Preguntas sin respuesta

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Ya hace una semana que ayudo al señor Baro y creo que ya esta harto de tantos paseos. Pero no puedo aguantarme, ese hombre, al cuál considero mi mejor amigo actualmente, a viajado tanto y sabe tanto que me estoy quedando sin preguntas para su infinidad de respuestas.
Hoy fuimos por un barrio diferente, el señor Baro me a dicho que él vivió aquí hace muchos años, cuándo era más joven, era un sitio tranquilo y lleno de buena gente. Ahora reconoce obviamente cuánto a afectado la situación de la región al barrio. Lo que mas llama mi atención es la calle principal donde, el señor Baro me contó que se reunían una vez al mes todos los vecinos para estrechar lazos y festejar la humilde pero feliz vida que tenían.
Ahora es una calle desierta, todas las casas están en pésimas condiciones. La hierba crece a su antojo sin importar el medio.
Solo alcanzamos a ver en esta peculiar calle a un pequeño grupo de habitantes, parecían una familia. Quisimos hablar con ellos pero todos con una actitud bastante pesimista nos miraron y continuaron su marcha. En este pintoresco desfile que helaba la sangre, de forma rezagada caminaba agotada una mujer, a esta le llamo la atención nuestra presencia en aquel lugar y con lagrimas en los ojos nos dijo:
-¿Por que nos hacen esto? ¿Acaso no tenemos derecho a vivir? Si no nos hubieran quitado a nuestra Alma nunca habria permitido que esto ocurriera.
- Señoria (dijo el Señor Baro) sabe usted que informar a los jovenes de esos sucesos es un delito contra la ley. La pena de muerte podria caer sobre usted y su familia.
-Señor -dijo ella con la mirada perdida y prosiguiendo su camino- ¿Que mas nos pueden hacer? ¿Acaso podrian mantenernos vivos para siempre? Eso seria lo peor que podrian hacernos. Obligarnos a vivir asi para siempre sin un Alma que nos proteja y usando nuestra región como una granja de soldados.

No me había fijado asta ahora pero esta señorita llevaba a su espalda un niño pequeño. La imagen me horrorizaba. Creo que esta muerto, no soy médico pero sugetarlo con una soga del cuello no me parece de lo mas seguro.
Mire rápidamente al señor Baro el cuál me dijo dos cosas:
-Vayámonos a casa y no le cuentes a nadie nada de lo que has visto o oído, te meterías en problemas y a esta gente también.

Deje al señor Baro en su casa, pero mi cabeza era incapaz de olvidar lo ocurrido, que significa que "nos han obligado a esto", a esta forma de vida ¿a donde se dirigían estas personas? Mi cabeza trabajaba a un ritmo desorbitado, el corazón se me aceleraba a cada pregunta que surgía y lo que mas me aterrorizaba, el niño, ¿por que? ¿Por que de esa forma?¿Era su hijo?Si así fuese ¿por que lo transportaba de esa manera? Y lo mas tétrico y que no me dejaba dormir en paz ¿Por que el niño sonreía?

Me desperte entre sudores, me dolia el pecho. Nunca había tenido una pesadilla asi, un intenso calor me quemaba el pecho, nunca había sentido algo asi.
Me quite el pijama pero el calor no desaparecia, estaba comenzando a asustarme, cuanto mas pensaba en ese niño mas me ardía...
- AHHHHhh!!, -grite de dolor-. Me duele mucho, -no puedo reprimirme y no gritar-.
En mi mesita rebusque en todos los cajones, aún tenía el termómetro de cuando estube resfriado.
Me lo puse en el pecho, marcaba cincuenta y cuatro grados y seguía subiendo.
No soy capaz de aguantar este dolor, esto me esta haciendo enfadarme cada vez más y otras preguntas aparecen en mi mente ¿Quien me esta haciendo sentir esto?¿Porque?¿Estoy enfermo?¿Ese grupo seguro que han envenenado? el calor continua en aumento ¿Por que el señor Baro no me cuenta nada? ¿No era mi amigo? ¿E vuelto a confiar en alguien y me a defraudado? Cuando ya no sentía ni el dolor, solo el odio y la desesperación. Una tenue luz salia de mi interior. Yo mirando esta luz no podía parar de pensar en todo lo malo que é visto y todo lo que me a pasado.
-"TocToc" ¿estas bien cariño? -pregunto mi madre con la voz mas tierna que pudo-.
-Lo siento mama, no queria molestarte.
- ¿Y por que gritaste?
-Me caí de la cama, -miento fatal-, no queria despertarte, lo siento.
-Vuelve a dormirte entonces y ten más cuidado, -decía mientras se marchaba-.

Gracias por preocuparte tanto por mi mama y siento hacerte sufrir...

Ala mañana siguiente decidí levantarme y ayudar de nuevo al señor Baro pero no le contare lo de a noche. Si el no quiere contarme porque esta región acabó así yo no le contaré nada más.
Hoy dimos un paseo bastante corto pero estaba cansado y tenía mas cosas que hacer asique le subí de nuevo a su casa.
Al llegar a casa mama me pregunto si hoy tampoco iría a clase, yo le respondí que después de lo que vivio en el autobus aquel día se le quitaban las ganas además que habían entrado de nuevo a robar en en centro pero no quiero preocuparla con estas cosas.
Como no tenía nada que hacer decidí volver a el barrio en ruinas y preguntarle a esa chica, necesito saberlo todo y sobretodo saber porque dice todas esas cosas tan oscuras.

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