XVII

8.7K 443 160
                                    

Medía noche.

Una de la mañana, y él aún no llegaba por mi, dijo qué vendría, dijo que estaría aquí, y no cumplió, Sentada en una banca del parque, con una mochila y una maleta, sola, completamente sola, esperando por un hombre qué conocía hace unos meses, Qué irónico.

Suspire, Mi trasero y todo mi cuerpo dolía, hacía tanto frío que no sentía mis dedos, Pero seguía ahí, seguía confiando en aquel hombre. Dieron las Dos con Veinte minutos, y él aún no llegaba, estaba comenzando a preocuparme, ni una llamada, ni un mensaje, saqué mi celular, Y comencé a llamarlo y... Nada, fuí a mensajes, y comencé a escribir.

"¿Te tardas?, hace frío"

Envíe el mensaje, y no lo recibió, miraba por todos lados, temía por mi vida, todo loco podría salir por cualquier lugar y matarme, y yo seguía aquí cómo estúpida, suspire, dispuesta a levantarme e irme, un auto se escuchó, venía muy rápido, exageradamente rápido, Mi corazón comenzó a latir muy fuerte, ese no era el auto de Aron, Y las personas qué bajan de el cargo no era gente de Aron.

¿Por qué mis piernas no responden?, muévanse maldita sea, ¡ahora!, gritaba mi subconciente, Quería moverme pero estaba tan entumecida qué no podía hacerlo, y al reaccionar, era demasiado tarde, Muy tarde, Un hombre me tomo cómo si fuera cualquier cosa y me echo dentro del carro, mis maletas se quedaron en aquella banca, Y pudo convencerme qué no era gente de Aron.

Jodidamente secuestrada, dijo con resignación mi subconsciente.

Aron.

Quería acabar rápido con esto, quería terminar con todo, Le prometí qué iría por ella y en cambio estoy aquí, peleando de nuevo para él.

¿Existe cosa más repugnante que yo?, no lo creó, Mis brazos ardían, mis piernas dolían, Y la adrenalina se acumulaba mas en mi, quería terminar e irme con ella, Escuchaba a la gente gritar mi nombre, alentarme a destruir a aquél chico, mis manos estaban llenas de sangre al igual qué mi cuerpo, Mi mirada sólo enfocaba a ella, mi bella Anaís, tenía qué hacerlo por ella, ser mejor persona, tener un futuro sano y estable. Tenía que hacerlo.

Un Último golpe en la quijada fue lo qué determino todo, Miré al chico caer al suelo, todo paso en cámara lenta, el cayendo, su cabeza rebotó en el suelo, sus ojos miraban a ningún lugar en específico, estaba Muerto, Miré a aquél hombre qué se hacia mi padre, y él sólo me sonrió, asintiendo con la cabeza, la gente callo por un momento, me levante, miré a todos, y Gritaron, gritaron cómo si fuera la cosa mas normal en el mundo, un hombre muerto, unas personas llegaron y levantaron al chico, llevándoselo lejos.

Baje del ring, caminé hacía él, entramos en un cuarto, comencé a secar el sudor y sangre qué había en mi, giré, quedando de espaldas a él, respiré ondo y hablé.

-Deuda saldada, ahora me voy-termine de vestirme, giré, le entregue la toalla y me disponía a ir.

-¿Tan rápido?-Río-Esto no es tan fácil, ésto no acabara hasta qué yo lo diga-Sonrió, mirándome.

-Maldito desgraciado mentiroso-Gruñí, golpe su cara con tanta fuerza, haciéndolo caer, su ojo Sangro, mirándome con una sonrisa cínica, me tiré al suelo con el y comencé a molerlo a golpes, mis manos estaban en su cuello, quería matarlo, librarme de él de una vez por todas.

Su mirada ya no era burlona, era de miedo, miedo a mi, trataba de soltarse y hablar pero yo no lo dejaba hacerlo, entre mas quería hablar mas fuerte era mi agarre.

-Si me matas... No sabrás donde esta ella-Susurro, su rostro estaba morado, y las fuerzas se le estaban acabando.

Mi sangre abandonó mi cuerpo, mi corazón comenzó a bombear muy rápido, aparte mis manos de su cuello, respiró, y comenzó a reírse de mi, mientras se alejaba.

-¿Pensaste qué sería tan tonto para dejarte ir así cómo así?-Comenzó a reírse con fuerza, sosteniendo su cuello-Eres tan Tonto Olwen, y ella tan confiada a tí, no sabe lo detestable qué eres, y ahora-Comenzó a reír-Estará teniendo la noche más placentera con alguno de mis muchachos.

Volví a abalanzarme contra él, golpeaba su cara con tanta fuerza qué aún no podía creerlo, uno de sus hombres se acercó con un arma, lo miré, me fuí contra él, quitándole el arma, apunte hacia él, y amenacé.

-Si valoras tú asquerosa vida será mejor qué te marches-Susurre, mi mente me decía mil cosas, pero mi cuerpo hacía otras.
No podía dejar a nadie vivo, ellos tenían a la única persona qué me importaba y podían estar haciéndole cosas.

Cerré mis ojos, gritando por ayuda, quería salir corriendo y terminar con todo de una vez, pero no podía, no podía hacerlo, tenía qué acabar con esto, abrí mis ojos, miré a aquél sujeto, y sin ningún remordimiento disparé. Su cuerpo cayó, y la sangre comenzó a salir por su boca.

Giré hacía mi padre, quién estaba irreconocible por tantos golpes, quería decirle mil cosas, quería seguir golpeando su rostro, quería seguir viéndolo sufrir pero algo Me lo impedía.

-No eres igual qué yo Olwen-Susurro, escupiendo un poco de Sangre.

-¡No me llames Olwen!-Grité con todas mis fuerzas-Mi Maldito nombre es Aron, ¡Aron!-Apreté el arma en mis manos, llorando de rabia, mirándolo con odio y asco.

-ésto sólo te hará más prisionero de tú pasado Aron, No te condenes-Me miró con pocas fuerzas.

-Jodiste mi pasado, jodiste mi presente, y seguirás jodiendo mi futuro-Reí sin razón alguna, dando vueltas por aquél lugar-No ahí nada qué valga la pena ahora, Querido padre, Nos vemos en el infierno-Cuatro disparos fueron a su cuerpo, y uno más, justo en medio de las cejas.

Miré el cuerpo inerte de mi padre, me acerque a él, y saqué de su chaqueta el teléfono, di remarcar, tardo unos momentos en responder, pero al final lo hicieron.

-¿Jefe?-Al otro lado de la línea se escuchaba alguien llorar y suplicar.

-No se quién eres y es lo qué menos me importa, pero si llegas a tocarle un sólo cabello, te encontraré, iré por tí y te haré desear jamás haberte metido con algo qué le pertenece al Jodido y maldito Ruso, ¿Entiendes?-Gruñí y colgué.

Escuché a la policía llegar, tomé el arma, mis cosas y salí lo mas rápido posible, subí a mi auto, Mi corazón seguía latiendo rápido y fuerte, mis ojos picaban,quería tenerla a ella aún lado mío, quería decirle qué la amaba más qué nadie en el mundo, aunque ella no lo hiciera conmigo, ¿Cómo podía haberla metido en esto?, Lo único puro que tengo, y ahora esta en peligro, Suspire, juró por el amor que le tengo que me alejaré, dejaré qué sea felíz y la apartaré de todo lo qué soy yo, Tome el teléfono qué tome prestado y comencé a localizar el celular de aquellos malditos.

Vargas nunca tuvo por qué haber puesto localizador en los celulares, Mala elección, muy mala elección.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 31, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Mi Problematico novio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora