XV

6.3K 358 26
                                    

Narrador.

—Tranquilo Brayan—Susurro cameron, tomando la mano de su esposo.

—Son casi las tres de la mañana,  Anaís fuera y ¿tú me pides tranquilidad?—Contesto molesto. Cameron aparto su mano,  suspirando preocupada—Todo es culpa mía,  Le di demasiada confianza y ve ahora esto—se levantó molesto de la mesa y fue hacía la sala, tomo el teléfono y trato de llamar a su hija.

Cameron lo siguió, se planto aún lado de él mirando con nervios las reacciones de su esposo, al no obtener alguna señal de vida,  lanzó el  teléfono hacía la puerta molesto.

—Brayan—Gritó Cameron.

—¿¡Qué!?—Grito molesto.

Controlate, no es momento de ponernos agresivos—

—¡Todo esto es tú culpa!—Grito, asustando a cameron— Qué este así es tú culpa,  Todo esto es tú culpa,  tú me pediste que dejara de ser tan exigente con ella,  tú me pediste qué la dejara estar con él y mira esto—Grito apuntando a su esposa.

¿Quería pelear ahora?

—¿En serio?—Preguntó, negó con la cabeza riendo—Los dos somos sus padres, no puedes ponerte como un crió y echarme toda la culpa a mi cuando la tenemos los dos, no te deslindes de responsabilidad—miro sería a Brayan y este solo se echo a reír.

—Si ella no aparece por esa puerta en menos de una hora... Espero y disfrutes la cama sola—Tomo las llaves y salió por la puerta, dejando a Cameron sola y preocupada.

Aron.

Escucharla Gemir,  Sentir sus manos rasguñando mi espalda y escuchar su respiración agitada,  eran cosas que simplemente eran Fascinantes, Aún no entendía como ella dejo llevarse de esa manera y tampoco entiendo como hace unos minutos tome algo importante de ella, pero estaba bien para mi,era perfecto para mi decir que Ahora es completamente mía.

—Aron—Escuché que decía, mis pensamientos se esfumaron, y a mi mente volvieron a llegar aquellas fotos de ella desnuda.

Gruñi, algo dentro de mi se encendió, tome su cintura y comencé a moverme aun mas rápido y brusco, demasiado brusco para alguien que acaba de perder su virginidad, Arañaba mi espalda con mas fuerza y sus Gemidos eran mas fuertes,  definitivamente iba a morir, pero en ningún momento pensé en parar, En ningún segundo pensé en dejar de mirar su cuerpo, Quería que esto durará para siempre...Fuí aún mas brusco con ella,  Fuí aún mas Rápido, sabía que le dolía,  sus gemidos ya no eran de placer si no de dolor, Rasguñaba mi piel para que me alejara pero eso solo hacía qué fuera mas rápido, escuchaba el respaldo de la cama golpear con fuerza la pared.

—¡Aron!—Grito ella, arqueando su espalda, sabía qué había llegado, pero yo aún necesitaba más de ella.

No se cuanto tiempo estuvimos así,  no se por cuanto tiempo escuche sus súplicas de que parará, lo único que podía saber y sentir era acabar dentro de ella,  rasguñando con brusquedad su cadera, mi respiración era rápida y trataba de poder calmar mis nervios y la adrenalina que sentía, me incorporé, miré su rostro lleno de lágrimas, miré hacía abajo y las sábanas estaban llenas de sangre.

Idiota,  susurro mi subconciente.

—Anaís—Susurre su nombre, acariciando su mejilla—¿Amor?—Pregunte alarmado, con cuidado salí de ella, echando un quejido.

Esta demasiado grande—Susurro...

Anaís.

No sabía si estaba bien, no sabía si era lo mas inteligente que pude haber echo, pero en este momento no me arrepentía de nada, lo único que tenía toda mi atención era el dolor insoportable, recargue mi cabeza en el vidrio del coche, y todo lo qué había pasado se me vino a la mente, Aron tenía un excelente cuerpo... Y otras cosas.

—¿Estas bien?—Pregunto preocupado, acaricio mi mano, mirándome con pena—¿Te duele mucho?—

—Si, pero se pasará,  espero—Susurre,  el rio,  beso mi mano y continuó en el camino.

Al mirar mi casa, los nervios y ganas de vomitar llegaron como olas contra rocas, mi respiración se aceleró, y mi corazón comenzó a palpitar con fuerza, busque la mano de Aron y la apreté con fuerza.

—No pasará nada—Dijo con voz calmada,  aparco el auto fuera de mi casa, beso mi mano y bajo, abrió mi puerta y me ayudo a bajar con cuidado.

Suspire,  Hora de la verdad.

Comencé a caminar como un anciano, trataba de que doliera en lo mas mínimo, pero entre mas caminaba mas dolía, Llegué a mi casa, las luces estaban encendidas y se escuchaba voces dentro,  miré a Aron y éste me dio una sonrisa cálida.

Toqué el timbre, las voces dentro de la casa callaron y unos paso apresurados se acercaban a la puerta, mis manos sudaban, quería vomitar encima de Aron, pero me arme de valor, La puerta se abrió,  Y...los ojos furiosos de mi padre me observaron enseguida.

Estaba muerta.



Mi Problematico novio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora