Niños Con Poderes (Klaine boyxboy)

CAPÍTULO 18: NOVIOS OFICIALES

CAPÍTULO 18: NOVIOS OFICIALES

Kurt y Blaine habían esperado a ver como llevaban su relación y el echo de no poder tocarse antes de avisar a sus familias de su relación. Era cierto que sus hermanos, Finn y Cooper, ya lo sabían, pero era diferente con sus padres. Decidieron que primero lo supiera la familia del castaño. Mientras esperaban a que Burt llegara de trabajar, la pareja estaban en la cama del ojiazul. Los dos estaban sentados, el anfitrión estaba apoyado en la pared mirando como su pareja, justo enfrente de él, jugaba con una bombilla. Era parte de su entrenamiento diario. Santana le había propuesto ese ejercicio y parecía práctico y útil para aprender a manejar su poder. El objetivo era tocar la base del objeto sin encenderla. Lo máximo que había conseguido eran diez segundos. No era mucho, pero cuatro meses antes eso era impensable.

– Estoy cansado. – Protestó el ojimiel mientras se tumbaba en la cama, poniendo la cabeza en el lugar donde correspondería los pies y sin estirar las piernas para no tocar a Kurt.

– Eso puede ser bueno... ¿Crees que pueda tocarte sin tomar pastillas? – Quiso saber el más alto.

– No me quiero arriesgar.

– Algún día tendremos que correr ese riesgo.

– Claro, cuando haya probado con Cooper, Santana, Sebastian y hasta la entrenadora Sylvester...

– Nunca encontrarás un momento completamente seguro para tocarme... Tendrás que arriesgarte...

– Lo sé, el problema es que, de sólo pensarlo me pongo enfermo... Si te hago daño...

El castaño se adelantó y, con mucho cuidado, se tumbó encima del moreno de tal manera que sus pieles no se tocaran y apoyó su cabeza en su pecho.

– Nunca me harás daño... Lo sé...

– No lo puedes saber... Casi mato a Cooper...

– Eso fue hace años... No debes pensar en eso. Debes concentrarte en controlar tu poder...

En ese momento escucharon la puerta abrirse y a alguien saludando. Los dos bajaron a reunirse con el padre del castaño, que acababa de llegar.

– Hola Papá.

– Hola Señor Hummel.

– Hola chicos. Blaine, ya te he dicho que me llames Burt.

– Papá, tengo algo muy importante que decirte. ¿Podríamos hablar los tres un momento?

– Claro. – El hombre respondió preocupado por lo que los chicos le podrían comentar.

– Verás, Blaine y yo somos... novios. Hace unos días de eso, pero no te había dicho nada porque queríamos ver si eramos capaces de llevar una relación sin tocarnos. Ahora podemos decir que, aunque es difícil, nuestro amor es más fuerte.

– Me alegro por vosotros... Quiero vuestra felicidad... La de los dos. – Dijo el señor Hummel.

– Haré todo lo que pueda por hacer feliz a su hijo. – Prometió Anderson.

– Lo sé... Sólo espero que pronto os podáis tocar... – Comentó el mayor.

– Gracias papá, significa mucho para nosotros tu apoyo. – El castaño estaba feliz.

El resto de la tarde la pasaron en familia. Carole se alegró mucho por la noticia e invitó al moreno a cenar en la casa. Finn se unió a ellos y pasaron un rato divirtiéndose.

Al día siguiente, fue el turno de decírselo a los padres de Blaine. Kurt notó que su novio estaba nervioso y trató de tranquilizarlo. Cooper estaba con ellos, no quería dejar a su hermano sólo en esto. Puede que no siempre hubiera estado a la altura de las circunstancias, pero amaba a su pequeño Squirrel y no permitiría que nadie le hiciera daño... Ni siquiera sus padres. Los señores Anderson sabían que su hijo menor era homosexual y no habían demostrado ningún sentimiento adverso hacia ello, pero tampoco le habían mostrado su apoyo. Se sentaron a la mesa para la cena. Cuando su madre sirvió el postre, el menor decidió que era el momento de hablar.

– Papá, mamá... Quiero deciros que... Kurt y yo... – El moreno miró a su novio esperando encontrar en su mirada el consuelo a su miedo a seguir hablando. Se perdió en el azul de sus ojos y notó la decisión en ellos. Iba a continuar cuando su padre lo interrumpió.

– Sois pareja. Hijo, sois muy evidentes... Debo decir que me alegra que hayas encontrado a alguien que te haga feliz y que tenga la paciencia necesaria para esperar a que seas capaz de tocar a alguien... Debe ser frustrante y desesperante para él y lo único que espero es que no le hagas daño. No me gustaría que se tenga que arrepentir de salir con un Anderson...

Las luces de la habitación comenzaron a fallar. Los móviles comenzaron a sonar. El castaño se preocupó, hacía mucho tiempo que su novio no perdía su concentración de esa manera.

– B, tranquilo. – Le dijo Cooper.

– Blaine, mírame. – Le ordenó el castaño y su pareja lo obedeció. El más alto sujetó las manos del menor. – Respira. No me vas a hacer daño, hemos hablado de eso. Tus padres están de acuerdo con nuestra relación, al igual que el mío. Tenemos las pastillas y vas a acabar controlando tu poder. No hay nada por lo que ponerse nervioso. Yo estoy contigo. No tienes nada que temer.

Poco a poco el ojimiel se tranquilizó y dejó de influir en los aparatos eléctricos.

– No me había dado cuenta de cuanto he avanzado en el control de mi poder. ¿Hace cuanto que no perdía el control de esta manera? – Preguntó el más bajo.

– Ni me acuerdo. – Respondió su hermano guiñándole un ojo.

– Lo ves... Dentro de poco podrás tocarme sin ningún riesgo. – Añadió Kurt.

– Puede que ya sea capaz de hacerlo pero el miedo le impide comprobarlo... ¿Hace cuanto no intentas tocar a alguien que no sea Elliot? – Quiso saber Cooper.

– Desde principio de curso. – Todos lo miraron sorprendidos.

– ¿Cuándo? – Preguntó su madre asustada, pensando que tal vez su hijo había matado a alguien y había escondido el cadáver.

– Las chicas me hicieron cerrar los ojos y, cuando me tranquilicé, Brittany me dio un beso en la mejilla. – El ojiazul le dio rápidamente un beso en la mejilla. Blaine no se lo esperaba y el castaño no recibió ninguna descarga.

– Así que si te pillamos desprevenido no hay ningún problema... – Susurró cuando se apartó de su novio.

– Genial, Squirrel. Ya sabemos cual es tu problema. No es que no sepas controlar tu poder, lo que pasa es que te pones nervioso cuando presientes que va a haber contacto. Es algo psicológico.