Malú & Pablo López ~El Secreto~ 2 Temporada

Capítulo 58

Barcelona, 14:25 de la tarde apenas estábamos llegando al puerto, cuando el propio capitán nos fue avisando de que debíamos prepararnos para pisar tierra por fin, creo que es la primera vez que estaba tan nerviosa de hacer algo, como lo estaba hoy, no recordaba cual era la sensación de pisar en el asfalto, de correr, de pasear con mis niñas hasta el cansancio. No habíamos avisado a nadie de nuestra llegada queríamos que fuese alguna especie de sorpresa para la familia y no para que se preocupara más, ya sabían que estábamos bien.
Pero parece ser que  no iba a llegar a ser una llegada tranquila ya que había miles de medios y de personas esperandonos en el puerto.
Nos encontrábamos todos en el exterior esperando a podernos bajar de aquel barco mientras que miles de flashes nos deslumbraban a todos sobre todo a nosotros dos, cosa que posiblemente era lo que más nervios a me estaba poniendo.

-Tranquila, dentro de poco estaremos en casa y te prometo que no vamos a salir al menos en una semana .- Me dijo mientras cogía mi mano y me dejaba un tierno beso que claramente eran capturados por las cámaras.

Yo me deje abrazar mientras que asentía en su pecho, creo que no me falta nada más, no tendría la sensación de salir a ninguna parte si dentro de mi casa estaban ellos, que más podía pedir si eso era lo único que queria en este momento y en lo único que pensaba.
Una especie de campana nos empezó a avisar que ya estábamos listos, que ya podíamos bajar y reencontrarnos con nuestra realidad.
Pablo me miró buscando mi aprobación, buscando si estaba preparada o no para enfrentarme a todas esas preguntas que seguramente nada más bajar nos iban a atosigar con ellas.

-Estas lista?.-Me dijo cogiendo mi mano, con la misma fuerza con la que yo se la agarraba.

-Vamos.-Dije admitiendo mientras volvíamos a mirar hacia todos aquellos periodistas y la multitud de personas que esperaban justamente detrás.

Pepi

Vivíamos pendientes al teléfono, para tener nuevas noticias de ellos. aunque sabiamos que estaban bien y que pronto estarían aquí, eso no quitaba nuestra ansiedad de querer tenerlos aquí nuevamente, y lo que menos ayudaba era tener llamadas de Luis dándonos ultimatos, mi José ya había estado hablando con el mejor de nuestros abogados, el cual consiguió que nos dieran más días para saber si era verdad de que sus padres estaban bien, al menos tendríamos hasta que ellos regresarán para que ellos pudieran hacer todo lo demás, con ellos por delante nadie podría quitarle una hija a su madre, o eso era lo que yo pensaba, no podía pensar en que Luis estuviera pensando en quitarsela estando ella bien y su hijo también.