CAPÍTULO 16: PRIMER BESO DE VERDAD

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CAPÍTULO 16: PRIMER BESO DE VERDAD

Kurt entró en el auditorio por la parte del público. Blaine le había citado allí. Hacía una hora del final de la función y todos se habían ido del lugar para asistir a sus clases. Sin embargo ellos habían decidido tomarse el día libre. En el suelo del escenario había una manta y muchos cojines. Recordó las palabras de Sam.

Vi como Blaine y tú os besabais dos veces, en el auditorio y en una habitación.

¿Iba a ser ese momento uno de esos besos?

El menor apareció en el escenario. Al verlo sonrió. El castaño subió y se acercó a él. Cuando estaba a una pequeña distancia, el moreno sujeto al ojiazul por la cintura y lo pegó a su cuerpo. Sus caras quedaron a escasos centímetros.

– ¿Has practicado mucho para cansarte y así poder tocarme? – Quiso saber el más alto.

– No, pero sé que te puedo tocar sin miedo.

Después de estas palabras se quitó los guantes y dirigió su mano a la cara de su amigo. Acarició dulcemente su mejilla izquierda mientras disfrutaba del contacto. Eliminó la distancia entre sus labios y lo besó. Al principio Kurt no siguió el beso porque no se lo esperaba. Sin embargo, en cuanto salió del shock inical, acompañó los movimientos del otro. El ojimiel acarició los labios del castaño para que éste le permitiera introducir la lengua en su boca. El ojiazul entendió las intenciones de su amigo y abrió la boca. Sus lenguas comenzaron una danza lenta y llena de amor. El más alto rodeó el cuello de Blaine con sus brazos para evitar que se separara. Se sentía en el mismo cielo. Se preguntaba si había muerto y eso era su paraíso.

Se separaron por la falta de aire y juntaron sus frentes. Entrelazaron sus manos y se miraban fijamente a los ojos. Sus pupilas reflejaban la pasión que sentían, pero no se dejarían llevar por sus cuerpos, no estaban preparados todavía para dar ese paso.

– Hablé con Elliot. Quería hacer todo bien antes. Siento si te hice daño con la situación... – Dijo el moreno.

– Olvídalo. Entiendo lo que pasó, me alegra que hayas aclarado tus sentimientos. ¿Ya controlas tu poder?

– No, conseguí unas pastillas para anular mi poder durante unas horas. Me he tomado una para poder estar así contigo.

– ¿Tienes muchas?

– Conseguí siete. Una me la he tomado ya y otra se la ha quedado mi padre para llevarla a un laboratorio para ver si pueden hacer más.

– Ojalá lo consigan. Sin embargo, a pesar de todo vas a seguir esforzándote por controlar tu poder... No quiero que estés siempre tomando pastillas...

– Haré lo que tú me pidas.

Volvieron a besarse. Al separarse, Kurt guió al más bajo y se tumbaron en la manta. El ojimiel quedó encima de él. Se besaron otra vez. Sin embargo, esta vez era más pasional. Las manos del castaño bajaron por la espalda de su amigo. Anderson se separó.

– Sé que dije que haría lo que me pidieras, pero creo que deberíamos calmar las cosas. Vamos muy rápido y quiero que los dos estemos cómodos. No quiero hacer nada de lo que nos tengamos que arrepentir. – Dijo el moreno.

– ¿Qué hice yo para merecerme a alguien como tú? – Preguntó el ojiazul

– Puede que en otra vida fueras un asesino o un ladrón. – Bromeó Blaine.

– Tienes razón, si hubiera sido bueno no separarías tus labios de mí. – Continuó Hummel. Ante esa provocación, el más bajo comenzó a morder el cuello del castaño, provocando gemidos y súplicas para que parara porque le dejaría marcas.

– Así ya tienes excusa para utilizar pañuelos... – Dijo desde el cuello del ojiazul, haciendo que el aliento cálido del moreno chocara con su piel, provocando que ésta se erizara.

– Habías dicho que debíamos calmar las cosas. – Protestó Kurt.

– Me lo pones difícil... Eres tan sexy y sabes tan bien... – Susurró Blaine en el oído del castaño.

El ojiazul no se resistió y cambió las posiciones, quedando ahora él encima. Sin embargo, no se dirigió directamente al cuello del moreno, prefirió recorrer cada centímetro de su cara. La sonrisa que se dibujó en los labios del ojimiel reflejaba la felicidad que los dos tenían en ese momento.

Durante cinco horas estuvieron allí, compartiendo su amor hasta que, en un beso, Kurt notó una ligera descarga.

– Creo que nuestro tiempo ha acabado. – Dijo el castaño. Blaine se apartó y se sentó con una expresión dolida.

– Lo siento... Me siento tan... estúpido.

– No lo eres... ¿No has pensado que igual te cuesta más controlar tu poder porque eres más poderoso que los demás? Parece que los secuestradores van detrás tuya... ¿Será por que eres el más fuerte? – El más alto se sentó también.

– Gracias por intentar animarme...

– Te amo. – Dijo Hummel. El más bajo se quedó congelado. Era la primera vez que alguien le decía eso. ¿Él lo sentía? Sólo había una respuesta...

– Yo también te amo.

El castaño no lo pudo evitar y besó a su novio. Una pequeña descarga lo hizo apartarse de inmediato.

– Esto es frustrante... – Protestó Anderson.

– Sólo hasta que vuelvas a tomar una pastilla o aprendas a controlar tu poder...

– Tengo más en la mochila...

– Será mejor que las guardemos... Habrá más momentos para utilizarlas.

Los chicos recogieron las cosas y se marcharon felices y de la mano, ya que el moreno se puso los guantes. Podía ser que no sintieran su piel, pero sentían su amor en cada gesto. Un amor capaz de traspasar todas las capas de ropa que los “separaran”.

Escondida en el auditorio, Sue estaba espiando a los chicos. Realizó una llamada con su teléfono.

– Eléctrico e invisible son pareja. Hay que intentar atraerlos juntos. Por separado será imposible... Haré lo que me indiques... Por supuesto, allí los tendré... Nos vemos... – La mujer colgó.

Niños Con Poderes (Klaine boyxboy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora