*NARRA LUKE HEMMINGS*
No pude dormir bien, tenía un mal presentimiento, algo en mi pecho no me dejaba tranquilo, era la misma sensación cuando pasó todo el ataque de Olivia.
Como ya se habían hecho las 7 de la mañana, decidí bajar a preparar el desayuno, hice tostadas y café, estaba muy hiperactivo, nervioso, odiaba estar así y más si no sabía el porque.
Estaba sentado en la mesa mirando un punto fijo cuando siento que alguien me toca el hombro.
- ¡Me asustaste! -le grito a Michael-
- ¿Estas bien? -dice algo dormido- No es normal que te despiertes tan temprano, y menos sin alarma. -dice sentandose a mi lado-
- No dormí en toda la noche.
- ¿Sabes que hoy tenemos un día bastante agitado no? -prueba una tostada-
- ¿Qué tenemos hoy?
- Empezamos a grabar el cd Luke -me golpea- en serio ¿que te pasa?
- No lo sé, tengo un mal presentimiento.
- A vos Olivia te tiene mal, mejor dicho.
- Aparte. No sabemos nada de ella.
- Lo sé, pero debe estar bien.
Lo miro de reojo.
- Bueno, tampoco taan bien, pero no te preocupes, total, no te gusta -me mira pícaro-
- ¿A donde queres ir con eso?
- A que reconozcas de una puta vez que te gusta Olivia.
- ¡Esta bien! ¡Si, me gusta Olivia! ¡Me gusta desde el primer momento en que la vi! -digo alterado-
Escucho unos aplausos atrás mío.
- ¡Por fin! -dice Calum tirándose al suelo- ¡Por fin Luke Hemmings reconoce estar enamorado de Olivia!
- No hagan tanto espamento si ya lo sabían -frunzo el ceño-
- Sí, pero nunca lo escuchamos de tu boca -dice Ashton-
- Bueno, ya esta, ya lo dije ¿contentos? -digo mirando la taza-
- Más que contentos -dicen sentándose a mi lado-
*NARRA OLIVIA MAZZEO*
Hoy es el día, hoy vuelo a Londres para ir a hacer mi tratamiento. Por primera vez, yo decido que hacer con mi vida. Quiero hacerlo, pero a la vez no, volver a los pinchasos, a las habitaciones blancas y frías, a los medicamentos de mal gusto, no me agrada mucho la idea, pero hay alguien que es mi motor para todo esto y ese es Luke. El siempre quiso, no sé porque, que haga el tratamiento y salga para delante. Hay muchas cosas que el hacía por mi pero nunca entendí el porque, a veces era medio raro.
Desayune en la vieja casa de playa donde estaba con mi abuela. Al terminar decido ir a despedirme de alguien que estuvo siempre conmigo, y a que ahora me dejo para convertise en mi ángel. A mi mamá.
Voy a la ruta, paro a un taxi y le doy la indicación del cementerio. Mientras tanto, miraba la ventanilla y pensaba que ahora todo iba a cambiar.
Sí, volvía a la vieja rutina de despertarme con un sabor asqueroso en la boca por los medicamentos, a que me doliera todo el cuerpo por los pinchasos u otro ejercicio nuevo que los médicos aplicaban sobre mí, a los fuertes dolores de cabeza, a aburrirme en esas habitaciones frías de los hospitales, pero lo que hacía que todo esto sea diferente, es que esta vez YO misma tomé la decisión de entrar al tratamiento, me costó mucho decidirlo, pero cada vez que pienso en Luke, las ganas de curarme y volver a Australia a buscarlo cada vez eran más grandes.