Malú & Pablo López ~El Secreto~ 2 Temporada

Capítulo 89

Pablo

Podía asegurar que en este momento podía ser el hombre más envidiado de toda España, y quien sabe que de medio mundo, tener a esta pedazo de mujer delante de mi, completamente desnuda, dejándome aquellos lunares que me volvían loco, aquellas curvas que para mi eran perfectas, ella era un monumento por completo.
Agarré con firmeza su cintura mientras que me regalaba uno de sus bailes, en aquellos momentos nuestras respiraciones no eran nada normales, subi acariciandole su espalda mientras que la atraía lentamente hacía mis labios, para captar los suyos secuestrandolos junto a los míos, nuestros movimientos se fueron acelerando , junto a sus movimientos de caderas que me estaban haciendo perder la cabeza.
Escondió su cabeza entre mi hombro y mi cuello, dejándome sus suspiros junto a aquellos pequeños gemidos que le salían de sus labios sin querer levantar la voz para no hacer ruido. Rodee nuevamente su cintura ayudándole a que, aquel movimiento de delante hacía atrás y viceversa se hicieran cada vez más constantes, podía hacer que aquellas entradas cada vez se hicieran más placenteras, al hacerlas cada vez más profundas, haciendo que durarán un poco más.
Se aventuró a dejar pequeñas mordeduras en mi cuello, como toda una vampiros provocándome aún más. La cogí como pude de aquella misma postura que estaba, levantándome del sillón, con ella en brazos, para finalmente dejarla a ella recostada en el sillón,  y yo intentando no echarle todo el peso encima, me subi encima, volviendo a entrar en ella, provocando que ella se mortífera lentamente el labio mientras cerraba los ojos disfrutando de aquel momento, de nuestro momento.
Habíamos dejado la televisión aparte ya no nos importaba ni que era lo que estaban echando, ni cual era su emisión en estos momentos, ahora mismo nos importaba más la piel que teníamos delante.
Sus manos ahora mismo recorrían mi espalda, dejando pequeños arañazos en ella mientras que ya teníamos aquellos movimientos tan acelerados, que sólo se podían escuchar en aquel salón, nuestras respiraciones entrecortada, juntos al sonido del televisor, y a el choque de nuestros cuerpos cada vez que se unían a aquella velocidad, en muy pocos segundos.
Nos faltaba el aliento con cada beso, cosa que nos importaba poco, necesitábamos esos besos, necesitábamos esto, éramos dos locos enamorados en un mundo de  lo más normal.
Nuestros cuerpos nos fueron avisando de que aquello estaba apunto de acabar, el temblor de ella me lo dejo más que claro, unas últimas con aquella intensidad hizo que cayera exhausto encima de su pecho logrando escuchar como su corazón aún latía a mil por hora, mientras que me acariciaba la espalda con ternura, le deje unos besos desde su pecho donde me encontraba, pasando por su cuello, su clavicula, su mentón, sus mejillas hasta llegar a sus labios, donde ella me sonrío en  mis labios.

- No sabes lo mucho que te quiero.-Me dijo ella en susurros.

Yo la abrace, haciendo que ella.me lo devolviera en forma de Koala, dándose la vuelta, haciendo que saliera de ella, y cambiando de posición para quedarnos abrazados por unos instantes.

- Creo que es mejor que ya nos pongamos eso.-Dijo señalando a la poca ropa que habíamos echado por el salón.-Ya mismo estará por bajar la pequeña, que querrá abrir sus regalos.-Dijo riéndose.-Y no es plan que nos ve así.

- Pues déjame decirte, que así te ves mucho más ...-Ella se echó a reír con sus mejillas rojas, mientras me tapaba la boca con su mano para que no terminará de decir nada más.

-Decía-la bese.-Que así.-Volvi a sus labios a besarla.-Estas.-Nuevo beso.-Mucho más.-Imtensifique un poco más aquel beso.-Buena.-Dije riéndome antes de volver a besarla.

Ella se levantó colorada pegándole suavemente en el brazo mientras cogía todas nuestras prendas del suelo, dándome a mi las mías, y ella colocándose aquel diminuto tanga y mi camisa, la que minutos antes estaba desbrochandosela.
La cogí de las manos , atrayendola a mi dejándola en medio de mis piernas mientras cogía la.camisa por los picos de abajo, y iba dejando besos, iba abrochandole uno a uno aquellos botones haciendolo más sexual, besando cada parte de su piel.
Al ver que ya había terminado se abrazo a mi, yo la cogí en mis brazos, dejandola acurrucar junto a mi en el sillón, mientras nos echábamos la manta por encima.