Espero qué les guste,  este capítulo es dedicado a la difícil vida de Aron, espero sea de su agradó.
El otro será completamente diferente.
Gracias por leer.

Mi Problematico novio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora