Capitulo 122

550 34 16
                                    

Pablo

Llevaba días pendiente de ella, buscando aquella sonrisa, que con el tiempo estaba desvaneciendo por momentos, aunque yo hubiera regresado, sabía que está situación la estaba agobiando, al no saber muchas cosas.
A la medida que iban pasando los días todo iba más complicado, y más con el carácter que le iba creciendo, sobre todo ligado con aquella calor, junto a aquel embarazo que estaba en las últimas, la tenía super agobiada.
Aquella mañana Pepi, vino a llevársela a comprar, sabía que eso la despejados un poco más, y nos dejaría a la niña y a mi unas horas sin sus cambios repentinos de humores, y a ella le ayudaría a bajar un poco el estrés en el que estaba sometida durante estos días.

-Papi, ya terminé de desayunar.

- Que quieres hacer ahora?.-Pregunte quitando sus platos.

-Quiero jugar en el jardín.

-Vale, pero con cuidado de no acercarte a la piscina cariño, que acaban de llenarla.-Bese su cabeza, viendola salir de la cocina.

Recogí todo lo que había ensuciando para hacerle de comer a mi pequeña, mientras que escuchaba a las perras ladrar, seguramente ya había empezado a molestarlas, le encantaba jugar con Danka, y hacerla corretear por todo el jardín detrás de una pequeña pelota de tennis.
Salí a asomarme para ver como jugaba, y que permaneciera lejos de la piscina, antes de subir hacía el piso de arriba. Aparte de los ladridos y de la risa de mi pequeña, a aquella casa le faltaba algo, le faltaba algo más. Entre al cuarto de Esperanza haciendo su cama, mientras mis ojos se posaban en todas las diferentes fotos que había repartidas en la habitación nuestras.
Alce mi mano y cogí una, una en especial, una en la que Malu la tenía en brazos, apena tendría días, pase mis dedos encima de aquella fotografía mientras me quedaba mirando la carita de felicidad que tenía Malu en aquella foto.

Alce mi mano y cogí una, una en especial, una en la que Malu la tenía en brazos, apena tendría días, pase mis dedos encima de aquella fotografía mientras me quedaba mirando la carita de felicidad que tenía Malu en aquella foto

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

No pude evitar que aquella foto me transportará a aquellos días felices, donde aquella bebé tan bonita veía por primera vez la luz del día. Aquellas imágenes golpeaban con furia mi cabeza, viniendo una y otra vez, aquellas sonrisas, aquellas madrugadas de desvelo por alimentaria e cambiar sus pañales.
Solté aquella fotografía en su lugar,  caminando por la habitación, hasta que mi visión se volvió a para en otro lugar, en un pequeño peluche que adornaba aquella habitación, cuyo bordado a mano descifraba el nombre de aquella nena. Lo atrape con mis manos mientras lo lleve hacía mi pecho oliendo. Su olor, era el mismo de Esperanza, debían de haberle echado su perfume, permanecí un rato abrazado a el, mientras que nuevamente golpeaban mis recuerdos, aquellos donde luces de colores se adueñaban de una calle, de esta calle, una chica permanecí a en el suelo tirada, Vanesa, Vanesa Martín. Malu corría hacía dentro de la casa junto a José, los guardias buscaban, buscaban por todos lados, mientras las lágrimas de Malu recorrían sus mejillas, a la misma vez que atendían a una Vanesa desorientada. Nos habían robado a nuestro pequeño bebé.
Podía afirmar que en aquel momento me falta el aire, me dolía gran parte de la cabeza, y mi único objetivo fue bajar corriendo las escaleras en busca de mi peña, la cual aferró con toda mi fuerzas.

-Papi.. Que quiero respirar.-una risita salió de sus labios mientras me abrazaba

-Necesitaba abrazarte pequeña.-dije mientras respiraba de su aroma infantil.

- Por que lloras papi.-Me dijo mientras su mano limpiaba mis lágrimas.

-Por que se metió algún bichito en el ojo cariño, ya estoy bien.-bese su cabeza.

- Te quiero.-no podía resistirme a comerme a besos a aquella niña, tan pequeña que me hacía los días tan inmensos como lo hacía su madre.

Malú

Mi madre había tenido la genial idea de sacarme de mi casa, algo que no me había echo mucha gracia, ya que llevaba unos días que no me estaba sintiendo bien, tenía tantas cosas acumuladas, y entre ello estaba Pablo y si memoria, que por más que lo intentaba, por más cariño que le echaba, y horas a su recuperación nada había funcionado por el momento, y era una de las cosas que me estrenaba, junto a la calor, a todo lo que tenía que hacer, y a lo que estaba por venir. No tardamos en recorrer el centro comercial, en busca de llenar está vez mi nevera. Metimos todas las bolsas en el maletero antes de volver a casa, mi madre era lo más exagerada que había en la faz de la tierra cuando se trataba de mi alimentación, y más en el estado en el que me encontraba.
Al volver a casa, ella se encargó de meter todas las bolsas dentro no me dejo agarrar ni una sola bolsa, ni la del papel higiénico, su cabezonería a veces me cansaba, pero hoy, me deje consentir.
Busque con la mirada a Pablo,m el cual al no encontrarlo, salí a fuera a la terraza Dond e estaba esperanza echada en el césped junto a Danka.

-Cariño, y papá?.-Le dije llegando hasta ella.

La pequeña se levantó corriendo del suelo al verme para rodear sus bracitos en mi cuello y besar mis mejillas.

-Esta arriba mamá.-Dijo mirándome.

Yo sonreí, iba a levantarme cuando antes de soltarme llevo nuevamente su labios a mis mejillas pero esta vez para entonar.

-a llorado.. pero no le digas a nadie.-Me hizo señal de silencio con su dedito encima de sus labios.

Pablo Había llorado?, el corazón se me acababa de encontré, entre nuevamente, para esta vez subir arriba, estaba preocupada, sabía que no era buena idea dejarlo sólo, subi con prisas, en lo que cabía mi movilidad con aquella enorme tripa, por aquellas escaleras, dirigiéndome a mi cuarto donde había visto la puerta entre abierta.
Antes de entrar dentro deje escapar un suspiro antes de abrir un poco más la puerta para pasar, y encontrarmelo de espaldas a la cama, sosteniendo algo en sus manos, mis zapatos en el suelo debieron de hacer ruido, ya que rápidamente se dio la vuelta para mirarme, aquella mirada aguada y vidriosa, que no tardó en levantar su cuerpo de la cama soltando el cuadro en mi mesita de noche para venir hacía donde estaba yo, y fundirme en un abrazo, silencioso, donde sin apenas mediar palabra capturó mis labios.

Malú & Pablo López ~El Secreto~ 2 Temporada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora