Ya llevo aquí como dos horas y aún no ha venido nadie. Pero reconozco perfectamente el lugar, la otra vez me quede impactado y no se me borro nada de la mente.
Era una habitación grande, de un color rosa muy clarito, casi blanco. Los muebles, aunque de madera y un poco deteriorados, son blancos y no están demasiado bien pintados. Un montón de peluches repartidos por la habitación me espiaban y seguían con la mirada,esto ya me parece una broma.
Tras un rato largo donde estuve observando los detalles tan inusuales de esta habitación la puerta se abrió y entro la chica.
Ni siquiera se giro para mirarme, entro con una bolsa en la mano, la abrió y de ella saco peluches que fue colocando en la habitación.
Despues de un largo rato donde no decia nada decidi comenzar yo la conversación:-Hola, ¿podrías decirme cuanto tiempo más me tendrás así?
-Shhh... no ves que estoy ocupada.
-Ya veo que estas ocupada pero como comprenderas no estoy demasiado comodo despues de 3 horas aquí, en la misma posición-dije con un tono irónico-.
-Nadie te obligo a venir, más bien entraste en mi habitación mientras yo dormía, ¿Que clase de perturbado eres?-dijo mientras seguía colocando los peluches-.
-Vale, lo admito, no debí hacer eso, pero solo quería hablar contigo.
Ella dejo los peluches, se acerco a mi, desato las cuerdas con las que estaba atado y dijo:
- Solo contestare lo que quiera y no me recrimines ni me interrogues ¿Entiendes?
-De acuerdo -maldita sea ahora tengo la mente en blanco-¿Porque estas sola, que a pasado en este barrio, de quienes hablabas el otro día?
-Tranquilo chico tenemos mucho tiempo. Para empezar no estoy sola, ademas si lo estuviera, estaría mejor así. Este barrio era uno de los pioneros, siempre destacábamos tanto en notas de nuestros estudiantes, como deportistas y en tecnología. Todo iba bien hasta que Aurel cayó en una defensa contra otra región y esta tras su derrota ataco nuestro barrio para que no tomáremos represalias.
-Quien es Aurel?-pregunte con una gran confusión tras tanta información-.
-Aún no confío lo suficiente en ti como para informarte de eso y no pienso responder a ninguna pregunta más-dijo volviéndose hacia sus peluches-.
-Por favor solo una más... ¿Como te llamas?-pregunte con una gran sonrisa-.
-¿Para que quieres saber eso? -pregunto con un gesto de sorpresa-.
-Porque a partir de hoy vendré a verte siempre que pueda para que contestes más preguntas y podamos ser amigos.
-¡¿Amigos?! ¿Venir más veces aquí? ¡Esto no es un hotel!
-Si, amigos. Vendré a visitarte y te traeré algún libro de mi escuela para que puedas aprender a leer y escribir... Ahh y si, esto si que es un hotel.
-Yo no quiero nada de eso y no te hagas el graciosillo.
-Vale pero volveré, si prefieres quedarte sola con estos peluches pues simplemente no me vuelvas a hablar y no volveré.-Me levanté y camine hacía la puerta-.
-Espera -Dijo con un tenue hilo de voz-.
-Si -Me gire con sorpresa-.
-Me llamo Magdalena, pero puedes llamarme Lena.-Sonrió por primera vez desde que la conozco-.
Cuando llegue a casa, seguía pensando en todo lo que me dijo Lena pero no podía imaginarme todo lo que aún no podía contarme. Me había gustado hablar con ella, aunque me había atado de pies y manos pero tenia un estilo humorístico/sádico que me gustaba mucho y me daba ganas de seguir hablando con ella y conocerla.
Antes de que se hiciera noche visite al señor Baro y deje caer el nombre de Aurel pero me miro sin decir nada y me dijo que ya era tarde así que me fui, mas bien me echó.
Volví a casa y mi madre ya había llegado. Como siempre le di dos besos y un abrazo, tal y como esta el ambiente que regreses salvo y salvo a casa es una alegría.
Le pregunté que tal había sido su día, la conversación fue fluyendo y acabe haciéndole la misma pregunta, si sabía quien era Auriel. Ella me miro y pregunto quien me había hablado de el, yo le dije que era un secreto, no quiero meter en problemas a Lena.
Mi madre me contesto que no sabía nada, solo que era uno de los nombres prohibidos y que quien sepa de el o lo divulgará sufriría un castigó ejemplar.
Esto ultimo me dejo alucinado, así que me fui a pensar a mi cuarto. A pesar de que no sabía de quién hablaban sabía que estaba mal y me habría metido en líos de preguntárselo a mas gente.
Ahora entiendo porque el señor Baro y Lena no me querían contar nada, no era por ellos, es para protegernos unos a los otros.
Cada vez la intriga y la impotencia crecen más en mi interior, quiero saber lo que esta pasando y quien esta causando este sufrimiento. Quien es el responsable de esta situación y lo que mas me asusta, ¿como puede amenazar a una región entera y que esta no se atreva ni a revelar su nombre ni la amenaza?
Baje a la cocina de nuevo mi madre disfrutaba como siempre de su hobby, dibujar pequeños personajes de cuentos, cuando llegue me dijo que tenía la cena en el plato y comenzamos a hablar.-Mama, ¿Nunca te as preguntado como sería visitar otras regiones? ¿Conocer como viven en otros sitios y si lo están pasando tan mal como aquí?
-Pero vamos a ver, desde que te juntas con el vecino -supongo que se refiere al señor Baro- no hablas mas que de tonterías y viajar.
-El señor Baro a sido aventurero y siempre me habla de sus hazañas pero no quiero viajar por su culpa, e querido viajar desde que tengo razón y ver el mundo con mis propios ojos.
-Sabes que no podemos permitirnos esos lujos, esta bien que quieras viajar pero sintiéndolo mucho yo no puedo pagarte ni el viaje hasta la frontera.
-Lo siento mama, ya se que no estamos en una buena situación pero tampoco hemos estado mejor otras veces, siempre hemos vivido con lo mínimo y a pesar de eso e tenido una buena vida a tu lado, pero eso no aplaca mi espíritu aventurero y mis ganas de saber quien es el que nos obliga a vivir con lo mínimo y ni siquiera nos permite tener sueños como viajar o aspirar a más.- Mi madre comenzó a llorar, no quería verla así así que salí de la cocina-.
-Sabes una cosa Silvio, cada día te pareces mas a tu padre -No podía creerlo, todo mi cuerpo se detuvo sin poder hacer nada- Cada día me tienes mas preocupada y orgullosa, como hacía el.
Esa noche no podía dormir, era la primera vez que escuchaba a mi madre hablar de mi padre. No es que nunca habláramos de el pero jamas de esa manera. De mi padre solo se que un día cuando yo aún era muy pequeño desapareció sin decir nada. Más tarde, muchos vecinos, me dijeron que había dejado a mi madre, otros que le buscaba la policía y algunas bandas y por eso escapó y otros que le habían robado y asesinado.
Jamas llamó demasiado mi atención el paradero de mi padre pero solo se que nadie hubiera abandonado a su mujer y a su hijo en este lugar, si el se hubiera marchado voluntariamente no nos habría dejado aquí, de eso estoy seguro.
Las palabras de mi madre solo aumentaron mis dudas, me dolía la cabeza de tantas cosas de las cuales no tenía ni idea. Solo se que cada vez me siento mas confuso pero mucho mas intrigado.
Una nueva pregunta rondaba mi cabeza ¿Quien es y donde esta mi padre?
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Alma
FantasySilvio,un curioso y estraño chico de diecinueve años, el cual esta decaido por la dirección monotona que lleva su vida, deja aflorar todo lo que mas daño le causa y intenta dejarlo fuera de su cuerpo. Buscaando respuestas a sus innumerables pregunta...