Malú & Pablo López ~El Secreto~ 2 Temporada

Capítulo 54

Pablo

Las caras de Malu iban cambiando según iba transcurriendo la conversación telefónica con su madre, no podía dejar de mirarla, intuía que algo no estaba bien por las caras que ella iba poniendo, hasta el punto de estar asustandome.

-Como fue eso?.-Dijo ella levantando un poco más su voz, estaban hablando de nuestra pequeña y eso me asustaba un poco, ya que sabía que ese pequeño terremoto era capaz de hacer cualquier cosa, y más después de todo lo ocurrido antes de irnos.

Yo la mire atentamente, mientras que ella sólo apretaba con fuerza su mano junto a la mía, estaba muy nerviosa, su mano temblaba y su voz se volvía un poco ronca al hablar, era un llanto incontrolable el que venía estaba seguro de ello.

-Eso no puede ser, es mi hija.-Dijo ella, busque su mirada para que aunque fuera dolo con gestos me explicará que estaba pasando, que era aquello que la estaba angustiando tanto.

Me miró con aquellos ojitos aguados, ya era inevitable pararla, pase mi mano por su cabeza mientras que ella seguía escuchando. De un momento a otro ya los sollozos se hicieron notarios y aquella falta por respirar también, su rostro se volvió de un color blanco como la pared, y su mano se fue directa a sus labios mientras con una mirada me dio a entender todo al salir corriendo en otra dirección.
Lucas me miró sin entender, iba a salir detrás de ella corriendo Per o la voz de Pepi todavía se podía escuchar por aquel teléfono.

-Cariño?..Malu??..niña contestarme??.-Se escuchaba por aque auricular.

-Pepi, soy Pablo, Malu se sintió indispuesta, luego la intentamos llamar nuevamente si .-Dije antes de colgar para ir en busca de Malu, ya que los siguientes de la cola ya me miraban con cara de impaciencia. -Ahora te alcanzamos en el comedor Lucas.-Dije antes de ir en busca de Malu, siguiendo los casos que ella había seguido antes.
Abrí las puertas de aquellos vestuarios, donde se encontraban los baños, mientras pasaba lentamente, pude escucharla en el interior del baño como le costaba la vida misma aquellas arcadas que tenía, abrí la puerta y su imagen arrodillada frente a la taza del váter se me rompía el corazón, pase con cuidado a sujetador en pelo, mientras que pasaba una fe mis manos por su espalda dándole un poco de tranquilidad a aquella situación.
Paso un buen rato en aquella misma posición, yo no entendí a como podía salir tanto de aquí diminuto cuerpo y sin saber ingerido nada horas antes me la iban a dejar sin más delgada de lo que ya se había quedado en la isla. No había duda alguna que nada más podríamos tierra está iba de cabeza a un doctor, por que si no iban a enfermar y eso no lo podía permitir.

-Estas mejor.-Le dije cuando ella intento ya reincorporarse del suelo.-Ven te ayudo, vamos a echar un poco de agua, te vendrá bien.

La ayude a ir hacia los lavabos donde ella empezó a enguagarse un poco la voz a y a echar un poco de agua en la cara.
Yo me acerqué con una pequeña toalla en mis manos para que ella pudiera secarse un poco.
Una vez se arregló un poco, dejó un suspiro en el aire antes de perderse en mis brazos, yo no dije nada sólo la abrace en silencio era algo que necesitaba.